La reforma del mercado eléctrico, clave para atraer capital
Será necesario invertir más de 500.000 millones de euros, solo en generación renovable, para conseguir triplicar la capacidad en los próximos siete años
Durante los últimos años en los que los tipos de interés eran cercanos a cero o incluso negativos, la abundancia de capital nos hizo vivir el espejismo de que el capital era ilimitado. Sin embargo, la realidad macroeconómica ha cambiado, y si queremos caminar por la senda que nos marcan los planes de transición energética a nivel europeo y nacional, necesitamos atraer capital que obtenga las rentabilidades adecuadas al riesgo de la actividad.
Durante estos meses, estamos asistiendo a un intenso debate a nivel europeo sobre la reforma de los mercados eléctricos. Sin duda, esta reforma es uno de los puntos más críticos de la política energética europea en este momento, y su configuración determinará en gran medida el devenir de las inversiones necesarias en el sector eléctrico en los próximos años para alcanzar los ambiciosos objetivos de transición energética marcados por la Unión Europea. Se estima que será necesario invertir más de 500.000 millones de euros, únicamente en generación eléctrica renovable, para conseguir triplicar su capacidad instalada en los próximos siete años. Para poder ponerlo en perspectiva, esta cantidad es equivalente a todo el Presupuesto General del Estado de España en 2023. El borrador del nuevo Pniec en España (y otros países) ha aumentado la ambición y la inversión asociada en más de un 20%.
En este contexto, y tras un proceso de consulta pública, la Comisión Europea publicó en marzo de este año su propuesta de reforma, que ahora debe ser discutida en el Parlamento y en el Consejo antes de su aprobación. En la reforma propuesta por la Comisión se abordan, entre otros factores, los dos puntos más críticos que eran necesarios desarrollar para adaptar los mercados eléctricos actuales al reto que supone la transición energética para el sistema eléctrico: el fortalecimiento de mecanismos que incentiven la inversión en nueva capacidad de generación renovable y el fomento de la flexibilidad del sistema.
El desarrollo de la inversión en nueva generación eléctrica renovable necesita de la existencia de mercados que permitan a los promotores asegurar unos ingresos mínimos con un nivel de certidumbre suficiente. La inversión en estas tecnologías renovables requiere de una elevada certeza en los ingresos que la planta va a generar a lo largo de su vida útil, debido al gran peso de los costes de inversión iniciales. La capacidad de generación de caja de las compañías que hoy operan en el sector eléctrico no va a ser suficiente para financiar todas las inversiones necesarias en la transición, y será necesario seguir atrayendo capital de nuevos entrantes e inversores financieros. Los mercados a plazo son una pieza imprescindible para atraer la inversión, dando la posibilidad a los promotores de renovables de que puedan vender la electricidad a largo plazo y así facilitar la financiación y la gestión de riesgos. En España, el mercado a plazo con más profundidad hasta el momento para la venta de esta electricidad ha sido el mercado de los PPA.
Aproximadamente, el 70% de la nueva capacidad renovable instalada en los últimos cinco años ha recurrido a este mercado para asegurar sus ingresos. Sin embargo, su buen funcionamiento a futuro presenta incertidumbres, principalmente derivadas de los requisitos de tamaño y riesgo que se les imponen a los compradores de dicha electricidad, que en la práctica significa que únicamente los grandes consumidores o comercializadores son capaces de actuar como compradores en este mercado. De cara a reforzar la profundidad a futuro, es necesario fomentar el desarrollo de mecanismos de garantías para las contrapartes y estandarización de los contratos de PPA (Power Purchase Agreement) que faciliten el acceso a este mercado a agentes de menor tamaño, lo que aumentaría la liquidez y el número de participantes en dicho mercado. Otras medidas para fomentar los mercados a plazo son la creación de contratos por diferencias como elemento clave del apoyo público para el desarrollo de nueva capacidad renovable, que complemente este mercado de PPA de manera voluntaria para aquellos promotores que prefieran esta vía de ingresos, y el impulso a la liquidez de los mercados financieros a largo plazo.
El impulso de la flexibilidad del sistema eléctrico es también un elemento clave. Históricamente, hemos vivido con un sistema en el que la demanda era relativamente rígida e inelástica, y la generación flexible era la que se adaptaba a los cambios de la demanda. Con la penetración de la generación renovable no gestionable (eólica y solar), es ahora la generación la que se vuelve menos gestionable y, por tanto, es la demanda, o los nuevos actores como el almacenamiento, los que tienen que proveer de la necesaria flexibilidad para adaptar en cada momento la generación y el consumo. La propuesta de reforma presentada por la Comisión incluye la posibilidad de que los países definan mecanismos de apoyo específicos para el fomento de nuevas inversiones en gestión de la demanda y en almacenamiento. También se habilita a los operadores del sistema eléctrico a la compra de productos de reducción de demanda pico, lo que les proveerá de una nueva herramienta que facilite esta flexibilidad.
Necesitamos seguir atrayendo capital (así como talento y equipos) para aumentar aún más, no solo en la instalación de nueva capacidad renovable, sino también el desarrollo de inversiones para incrementar la flexibilidad del sistema, equipos de gestión de demanda, almacenamiento, y redes eléctricas.
Laureano Álvarez es socio de Consultoría Estratégica Energía en Monitor Deloitte
Sigue toda la información de Cinco Días en Facebook, Twitter y Linkedin, o en nuestra newsletter Agenda de Cinco Días