La salud busca la revancha bursátil para escalar a doble dígito en los próximos dos años
Los analistas destacan que tras un 2024 decepcionante, las correcciones de empresas como Novo Nordisk o Eli Lilly son una oportunidad de entrar a un mercado boyante que dejará subidas del beneficio del 18% y el 11% los dos próximos años
La salud no tiene precio, pero sí puede ser una buena inversión. Los factores para que así sea son variados: desde incrementos de la población envejecida (que gastan más en dicho rubro) y desarrollos tecnológicos que auguran hacer más eficientes los tratamientos médicos. El sector hoy cotiza con un descuento del 20% respecto del S&P 500, según Elena Rico, analista de Renta 4 Gestora. Pero lo más atractivo son los crecimientos de beneficios agregados que prevé el consenso para las empresas del sector, que serían del 18% en 2025 y del 11% en 2026 , que dejarían retornos en Bolsa del 10% para este año, según Singular Bank.
El mercado será boyante. Los cálculos poblacionales indican que, en el mundo, los mayores de 65 años doblarán su número de aquí a 2050: pasarán de 800 millones a 1.600 millones de personas. Los mayores de 65 representan hoy el 36% del gasto en salud en EE UU, según la Encuesta de Gastos Médicos, aunque solo constituyen el 18% de la población. Estos ciudadanos dedican el 13% de su gasto anual a la atención médica, muy por encima de la media de los demás grupos de edad, solo superados por los mayores de 75 años, que destinan a gastos médicos el 15,4% de su billetera. Cada uno de estos adultos estadounidenses gasta, en promedio, 18.000 dólares (17.200 euros) al año en salud y serán 580 millones las personas que se sumen a las estadísticas de los mayores de 65 en 2040. Por tanto, el gasto personal y público en salud será cada vez mayor en el principal mercado sanitario.
Bajo ese paraguas, Goldman Sachs prevé que sean tres los sectores que se beneficien de este fenómeno: el entretenimiento, los cuidados para los mayores y la salud general. Según la firma estadounidense, las compañías ligadas a la biotecnología, la farmacéutica, y los proveedores de asistencia sanitaria serán las principales agraciadas por las nuevas dinámicas del mercado a largo plazo.
Pero habrá que convencer a los inversores, más cuando 2024 fue un año mediocre en Bolsa para el sector— en EE UU, la biotecnología perdió el 1,16% en Bolsa, mientras que el farmacéutico avanzó un 5,58% y el sector sanitario europeo solo un 2,87% —. De hecho, la gestora noruega DNB AM comenta que el mal desempeño del sector ha significado estar “más de 40 puntos porcentuales por debajo del mercado general”, cosa que solo ha ocurrido “una vez en los últimos 30 años”. El mundo bursátil sanitario está en niveles históricamente bajos.
Pero tristeza de unos, oportunidad para otros. Al respecto, Roberto Scholtes Ruiz, jefe de estrategia de Singular Bank, prevé un periodo de crecimiento de beneficios para el sector superior a la media del mercado durante los próximos dos años. “El atractivo ha aumentado tras las fuertes correcciones de los dos líderes en los fármacos contra la obesidad y la diabetes”, señala, refiriéndose a Novo Nordisk y Eli Lilly, que vuelven a cotizar a múltiplos “razonables para sus fuertes perspectivas de crecimiento”. Pero los múltiplos de ganancia por acción (PER) indican que los gigantes siguen sobrevalorados: incluso con las correcciones que han sufrido desde el verano,— caídas del 21,46% en los títulos de Eli Lilly y del 43,16% para los de Novo Nordisk —la norteamericana tiene un PER de 55 y la danesa de 27.
Scholtes recomienda la exposición por subsectores, con estrategias de gestión activa. “Tenemos cierta preferencia por la farmacología y la biotecnología”, afirma, destacando que estos segmentos, junto con el de equipamiento sanitario, se beneficiarán más de las innovaciones tecnológicas y terapéuticas en desarrollo. Justo el viernes 24 de enero Novo Nordisk se disparaba más de un 10% en Bolsa tras los resultados de un nuevo ensayo clínico. “Estas novedades están abaratando y acelerando la investigación en nuevos medicamentos y tratamientos, mejorando las técnicas diagnósticas y abriendo nuevas líneas de investigación”, destaca el analista.
Scholtes es indiferente en términos geográficos, pues la mayoría de las compañías operan a escala global. “Vemos buenas oportunidades tanto en Europa como en EE UU y Asia”, explica. Actualmente, las carteras de referencia en Singular Bank incluyen a Novo Nordisk y AstraZeneca en Europa, y a Eli Lilly, Amgen, y Johnson & Johnson en EE UU. “El sector mundial de la salud cotiza a 17 veces beneficios, un múltiplo mucho menos exigente que el de las tecnológicas. Pero excluyendo a Novo Nordisk y a Eli Lilly, las otras farmacéuticas cotizan a un PER de 11,9 veces, y tienen prevista una subida de beneficios del 12% anual en el periodo 2024-2026”, concluye Scholtes.
Algunos riesgos del sector
Pero Adam Darling, gestor de inversiones high yield (bonos de alto rendimiento por su mayor riesgo) del equipo de renta fija de Júpiter AM, ve algunos nubarrones, sobre todo en la industria farmacéutica. “La presión sobre los precios de los medicamentos podría afectar negativamente la rentabilidad de estas empresas”, concluye. Esto hace que los inversores sean más cautelosos. No hay que ir muy atrás para ver lo que causó en Novo Nordisk el anuncio del expresidente Joe Biden de negociar los precios de algunos medicamentos con Medicare. Tras ello, la danesa se dejó el 5% en Bolsa y cedió la corona como la compañía europea más grande en términos bursátiles a LVMH.
Aun así, Darling destaca que el sector, divido en dos áreas principales— las farmacéuticas y las gestoras de infraestructuras de salud —tiene buenas perspectivas. “Los inversores tienen miedo en EE UU por una posible reducción del gasto en salud por parte del gobierno de Donald Trump, pero existen buenas razones para que sea una inversión atractiva”, razona. “Sobre todo porque la infraestructura, como los hospitales, son activos irremplazables que seguirán siendo necesarios, independientemente de los cambios en el sistema de financiación”, destaca.
Darling recomienda los bonos de Prime Health, una empresa privada (no cotizada) que gestiona hospitales en varios estados de EE UU, y que es una de sus favoritas debido a su “desempeño operativo y la calidad de los servicios”. Otra destacada para él es Community Health Systems, que ha pasado por una reestructuración y ahora opera con menos deuda, vendiendo activos a buenos múltiplos y ofreciendo una rentabilidad atractiva en bonos senior.
Goldman Sachs también vislumbra riesgos y destaca que las negociaciones de precios de medicamentos bajo la Ley de Reducción de la Inflación (IRA) impactarán en el mercado farmacéutico, en espera también de los cambios que pueda introducir Trump. Los acuerdos, que se llevarán a cabo este año y cuyos precios actualizados entrarán en vigor en 2027, incluyen medicamentos como la semaglutida de Novo Nordisk en múltiples formas (Ozempic, Wegovy y Rybelsus), así como otros medicamentos utilizados para tratar el cáncer, la diabetes o el asma. Por eso, y por la entrada de otros competidores como Zealand Pharma al mercado, los analistas han moderado el apetito por los adelgazantes, y algunas casas de análisis ya cuestionan las previsiones de Goldman Sachs de que la cuota de mercado de ese negocio será de 100.000 millones de dólares para 2030.
Miriam Fernández Jiménez, analista en Ibercaja Gestión, suscribe los riesgos que prevén Goldman Sachs y Darling. Fernández destaca que las aseguradoras de salud estadounidenses enfrentan incertidumbres regulatorias, especialmente aquellas con negocios en gestores de beneficios de salud (PBM, por sus siglas en inglés) y Medicaid, debido a las políticas de la administración Trump. Además, la tecnología médica, aunque menos expuesta a nuevas regulaciones, sería afectada por los aranceles. “Las grandes farmacéuticas, tanto europeas como estadounidenses, asumen riesgos antes posibles cambios de la IRA y la expiración de patentes, lo que impactará sus ingresos”, concluye. Eso sí, Fernández se decanta por el mercado estadounidense sobre el europeo “por la mayor amplitud de mercado, así como por las dinámicas de crecimiento del primero y su mayor exposición a la demanda china”.
Goldman Sachs va un poco más allá. Lo primero que destacan sus analistas es el riesgo de fracaso en ensayos clínicos, donde datos más débiles de lo esperado o eventos adversos podrían afectar la viabilidad comercial de nuevos medicamentos. Ya le pasó a Novo Nordisk en diciembre, cuando perdió el 20% de su valor de mercado tras defraudar con los resultados del ensayo experimental CagriSema, borrando 90.000 millones de euros de capitalización en un solo día. Otro riesgo que prevén es el de una ejecución comercial deficiente de nuevos lanzamientos, limitando las ventas y constriñendo los márgenes operativos. Un ejemplo es el de Eli Lilly, que reportó ventas por debajo de las expectativas del mercado: su medicamento Mounjaro generó 3.290 millones de euros en ventas en el cuarto trimestre de 2024, por debajo del pronóstico del mercado de 4.140 millones de euros, y su Zepbound alcanzó los 1.780 millones de euros, por debajo de los 2.070 millones previstos.
Los precios de los medicamentos ante las posibles reformas legales en EE UU también son un riesgo latente que Goldman Sachs destaca para toda la industria. Y finalmente, la expiración de patentes eleva también la presión, ya que la pérdida de la exclusividad de medicamentos erosionaría las ventas y limitaría la capacidad de las empresas de lograr sus objetivos financieros.
Lo que los analistas recomiendan
Aun así, Goldman Sachs recomienda tomar posiciones en compañías como Abbott Laboratories (que desarrolla y comercializa productos farmacéuticos y dispositivos médicos), Essilor Luxottica (que diseña, produce y comercializa equipos ópticos), Novo Nordisk (que se enfoca en el tratamiento de enfermedades crónicas como la diabetes y la obesidad), Lonza (que proporciona servicios de desarrollo y fabricación para las industrias farmacéutica y biotecnológica) o Smith & Nephew (que produce dispositivos médicos para el cuidado de heridas, así como productos de ortopedia y artroscopia).
Para Rune Sand-Holm, gestor de carteras en DNB AM, las grandes farmacéuticas como Eli Lilly y Novo Nordisk, siguen con un gran peso en su cartera. También recomienda a AstraZeneca y Roche, que esperan resultados prometedores de nuevos ensayos clínicos. En biotecnología, escoge empresas que tratan trastornos neurológicos y enfermedades raras, como Argenx y UCB en Europa; y Neurocrine y Biomarin en EE UU. Finalmente, en cuanto a tecnología médica, el analista destaca empresas que trabajan en crear procedimientos mínimamente invasivos, como Intuitive Surgical y Edwards Lifesciences, así como aquellas que fabrican tecnología portátil para el cuidado de la salud, como Dexcom o Insulet.
Desde Renta 4 Gestora recomiendan posiciones en Intuitive Surgical (cirugía robótica), Edwards Lifesciences (especializada en dispositivos cardíacos) o Boston Scientific (electrofisiología, un área de relevancia por el aumento de enfermedades cardiovasculares). Asimismo, en el ámbito biofarmacéutico, recomiendan posiciones en Vertex Pharmaceuticals y Bristol-Myers Squibb, que “lideran los desarrollos en fibrosis quística y esquizofrenia”. Sus preferencias se justifican por la combinación de “ingresos recurrentes, altos márgenes y ciclos de productos prometedores”. El sector salud, tradicionalmente defensivo, tiene buenas perspectivas para 2025. Pero también observa más allá y divisa un horizonte con poblaciones envejecidas que serán la moneda de cambio con la que buscarán lograr su revancha en el mundo bursátil de los próximos años.