Los inversores acuden en masa a comprar deuda española: 139.000 millones de demanda para una colocación de 15.000
El Tesoro aprovecha el fuerte interés de los grandes inversores para rebajar el interés en la primera emisión sindicada de bonos del año. Pagará un cupón del 3,15%

Superadas las fuertes ventas registradas la pasada semana en el mercado de deuda, los emisores soberanos se han lanzado a colocar papel ante unos inversores con un elevado apetito. El Tesoro español ha colocado 15.000 millones de euros en su primer emisión sindicada del año y lo ha hecho revalidando sus propios récords de demanda, y cerca de igualar los máximos registrados en una operación de este tipo en la Unión Europea. El bono, con una duración de diez años, servirá como marco para calcular a partir de ahora la prima de riesgo española.
El Tesoro ha seguido los pasos de Francia y Reino Unido, que este martes captar el interés de los inversores. El Tesoro francés vendió 10.000 millones de euros en un bono sindicado con vencimiento en 2042, en una operación que recibió una demanda récord de 134.000 millones de euros y que se produce tras meses de turbulencias sobre la deuda francesa por la inestabilidad política, mientras que Reino Unido colocó 8.500 millones de libras a 15 años y logró atraer ofertas por 119.000 millones de libras. BBVA, Crédit Agricole, Deutsche Bank, JP Morgan, Morgan Stanley y Santander han sido las entidades encargadas de llevar a buen puerto la operación, típica de arranque de año y que en esta ocasión se ha retrasado alguna semana después de que entre el 7 y el 10 de enero gobiernos y agencias vendieran deuda por valor de 68.000 millones.
La operación ha logrado una demanda superior a los 139.000 millones de euros, lo que supone una mínima mejora del anterior récord registrado justo hace un año, cuando el Tesoro captó la misma cuantía en una emisión que recibió órdenes de compra por 138.000 millones. Una buena acogida que ha servido para rebajar el coste de la emisión tres puntos básicos, situándose en cinco puntos básicos sobre la rentabilidad actual del bono a diez años, del 3,45%, lo que supone un ahorro financiero.
Junto al rendimiento del bono, del 3,18%, el Tesoro pagará un cupón del 3,15%, inferior al 3,25% de la colocación del año pasado. El Tesoro ha destacado la calidad y diversidad de la demanda lograda. Los inversores no residentes alcanzaron una participación del 85,1%. Por nacionalidades sobresalieron los británicos e irlandeses (28,7%), seguidos de los franceses e italianos (16,4%). Los asiáticos, que se caracterizan por invertir en los activos más seguros, representaron el 4%. Por tipología de inversor, la mayor participación corrió a cargo de las gestoras de fondos (35,6%), seguidas de los bancos centrales e instituciones oficiales (20%), de las tesorerías bancarias (17,4%) y las aseguradoras y fondos de pensiones (14,7%).
La emisión sindicada de comienzos de año es el primer paso para cumplir los objetivos de financiación para 2025 de todos los países. En el caso de España, el Tesoro prevé unas emisiones netas de 60.000 millones, superior a los 55.000 millones del pasado ejercicio. El incremento tiene su origen en las ayudas para la reconstrucción del desastre generado por la dana el pasado octubre. Además de ayudar a la reconstrucción, el Tesoro acelera la captación de recursos para relanzar la economía y ser más sostenibles. Tal y como aseguró Paula Conthe en una entrevista con El País, la prioridad del Gobierno es lograr financiación accesible y lo más rápido posible para reducir el riesgo. Junto a la ayuda a los damnificados, el Tesoro busca contar con un colchón que le permita reaccionar a posibles imprevistos, como por ejemplo el cumplir con las exigencias de aumentar el gasto en defensa. En paralelo a los esfuerzos de cada estado está la posibilidad de que la Unión Europea emita deuda conjunta a imagen y semejanza de lo que realizó durante la pandemia. Conthe ha reconocido que en Bruselas hay unanimidad generalizada y que en el ámbito de la defensa ya se habla con total normalidad de la idea de emisiones conjuntas de deuda.
El año pasado el Tesoro ejecutó un total de cuatro emisiones de deuda sindicada. La última de ellas fue en septiembre, cuando captó 4.000 millones en deuda a 12 años ligada a la inflación al 1,2%. La demanda por parte de los inversores superó los 50.000 millones. Con la emisión de este miércoles, el Tesoro ya ha completado el 15,5% de su programa de financiación de este año a medio y largo plazo.
El temor a un repunte inflacionista ante las posibles políticas arancelarias del nuevo presidente de Estados Unidos, Donald Trump, sumado a las dudas sobre las cuentas públicas de Reino Unido provocaron una venta masiva en el mercado de bonos que provocó que encendió algunas alarmas. El rendimiento del bono estadounidense a una década rozó el 4,8% y su homólogo británico alcanzó el 4,96%, niveles no vistos desde 2008 y que forzaron al Ejecutivo británico a pedir calma al mercado y prometer cumplir con las reglas fiscales tras ver cómo el bono a 30 años alcanzaba máximos registrados en 1998. La respuesta dada por el gobierno de Keir Starmer y, especialmente, un arranque de la presidencia de Trump más suave de lo esperado, han moderado esta escalada. El rendimiento del bono de EE UU a una década se ha moderado hasta el 4,56% y ha contagiado al resto: el español ha pasado del 3,32% al 3,11% en una semana, descenso que en el caso de la deuda alemana ha sido desde el 2,62% hasta el 2,47%. La prima de riesgo española se sitúa así por debajo de los 65 puntos básicos pero no logra, por ahora alcanzar los mínimos vistos en 2021.
Adif sale al mercado
Tras la colocación del Tesoro, Adif Alta Velocidad aspira a seguir sus pasos en el mercado de deuda. El organismo ha dado mandato para colocar bonos a cinco y diez años y medio a un sindicato de entidades compuesto por BBVA, Crédit Agricole, Deutsche Bank y Santander. Se espera que la colocación tenga un rating Baa2 por parte de Moody’s y de A- por Fitch.