Del éxito de las cláusulas suelo a rozar la quiebra: Arriaga Asociados busca un salvavidas para proteger el negocio
El despacho de abogados fundado en 2011 se ha declarado en concurso de acreedores por la deuda de unos 35 millones de euros que mantiene con el fondo británico Pemberton
El despacho de abogados Arriaga Asociados, conocido por plantar cara a la banca por las cláusulas suelo, las tarjetas revolving, la plusvalía municipal o el índice de referencia de préstamos hipotecarios (IRPH), entre otros, no está pasando sus mejores momentos. La firma que nació en octubre 2011, después de que el abogado vasco Jesús Ruiz de Arriaga defendiera sus propios derechos como consumidor al ser estafado en la compra de unas viviendas, se ha visto abocado a declararse en concurso de acreedores tras no conseguir reestructurar la deuda de unos 35 millones de euros que tiene con su principal fuente de financiación, el fondo británico Pemberton. Ahora busca un salvavidas para mantener a flote el negocio y que permita saldar sus cuentas con su principal acreedor.
El colapso de los juzgados que analizan las demandas planteadas por consumidores de numerosos sectores —el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) puso en marcha en 2017 un plan de especialización por cláusulas suelo, que aún sigue vigente en 10 ciudades, para afrontar una avalancha de pleitos tras una sentencia de la justicia europea—; los efectos de la pandemia de la covid-19, que suspendió la actividad judicial; o el bloqueo de los tribunales entre enero y marzo 2023 como consecuencia de la huelga de los letrados de la administración de justicia, cuyos efectos se extendieron varios meses más, han afectado a muchos despachos de abogados, sobre todo los más pequeños, que han visto sus procedimientos paralizados durante largos periodos de tiempo. Arriaga Asociados es uno de ellos, ya que gran parte de sus honorarios se cubren con las victorias judiciales.
A todo ello se suma que la firma de abogados cobra sus servicios una vez que las sentencias a favor de sus clientes son firmes, lo que hace alargar un poco más (años incluso) los procesos en aquellos casos en los que los demandados no acatan el primer fallo y deciden recurrirlo a instancias superiores. Una vez que se logra terminar los trámites judiciales, las empresas demandadas tienen la opción de ingresar la indemnización a los consumidores y las costas judiciales en la cuenta de consignaciones del juzgado, un hecho que ha perjudicado también al despacho. Fuentes de Arriaga señalan que su situación de falta de liquidez está ocasionada principalmente por la retención de fondos por parte de la autoridad judicial que mantiene bloqueadas muchas de las cantidades correspondientes a sus casos.
Según las cuentas anuales que constan en el Registro Mercantil, Arriaga tuvo una facturación de 28 millones de euros en el 2020, como consecuencia de la crisis sanitaria. Se recuperó en el ejercicio siguiente cuando la cifra de negocio se elevó hasta los 45 millones, si bien, en 2022 (el último año del que constan resultados) los ingresos bajaron a 41 millones de euros. Aun así, el saldo final en todos los casos era muy inferior.
El despacho lamentó en febrero de 2024 que el juzgado de Primera Instancia 101 bis de Madrid, especializado en cláusulas abusivas y ante el que ha defendido a más de 31.000 clientes, tenía bloqueados más de 40 millones de euros que debían ir a ciudadanos que habían ganado la batalla legal a la banca. Y denunció públicamente que el sector de la abogacía estaba siendo presionado para que rebajara los honorarios correspondientes a estas causas. El fundador de Arriaga Asociados advirtió entonces que la reducción de precios haría que “defender a más afectados por gastos hipotecarios no resulte rentable para los abogados”. Esta queja no era nueva. En junio de 2022, el Defensor del Pueblo, a instancias del bufete, recomendó al Ministerio de Justicia la creación de un nuevo juzgado en la capital especializado en esta materia.
Un préstamo de 43 millones que venció en 2024
Con este telón de fondo, Arriaga se ha visto con dificultades para pagar las facturas, entre las que se encuentran las del fondo Pemberton, que concedió un elevado préstamo de 43 millones a finales de 2022 para financiar los pleitos y que vencía a mediados de 2024. Asimismo, el pasado noviembre ejecutó un expediente de regulación de empleo (ERE), planteado unos meses antes, en el que se vieron afectados más de 150 empleados, más del 40%.
Ante la falta de acuerdo para refinanciar la deuda, ambas compañías presentaron planes de reestructuración, si bien el juzgado de lo mercantil número 1 de Madrid los rechazó al considerar que ninguno garantizaba la viabilidad de la compañía. Esta decisión obligó al despacho a declararse en concurso de acreedores voluntario, tal como establece la ley, ya que se encuentra en una situación de insolvencia ante la imposibilidad de afrontar sus compromisos financieros.
El proceso concursal está en una fase muy incipiente. Fuentes de Arriaga aseguran que el despacho ha solicitado al juez de lo mercantil aclaraciones de su auto y que aún está en plazo para presentar un recurso de reposición que, de salir adelante, levantaría el concurso. Mientras tanto, las negociaciones han comenzado para buscar una solución viable para todas las partes involucradas. En un concurso de acreedores hay dos posibilidades: o encontrar un consenso con el principal acreedor, o con la mayoría de ellos, para garantizar que la compañía siga su actividad mientras se pagan las deudas, siguiendo una serie de puntos pactados; o bien, la menos deseada, la liquidación. Según informó Arriaga en un comunicado emitido este viernes por la tarde, el despacho y el fondo Pemberton —asesorado desde el inicio por Ashurst— han alcanzado un principio de acuerdo, de cuyo contenido no se han adelantado detalles.
Jesús Ruiz De Arriaga, natural de Ocáriz (Álava) montó el despacho en su casa con su mujer en octubre de 2011, poco después de demandar a Martinsa-Fadesa, a la que le había comprado varias viviendas que nunca llegaron a construirse como consecuencia de su quiebra, y defender a sus amigos y otros afectados por la inmobiliaria. Ahí vio una nueva forma de vida y así nació Arriaga Asociados, que revolucionó el sector con su modelo basado en un sistema de cobro a éxito. Sus oficinas se expandieron por toda España, apoyado por una gran campaña de publicidad y marketing con su cara en vallas publicitarias, apertura de sedes en centros comerciales y con el fichaje del exfutbolista Iker Casillas para promocionar sus servicios. Actualmente, el despacho cuenta con un equipo de 195 profesionales distribuidos en 15 oficinas ubicadas en Barcelona, Bilbao, Madrid, Sevilla y Valencia.
Desde sus inicios, ha obtenido 229.193 sentencias favorables y ha representado a 326.272 personas. En total, la firma ha recuperado hasta el momento 2.512,1 millones de euros para sus clientes, según destaca. Pero la vocación inicial del fundador del despacho no era el Derecho, pues estudió la carrera, que culminó en 2009, con casi 50 años. Su formación empezó en un seminario, pero un giro vital hizo que estudiara empresariales y trabajara en varios ayuntamientos navarros, en una cooperativa y en varias onegés.