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Por qué se frustran tantos planes de salir a Bolsa en España

La incertidumbre del mercado ha limitado en la primera mitad de año el número de estrenos bursátiles en Europa y en España. Empresas como Tendam, Europastry o Hotelbeds esperan el momento óptimo para su debut

Centro de Investigación y Desarrollo de Europastry en Sant Joan Despí, Barcelona.

Foto: Gianluca Battista
Centro de Investigación y Desarrollo de Europastry en Sant Joan Despí, Barcelona. Foto: Gianluca Battista Gianluca Battista
Laura Salces

“Deterioro significativo de las condiciones del mercado” y “mayor volatilidad” son algunas de las expresiones más temidas por las empresas que buscan dar el salto a la Bolsa y convertirse en empresa cotizada. La decisión de las compañías de debutar en el parqué no es flor de un día, sino parte de un proceso que puede demorarse unos siete meses pero que puede verse ensombrecido y paralizado en cuestión de minutos ante acontecimientos exógenos al mercado, como una convocatoria electoral anticipada, el estallido de una guerra o un atentado contra un candidato a las presidenciales estadounidenses. Aunque este prometía ser el año del regreso de las salidas a la Bolsa europea después de un aciago 2023, su retorno está siendo más lento de lo previsto aunque son muchas las empresas interesadas en dar el salto. “Si bien se esperaba una mayor actividad, el año sí está resultando muy positivo para las salidas a Bolsa en Europa con un crecimiento de más del 200% frente al primer semestre de 2023 y de aproximadamente el 25% frente al conjunto del ejercicio anterior”, destaca Javier Fernández-Galiano, director de Transacciones en Deloitte.

De todas ellas, la de mayor tamaño ha sido la del grupo español de cosmética Puig, que colocó 2.600 millones de euros en el parqué en el mayor estreno en el mercado español desde el de Aena en 2015. Junto a Puig, también destacan en Europa este año los estrenos de la firma de dermatología suiza Galderma y el del gigante del capital riesgo CVC.

Puig es por ahora la única empresa que ha logrado debutar en el parqué español en 2024, excluidas las pequeñas firmas que se han decantado por BME Growth. En el camino continúan los procesos de Europastry o Tendam, que han optado por retrasar su salto al parqué, mientras que Hotelbeds optó ya en abril por postergar su debut a finales de año para poder sacar partido a las cifras récords que se prevén para el turismo este verano. Otras españolas como Cirsa, Cox, Volotea o Astara mantienen una hoja de ruta que pasa por la Bolsa, aunque sin fecha prevista.

Los retrasos en los planes de estreno bursátil también se han visto en el resto de Europa: la italiana Golden Goose paralizó sine die su colocación en el parqué ante la incertidumbre provocada por la celebración de comicios anticipados en Francia, medida por la que también optaron el grupo hospitalario portugués Luz Saude y la empresa de alimentación noruega Jordanes.

“El mercado de OPVs está basado en la confianza de los inversores y estos todavía no tienen la suficiente como para invertir en salidas a Bolsa que no necesariamente deban tener en su portfolio”, apunta Javier Pollán, jefe de mercados de capitales de Citi para España y Portugal. En su opinión, para que una oferta pública de venta (OPV) logre prosperar es preciso que las empresas cumplan con uno de estos dos factores: el tamaño –”las colocaciones más grandes han ido bien y han contado con una buena demanda por parte de los inversores”–, o un componente diferenciador. “Para las empresas que no cuentan con un tamaño relevante o un componente diferenciador que les otorgue atractivo ante el inversor, el hándicap que se encuentran por el momento en el mercado es grande”, reconoce.

Estrenos Bolsa Europa Gráfico
Belén Trincado Aznar

El obstáculo del tamaño

En el actual entorno, las dificultades son mayores para las empresas de pequeño y mediano tamaño que buscan salir a Bolsa y que tratan de alcanzar unas valoraciones en el mercado del entorno de los 1.000 millones de euros. “En las fases de reapertura del mercado, como la actual, el tamaño de las empresas que desean salir a Bolsa es importante, supone una ventaja”, reconoce Jerome Renard, responsable de Equity Capital Markets de Bank of America para Europa.

Tanto es así que en el mercado crecen las voces que piden cambios en el proceso de salir a Bolsa, tanto en España como en la zona euro, y reclaman que se acorten los plazos y se dé prioridad a otras fuentes de financiación previas a una oferta pública de suscripción (OPS), incrementado el número de debuts en los que no se colocan acciones nuevas ni viejas en el mercado (listing en la jerga). Y es que al reducido tamaño de las Bolsas europeas en comparación con las Bolsas estadounidenses, se suma además el interés de un número creciente de empresas europeas en dar el salto a Wall Street con el objetivo de lograr más visibilidad entre los inversores estadounidenses. Es la problemática que tendrá sobre la mesa la próxima Comisión Europea, que meses atrás recibió a instancias del Consejo Europeo un informe elaborado por el ex ministro de Italia, Enrico Letta, en el que, entre otros elementos, se invitaba a los países europeos a potenciar el mercado único. La nueva Comisión cuenta, eso sí, con parte del trabajo hecho: la iniciativa listing act, que está a falta de recibir el último visto bueno, contempla la rebaja al 10%, desde el 25% previo, del mínimo de capital social que una empresa debe sacar a negociación en una OPV.

Con todo, Javier Fernández-Galiano considera que “una vez se confirme una mayor apertura de los mercados llegará el turno de las pequeñas y medianas empresas” en las salidas a Bolsa y que estás irán poco a poco logrando captar más interés por parte de los inversores, tanto institucionales como pequeños ahorradores. Unos particulares que han ido viendo, por otro lado, cómo se reducía hasta casi desaparecer el tramo minorista de las OPV.

Después de unos años en el que los mercados se han visto azotados por todo tipo de inclemencias, “las empresas que contemplan la posibilidad de salir a Bolsa deben mostrar una mayor capacidad de adaptación para tomar decisiones estratégicas bien informadas en medio de la evolución del panorama de las salidas a Bolsa”, reconoce George Chan, líder global de salidas a Bolsa de EY en un informe publicado esta misma semana. Chan destaca el nuevo equilibrio al que están sujetas las compañías en medio de las “complejidades geopolíticas y electorales” y apunta que algunas empresas podrían incluso optar por “posponer sus ofertas para eludir los efectos impredecibles de los resultados electorales en el mercado y la confianza de los inversores, prefiriendo esperar a condiciones postelectorales más estables”. En el horizonte más inmediato están nada menos que las presidenciales en EE UU.

Aunque no descartan que se puedan producir estrenos en el parqué en septiembre y octubre, los expertos apuntan ya a 2025. Entre los grandes nombres que trabajan para lograr en algún momento protagonizar el toque de campana está Shein, el gigante chino que habría optado por decantarse por la Bolsa británica ante la fuerte presión de las autoridades estadounidenses. La City londinense también podría ser el destino de Canal +, la división de televisión del grupo Vivendi, que esta misma semana ha anunciado la escisión de dos de sus negocios para maximizar el valor ante sus accionistas, mientras que para su filial de publicidad, Havas, ha optado en cambio por Euronext Ámsterdam.

Tras la fuerte pérdida de tamaño registrada por la Bolsa británica, penalizada en los últimos años por la decisión de varias empresas de cesar de cotizar en su parqué, otra de las firmas que analiza su debut ya para el próximo año es Ebury. La fintech española, de la que Santander ostenta el 54% de los derechos de voto, ha contratado a Goldman Sachs para analizar, junto a otras opciones, su posible debut en el parqué. Más lejano está aún el posible estreno de la firma de moda de lujo Dolce & Gabbana, que no descarta esta opción para dar entrada a nuevos inversores en su capital.

Familia frente al capital riesgo

De los 13 mayores estrenos en las Bolsas europeas en lo que va de año la mitad tienen el sello del capital riesgo detrás y son muchas las que están a la espera de tiempos más tranquilos. “En periodos de baja actividad en el mercado de OPVs en Europa, las empresas en general, incluidas las ligadas al capital riesgo, han tenido menos oportunidades de salir al mercado y se han alargado los plazos de inversión”, comenta Jerome Renard.

Lo cierto, reconoce el experto de Bank of America, es que a falta de mayor visibilidad “los inversores buscan unos niveles de descuento más amplios para entrar. A día de hoy las empresas que han salido a Bolsa en 2024 están teniendo una buena evolución, tanto las vinculadas al capital riesgo como el resto, pero no siempre ha sido así. No hay antagonismo entre el lado comprador y el vendedor, solo hay que buscar un punto de equilibrio”.

Más fácil, al menos a primera vista, ha resultado la colocación de empresas familiares como Puig. “Al mercado le gustan las empresas familiares. Los accionistas familiares tienen perspectivas de largo plazo y siempre tienden a estar muy enfocados en la gestión eficiente de la compañía y en tomar decisiones para crear valor y alcanzar buenos rendimientos”, explica el experto de Bank of America.

Ahora bien, Javier Pollán, de Citi, reconoce que “las empresas familiares tienden a ser más inflexibles en cuanto a la valoración que las firmas de capital riesgo. Si la familia no es un vendedor forzado no tendrá presión y volverá a acudir al mercado cuando haya mejores condiciones”. Entre las empresas familiares españolas con pretensiones de salir al parqué está Europastry, de la familia Gallés, que optó en junio por suspender la colocación ante la volatilidad del mercado. Además de garantizar la salida de uno de sus accionistas, el fondo MCH, buscaba ampliar su capital. Otra de las compañías familiares que ya había descartado su debut este año era Consentino, grupo almeriense que empezó a analizar la operación en 2023 pero optó por aplazarla.

Con los inversores pendientes de los recortes de los tipos de interés, el director de Transacciones de Deloitte considera que estas rebajas de tipos pueden ser un buen aliciente para buscar el equilibrio del mercado. “Sí creemos que muchas de las operaciones que se planteen en los próximos meses y 2025 podrán llevarse a cabo puesto que los denominados dual-tracks suelen ser la vía elegida para la desinversión, aumentando con ello las probabilidades de un cierre exitoso”, añade.

Subidas superiores al 60%

Subidas. La francesa Planisware y la alemana Renk registran las mayores subidas en Bolsa desde que debutaron este año en el parqué, superiores incluso al 60%. Las plusvalías que registran aquellos inversores que entraron en la colocación de Puig son más moderadas, del 3%, si bien la empresa catalana se ha visto lastrada en la última semana por el castigo recibido por las empresas ligadas a la industria del lujo, como LVMH y Kering. Ambas han publicado resultados trimestrales en los últimos días y han dado muestras de una mayor debilidad por parte de los consumidores.

Caídas. Entre los mayores retrocesos entre las debutantes de este año se cuela Douglas, la empresa alemana especializada en la venta de cosmética y productos de droguería. Se deja un 27,7%. Mayores recortes experimenta la aerolínea Air Astana, con base en Kazajistán aunque la empresa cotiza en Londres.


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Sobre la firma

Laura Salces
Es jefa de sección de Mercados/Inversión de Cinco Días, donde ha ejercido la mayor parte de su trayectoria profesional. Entre 2017 y 2020 coordinó también la sección de Economía y previamente estuvo especializada en empresas turísticas.
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