10 años del escándalo Gowex: Jenaro García se ha convertido en ‘criptobro’, flirtea con Alvise y sigue pendiente de juicio
La firma Gotham City destapó un presunto fraude financiero de una empresa que pasó de valer 1.000 millones de euros a cero en solo unos días
El martes 1 de julio de 2014 cambió la vida de muchas personas. Una misteriosa firma de análisis, denominada Gotham City, publicó de madrugada un informe de 93 páginas señalando que la niña bonita de las startups españolas, Let’s Gowex, era una estafa. Que sus cuentas eran pura invención. La firma creada por Jenaro García valía en Bolsa 1.800 millones de euros, pero en unos días su capitalización bursátil se disolvió como un azucarillo en una taza de café ardiendo. 10 años después, el caso está aún pendiente de juicio, pese a que Jenaro confesó todos los delitos una semana después del informe. Y hasta pidió su entrada en prisión. A partir de entonces, despidos, demandas, quiebras de filiales, condenas a los auditores... y una gran pregunta flotando en el aire. ¿Cómo pudo ocurrir un escándalo así delante de todo el mundo?
Gowex era la empresa que asombraba a toda España, y parte del extranjero. Su propuesta de negocio era instalar puestos de wifi gratuita en espacios públicos como calles, estaciones o quioscos. Entonces, las redes 3G y 4G aún no se habían desplegado y la gente mendigaba por un poco de internet. Jenaro García era el emprendedor de moda. Su empresa había salido a Bolsa en 2010 y cuatro años después su valoración se había disparado un 2.700%.
La compañía española ofrecía (supuestamente) servicios wifi en 80 ciudades (San Francisco, París, Dublín, Dubái...). Y había firmado alianzas con operadoras tan poderosas como la estadounidense AT&T o la alemana Deutsche Telekom. Inversores como JP Morgan, BNP Paribas, Axa o Santander se habían incorporado a su accionariado. Y políticos y supervisores la ponían como ejemplo de innovación e internacionalización. Su siguiente paso era cotizar en el Nasdaq. Al final tuvo que venir un inversor bajista radicado en Londres para gritar que el rey iba desnudo. Y, ya de paso, hacerse de oro con la operación.
Lola Solana era entonces -y sigue siendo- gestora del fondo de inversión Santander Small Caps. Fue una de tantos que se sintió traicionada por Jenaro. “La compañía crecía mucho en facturación, el modelo de negocio parecía atractivo, y decidí invertir con el fondo. Un día después de que estallara el escándalo tenía una reunión con Jenaro, pero, en cuanto conocí el informe de Gotham, vendí de inmediato. No llegué ni a esperar a escuchar sus explicaciones”, recordaba la inversora en una entrevista.
Aquella primera semana de julio -en mitad del mundial de fútbol, el del 7-1 de Alemania a Brasil- fue de infarto en las mesas de negociación de los bancos y gestoras españolas. Muchos estaban pillados, en mayor o menor medida. Como ocurre con las tragedias, el mundo financiero pasó por las cinco fases del duelo. La negación -la CNMV se dedicó las primeras horas a atacar a Gotham City y algunos gestores siguieron confiando, por un rato, en Jenaro-; la ira de los pequeños inversores que habían perdido mucho dinero y de los empleados que se quedaron sin trabajo; la negociación, cuando la compañía presentó un concurso de acreedores voluntario y Jenaro reconoció que se había inventado las cuentas; la depresión -tras ver cómo el liquidador de Gowex planteaba quitas del 70% a los acreedores de la compañía-; y la aceptación, al comprobar que el caso judicial se demoraría años. Marca España.
La maraña judicial
La caída de Gowex y la comisión de una presunta estafa ha sido analizada por la Audiencia Nacional. El fundador de Gowex lleva desde 2019 a la espera de juicio por el que se enfrenta a 18 años de prisión por cinco delitos, entre ellos falsedad en documento mercantil, fraude de inversores o apropiación indebida, así como el pago de una multa de 10,2 millones de euros. En el banquillo de los acusados también se sentará la mujer de Jenaro García y entonces consejera de Gowex, Florencia Maté; el que fuera secretario del consejo de administración de la empresa, Francisco Manuel Martínez Marugán; y el exadministrador de sociedades que habrían facturado de forma ficticia a Gowex, Ignacio Navarro.
La investigación, que dirigió el entonces titular del Juzgado Central de Instrucción número 1 Santiago Pedraz -que ahora se encarga de los asuntos que recaen en el Juzgado Central de Instrucción número 5-, se inició unos días después de que Gotham advirtiera de que Gowex no valía nada. Entonces, Jenaro consiguió esquivar la entrada en prisión con el abono de una fianza de 600.000 euros, si bien unos años después cambió de opinión. En 2020, el fundador de la compañía afirmó que vivía una “dramática situación económica”, y solicitó al juez Pedraz entrar voluntariamente en un centro penitenciario -de forma provisional hasta que se celebre juicio y se dicte sentencia- para poder recuperar dicha cantidad. No obstante, el magistrado rechazó esta posibilidad y explicó que la entrada en la cárcel no es una opción a la carta, ya que la cantidad consignada servirá para resarcir el daño a terceros si finalmente se dicta una sentencia condenatoria.
El juez Pedraz concluyó la instrucción en agosto de 2018, cuando propuso juzgar a Jenaro y la cúpula de Gowex. Y a mediados del año siguiente acordó el auto de apertura de juicio oral. En un principio, el tribunal señaló junio y julio de 2022 para celebrar la vista oral, si bien un problema con la designación de los abogados de oficio de las empresas encausadas -entre ellas la matriz Let’s Gowex- obligó a suspender el juicio. Desde entonces, no se ha vuelto a señalar una nueva fecha para celebrar la vista oral. Quien sí que fue condenada por el Tribunal Supremo a pagar 3,2 millones de euros fue la consultora EY, por la falta de control en la salida a Bolsa de la compañía. En el mercado BME Growth es el asesor registrado (es decir, EY) el responsable de verificar la veracidad de la información financiera.
La historia de Gowex -el vuelo a lo Ícaro de un Jenaro García que acabó cayendo al mar Egeo, con las alas abrasadas- sigue resonando en la actualidad. Este mismo año, la misteriosa Gotham City volvió a la palestra cuando desató en enero otro ataque contra una cotizada española. Esta vez, la víctima fue Grifols. La cotizada ha salvado de momento el punto de partido, pero sus acciones valen un 40% menos que antes de la denuncia pública de irregularidades en las cuentas.
Mientras tanto, Jenaro se ha reconvertido en una especie de criptocolega de tendencias ultraderechistas (señalamiento a inmigrantes, admirador de Javier Milei, con llamamientos para la eliminación del Estado social de Derecho, y flirteo con Alvise, líder del partido Se acabó la fiesta). Se hace llamar en redes sociales Jenaro el Renacido, ha vuelto con su novia de adolescencia y... -redoble de tambores- ha orquestado una nueva empresa: Gow2x. Como si de una Nueva Rumasa se tratara, el estafador confeso está intentando captar a nuevos inversores. ¿Y a qué se va dedicar (supuestamente) la nueva compañía? Difícil de decir. Según se anuncia en su página web, pretende “solucionar problemas de la sociedad”; “poner en marcha un ecosistema de compañías”; utilizar la tecnología cadenas de bloques “para desarrollar una economía colaborativa y cambiar el mundo” con el fin “de capitalizar activos infrautilizados”. La CNMV ya lanzó una alerta sobre esta compañía: un batiburrillo de conceptos económico-empresariales para matar el tiempo y captar incautos mientras llega el día del juicio.
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