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Comprar oro o plata como inversión: las distintas opciones, qué tener en cuenta y cómo evitar el riesgo de ser estafado

Entre 2003 y 2023, el oro acumuló una revalorización anual del 8,34% y la plata del 7,18%, una ganancia comparable al S&P y muy superior a la del Ibex

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Lingotes de plata y oro en el refugio del vendedor Pro Aurum.picture alliance (dpa/picture alliance via Getty I)
Fernando Belinchón

Con su histórica trayectoria de haber ejercido de ancla del valor del dinero hasta que la conferencia de Bretton Woods puso punto y final a esa función, pocos elementos tienen la fama del oro a la hora de ser percibidos como un refugio ante incertidumbre y problemas. Pese a esa reputación, el oro, al igual que la plata u otros metales preciosos, sufre fluctuaciones de precios que pueden provocar pérdidas para los inversores. No obstante, y siempre sin perder de vista la advertencia de la CNMV sobre que los rendimientos pasados no garantizan rendimientos futuros, podría decirse que tanto el oro como en menor medida la plata tienen justificada esa fama, al menos, durante los últimos 20 años.

Según datos de Bloomberg, entre 2003 y 2023 el oro acumuló una revalorización anual del 8,34% y la plata del 7,18%, una cifra en línea con la ganancia anual del S&P 500 en ese período, del 7,55%, y muy superior al 1,34% anual del Ibex 35. En lo que va de año, el oro y la plata se apuntan una ganancia del 13% y 28%, respectivamente, con el metal dorado revalidando máximos históricos. Aquellos que estén pensando en comprar estos metales a modo de inversión, deben tener en cuenta que existen distintas opciones y que -sobre todo el oro- tiene una serie de particularidades que conviene conocer.

Los metales preciosos en 2024

¿Cómo invertir en oro o plata desde España?

Tanto en el caso del oro como de la plata, se podría decir que principalmente hay dos vías. Juan Alberto Mowinckel, analista de la compañía de asesoramiento, consultoría y formación económica Afi, diferencia entre invertir a través de productos financieros y hacerlo de manera física comprando directamente los metales.

Dentro de la opción financiera, el experto explica que lo más común es invertir usando fondos cotizados, o ETF en la jerga. Este producto financiero es una opción popular entre los inversores porque se limita a replicar la evolución del precio de la onza de oro o de la plata. También se pueden comprar acciones de mineras dedicadas a estos metales, pero Mowinckel advierte que, en ese caso, otros factores como la cantidad de metal que consigan esas mineras en cada campaña o su eficiencia a la hora de operar pueden hacer que la inversión sea menos pura y menos eficiente que la inversión a través de un ETF referenciado al precio del oro o la plata. Por último, el experto menciona los productos derivados como contratos por diferencia (CFD) u opciones binarias, pero dada su complejidad y alto componente de riesgo, los desaconseja de plano para cualquier pequeño inversor minorista.

Por su parte, la opción física consiste en comprar directamente el metal. Esto puede hacerse mediante la adquisición de lingotes de uno de los diferentes tamaños que se comercializan en el mercado para fines de inversión, o bien, con la compra de monedas antiguas o modernas. Al igual que sucede con las mineras, la adquisición de oro o plata mediante monedas complica la ecuación, porque factores como la rareza y la antigüedad hace que sus precios varíen y no solo sean un mero reflejo del valor del metal en sí.

Con las monedas se abre la posibilidad de comprar oro directamente al Estado. La Fábrica Nacional de Moneda y Timbre pone a disposición de quién lo desee oro y plata en este formato. En su página web, venden una onza de oro a 2.366 euros, con un recargo del 10% respecto a la cotización de mercado.

¿Qué pros y contras tiene la opción del instrumento financiero?

Invertir en oro o plata mediante ETF es a priori más cómodo que tener que comprarlo de forma física, ya que evita la preocupación del almacenamiento, pero no es oro todo lo que reluce. Mowinckel advierte que en el caso de que el ETF sea pequeño, hay un cierto riesgo de liquidez y de crédito, con lo que es posible perderlo todo en el caso de que la firma inversora con la que se ha contratado quiebre. En todo caso, las grandes gestoras y las más veteranas suelen contar en su oferta con ETF vinculados al oro, lo que da garantías de seguridad.

Por otro lado, aunque los fondos cotizados repliquen el precio del oro y la plata, no es lo mismo que comprar el metal como tal. Con otras palabras. El inversor no tiene oro, tiene una participación de algo que replica su valor. Por otro lado, los ETF tienen a menudo comisiones bajas, pero por muy bajas que sean son comisiones que hay que pagar normalmente todos los años. Si se está pensando en una inversión a largo plazo, no hay que perder de vista el factor de tener que soportar un coste recurrente.

¿Y la compra de oro o plata físicos?

En el lado de pros, el metal como tal está en manos del inversor. No hay comisiones que pagar como en el ETF y se elimina el riesgo de crédito de la entidad que emite el producto financiero. En el lado de las desventajas, hay que almacenarlo, algo que puede hacerse por cuenta propia o contratando una empresa especializada, lo que ya llevaría aparejado un coste recurrente, previsiblemente muy superior a la comisión de un ETF.

Mowinckel explica que la comparativa de precios entre las distintas tiendas que ofrecen el oro físico es más complicada que en el caso de la opción financiera. Además, los precios de venta del metal varían mucho más de una tienda a otra. También hay que sumarle la preocupación de que de verdad estén vendiendo al cliente lo que dicen que están vendiendo. Por último, pero no menos importante, una vez se quiera vender, hay que buscar un comprador dispuesto a pagar por ello. En ocasiones, las tiendas especializadas en la venta de estos metales se comprometen a comprarlo más adelante. Los fondos cotizados tienen, en cambio, la valiosa ventaja de su liquidez, con lo que rápidamente podría recuperarse lo invertido en los metales preciosos.

¿Hay riesgo de estafa al comprar oro?

Tanto en la opción financiera como en la física hay riesgos. En la primera, puede darse el caso de que la empresa que ofrece el producto sea directamente un chiringuito financiero que una vez hecho el pago desaparece sin dejar rastro ni de ellos ni del dinero. En la física, también puede haber tiendas online falsas o que, directamente, venden como lingote de oro algo que en realidad no lo es o no tiene las características prometidas.

¿Cómo puedo rebajar el riesgo de estafa?

En la vía del instrumento financiero, es fundamental antes de invertir consultar el registro oficial de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) para ver si la entidad está debidamente registrada. También se puede buscar en el listado de entidades peligrosas si se tienen dudas, aunque no todos los chiringuitos aparecen allí, solo los ya detectados. Conviene estar muy atento a cómo se comportan. Si meten prisa porque hay “una oportunidad única” o si son ellos los que contactan con el cliente, son indicios que deberían hacer sonar todas las alarmas.

En la compra física de oro o plata como inversión, Giulio Buoncore, branch manager del comercializador especializado Degussa Metales Preciosos, da varios consejos. “Una de las cuestiones que se deben tener en cuenta es que los lingotes que venda la empresa tengan el certificado de la London Bullion Market Association (LBMA). Nosotros somos socios a todos los efectos”, explica. La LBMA es un pacto entre productores que fija unos estándares de calidad que deben cumplirse. Como es un sello de calidad respetado, los estafadores pueden tratar de incluirlo sin tener derecho a ello. La LBMA tiene una lista completa de sus asociados disponible en su página web. Con un poco de investigación, es posible comprobar la autenticidad del certificado del lingote. De hecho, ese es otro consejo importante: investigar. Buoncore recomienda siempre comprobar la antigüedad y la reputación del vendedor del metal precioso.

¿Cómo saber si estoy comprando caro o barato?

Antes de comprar tanto oro como la plata conviene no perder de vista el precio al que cotiza la onza en el mercado. Teniendo en cuenta que una onza equivale a 31,1 gramos, sabiendo la cotización de ese momento y la cantidad que se quiere comprar, es posible hacerse una idea del precio teórico mediante una sencilla regla de tres.

Los vendedores siempre se mueven en una horquilla mediante la que obtienen beneficios. Esa horquilla no solo varía de tienda en tienda, sino que también cambia en función de la cantidad comprada. Buoncore detalla que en lingotes “grandes” (más de 100 gramos) la horquilla suele ser de un 2% sobre el precio de la onza en el mercado. En pequeños, el rango se amplía al 5% porque es más caro producirlos. “El kilo de oro lo vendemos a 71.618 euros. Los 10 gramos los vendemos a 742 euros. Si alguien compra un kilo a base de adquirir paquetes de 10 gramos, el kilo lo acabará pagando a 74.200 euros”, pone como ejemplo Buoncore.

El momento en el que se compra es también un factor muy importante. El oro ronda máximos históricos tras una revalorización superior al 13% en lo que va de año, con lo que Mowinckel llama a la cautela. “Las previsiones que tenemos de tipos de interés y de dólar -los tipos van a ir bajando poco a poco los próximos meses y el dólar se va a depreciar frente al euro- apuntan a que el oro todavía tiene algo de recorrido al alza. No obstante, en los últimos meses el oro se ha revalorizado con fuerza, con lo cual, gran parte de su recorrido ya ha pasado”, advierte.

¿Qué tiene de especial desde el punto de vista fiscal el oro?

La compra de oro físico está exenta de IVA si se cumplen una serie de parámetros. Marta Rayaces, experta fiscal de TaxDown, da detalles de cuándo esto es así: “En el caso de monedas tienen que haber sido acuñadas después de 1800, que hayan sido de curso legal y que se comercialicen por un precio no superior al 80% del valor que tendrían en función de su peso en oro. Si hablamos de lingotes, tienen que tener un peso específico. El peso tiene que ser entre 2 gramos y 12,5 kilos de peso del lingote”. La plata sí tiene IVA.

A efectos de la declaración de la renta, los beneficios o pérdidas obtenidas del oro o la plata van en el apartado de ganancias o pérdidas patrimoniales, estando gravados en la base del ahorro.

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Sobre la firma

Fernando Belinchón
Madrid. 1994. Máster en periodismo económico por la Universidad Rey Juan Carlos. Redactor de la Mesa Web de CincoDías. En el periódico desde 2016.
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