Las amenazas arancelarias de EE UU borran 5.700 millones de capitalización a los productores europeos de bebidas alcohólicas
Donald Trump, en represalia a las medidas anunciadas por Bruselas, arremete contra la UE y promete recargos de hasta el 200% a productos como el vino o el champán producido en el Viejo Continente


“No podemos atenderle ahora, estamos en una reunión de emergencia”, dice desde Bruselas un portavoz del grupo que representa los intereses de los productores de bebidas alcohólicas en Europa, spiritsEurope. La mañana de la asociación se vio perturbada por Donald Trump, que ha vuelto a disparar con fuego de arancel; esta vez del 200% al sector de las bebidas espirituosas de la Unión Europea (UE). El republicano no ha aclarado fechas de imposición, pero la medida afectaría a vinos, champanes y otras bebidas producidas en el Viejo Continente. Los inversores ahora huyen y castigan en Bolsa a productores como Pernod Ricard, Rémy Cointreau, Davide Campari o el imperio del lujo LVMH. Pernod, de marcas como la ginebra Beefeater, cayó más de un 4% en París, borrando 1.200 millones de euros de capitalización. La italiana Campari también acumula pérdidas de más del 4% y LVMH, muy diversificado en su negocio, pero fabricante del champán Dom Pérignon y el coñac Hennessy, pierde el 0,9% de su valor de mercado. Este nuevo episodio de la guerra comercial borra un total de 5.748 millones de euros de capitalización de mercado de las principales compañías europeas del sector.
Desde la consultora alemana Roland Berger explican que la medida implicaría multiplicar por tres el precio de exportación; si un vino cuesta 15 dólares, pasaría a valer 45. “Lo que quiere [Trump] es que haya una diferencia sustancial entre el precio de un whisky de exportación y el local para que el consumidor elija el más barato, producido en EE UU”, razonan. En Italia, la Unione Italiana Vini calculó que la imposición de aranceles estadounidenses de solo el 25% reduciría en 1.000 millones de euros el valor de las exportaciones de vino italiano a nivel mundial. Usando una regla de tres, las nuevas imposiciones se traducirían en pérdidas de hasta 8.000 millones para el mercado vinícola italiano que, junto con la producción francesa, representan el 90% del vino que la UE exporta a EE UU.

De cumplirse la amenaza, Trump daría un golpe al hígado de la industria, muy golpeada ya en sus cotizaciones por el consumo a la baja, sobre todo de las generaciones más jóvenes. Los analistas prevén que la medida afecte la rentabilidad por acción (BPA) de los principales productores como Pernod, Rémy y Campari, cuyas ventas en Estados Unidos representan el 20%, más del 25% y el 28% de sus ventas totales de coñac, champán y vino, respectivamente. “En el caso de las francesas Pernod Ricard y Rémy Cointreau, la BPA puede caer entre un 5% a un 15%”, escribió en una nota Duncan Fox, analista de Bloomberg. La italiana Campari ha dicho que unos aranceles de tal magnitud pueden reducir hasta un 15% el BPA de la compañía. El mercado francés es castigado con especial fuerza y es, dentro de los índices europeos, el que más pierde fuelle bursátil en la jornada de este jueves.
La respuesta europea
Laurent Saint-Martin, ministro de Comercio de Francia, respondió en un post en X que “Trump está escalando la guerra comercial que decidió desatar. No cederemos ante las amenazas y siempre protegeremos nuestras industrias”. La UE también comenzará consultas con los Estados miembros, con el objetivo de adoptar listas adicionales de bienes agrícolas e industriales sujetos a aranceles de hasta el 25% para mediados de abril.
En spiritsEurope— que ya había manifestado su preocupación por la escalada de la guerra arancelaria y quería mantener a las bebidas alcohólicas fuera de cualquier disputa —destacan que Estados Unidos es el principal consumidor de las espirituosas europeas, con un tercio de las exportaciones a dicho mercado. Los envíos de la UE a EE UU alcanzaron los 2.900 millones de euros en 2024, un 5% más respecto de 2023, según el grupo. Pauline Bastidon, directora de comercio y asuntos económicos de la entidad, dijo que ambas partes “deben desescalar la disputa y asegurar que las bebidas espirituosas no se vean atrapadas en el fuego cruzado. Somos los principales mercados el uno del otro, entrelazados por la inversión, la tradición y el éxito compartido”.
El magnate justifica esta nueva intimidación como respuesta a los aranceles que la UE planea imponer al whisky y a otros productos estadounidenses por un valor de 26.000 millones de euros a partir de abril, en respuesta a los aranceles del 25% al acero y aluminio que forzó Washington y que entraron en vigor el miércoles. Trump, en una publicación en su red social Truth, afirmó que procederá con estas cargas si Bruselas sigue adelante con sus medidas retaliadoras. “Esto será genial para los negocios de vino y champán en EE UU”, sentenció el magnate republicano.
El secretario de Comercio de EE UU, Howard Lutnick, comentó a Bloomberg que el presidente estaba “totalmente molesto” por la respuesta europea. “Él se preocupa por América y quiere cuidar de los estadounidenses. ¿Por qué los europeos se meten con el bourbon de Kentucky y las motocicletas Harley-Davidson?”. Lutnick se refería a los productos estadounidenses que fueron objeto de aranceles esta semana.
El uso de recargos como moneda de cambio en las disputas económicas y geopolíticas desatadas por Trump está pesando en los mercados. El índice de referencia en EE UU, el S&P 500, ha caído casi un 10% desde un máximo en febrero, aumentando los temores de una recesión. Trump, que durante su campaña promocionó repetidamente las subidas de las acciones como validación de sus políticas, ha minimizado las bajadas de este año, diciendo esta semana que el mal comportamiento de los índices bursátiles era una oportunidad de compra, necesaria para rehacer la industria y las cadenas de suministro estadounidenses.
Durante su primer mandato, Trump prometió imponer aranceles generalizados sobre el vino francés debido a la postura fiscal de París hacia las empresas tecnológicas estadounidenses, pero luego se retractó de esa amenaza después de alcanzar una tregua con el presidente francés Emmanuel Macron.
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