Santander cierra la sesión bursátil con una caída del 5%, la mayor desde abril de 2023
El desplome se produjo tras la noticia del Financial Times que revelaba que Irán movió dinero a través del banco español para saltarse las sanciones internacionales. La entidad recalca que “no ha incumplido la normativa estadounidense sobre sanciones impuestas a terceros”
Las acciones de Banco Santander lideraron hoy las caídas del Ibex 35 con un desplome del 5%, que llevaron al selectivo a perder un 1,2% y a liderar las caídas en Europa. ¿La causa? La noticia de apertura del prestigioso diario Financial Times, en la que se acusa a la entidad española de haber facilitado una cuenta bancaria que fue usada por el régimen de Irán para saltarse las sanciones internacionales.
Según el FT, Irán habría utilizado cuentas de Santander UK y Lloyds para mover fondos saltándose el veto que hay contra el régimen de Teherán por sus programas de desarrollo nuclear. Al parecer, un cliente británico de Santander, la sociedad Pisco UK habría recibido dinero desde el extranjero (China, principalmente). El problema es que esta sociedad estaría participada por una empresa estatal iraní (Petrochemical Commercial Company), gracias a la utilización de testaferros.
Unas acusaciones que fueron desmentidas por la entidad. “Banco Santander no ha incumplido la normativa estadounidense sobre sanciones impuestas a terceros de acuerdo con nuestra investigación. El banco cuenta con políticas y procedimientos para asegurar que se cumplen los requisitos relativos a las sanciones. Santander continuará colaborando proactivamente con las autoridades británicas y estadounidenses”, señalaron fuentes de la entidad.
Por ahora, se desconoce el importe de las transferencias, los detalles concretos de la operativa y la veracidad de los hechos pero, de acuerdo con un informe de Bankinter, “el problema es que este tipo de noticias suele conllevar una investigación por parte del supervisor bancario que audita los procedimientos de control y cumplimiento normativo de las entidades”. Los analistas de Bankinter también subrayan que el riesgo es que se destapen “deficiencias en el control de las operaciones, lo que podría traducirse en sanciones económicas”.
Fuentes financieras consultadas por Cinco Días indicaron, no obstante, que la única cuenta que señala el Financial Times ya está cerrada y que, por el momento, no hay ninguna investigación en marcha por parte de organismos supervisores. Por su parte, Nuria Álvarez, analista de Renta 4, considera que el mercado está sobreactuando con Santander, “extrapolando multas que otros bancos europeos han tenido que pagar, mientras que ella no cree que el banco español vaya a ser sancionado”.
La Unión Europea aprobó el último paquete de sanciones contra Irán hace un año, por la represión de protestas pacíficas. También Reino Unido y Estados Unidos llevan años imponiendo multas y restricciones a aquellas empresas que pretenden hacer negocios con el régimen de los ayatolás.
Santander heredó multas de 10,4 millones por irregularidades cometidas en el Popular
La entidad dirigida por Ana Botín no solo ha tenido que afrontar sanciones derivadas de malas praxis en alguno de los territorios donde trabaja. También ha heredado otros litigios procedentes de otras entidades absorbidas durante la reestructuración financiera. Un fallo de la Audiencia Nacional dado a conocer el pasado verano avaló ocho multas por 10,4 millones de euros por casos de blanqueo de capitales cometidos por el Popular. La sentencia fue recurrida por Santander.
El caso se remonta al 23 de mayo de 2019, cuando el Ministerio de Economía (ya con Nadia Calviño al frente del departamento) sancionó al Santander, por sucesión del Banco Popular, “como consecuencia de la comisión de varias infracciones graves (...) de prevención del blanqueo de capitales y de la financiación del terrorismo”, según recoge la sentencia de la Sala de lo Contencioso, fechada el pasado 21 de julio. La absorción del Popular se produjo formalmente antes de la multa, en septiembre de 2018, aunque los hechos sancionados sucedieron entre 2013 y 2015, anterior a la operación entre ambas entidades. En esos ejercicios hubo una investigación en el sector financiero español sobre estas cuestiones que acabó con multas a varias entidades. También se realizaron pesquisas al Santander, aunque finalmente no fue sancionado.
En 2022, Santander ya tuvo que pagar una multa de 124,9 millones de euros en Reino Unido tras detectar “deficiencias” en sus protocolos para prevenir el blanqueo de capitales. Tras llevar a cabo una inspección, la Autoridad de Conducta Financiera (FCA, por sus siglas en inglés) concluyó que Santander UK no supervisó ni administró adecuadamente sus sistemas, lo que afectó “significativamente” la supervisión de cuentas de más de 560.000 clientes comerciales. Solo unos meses después, la entidad financiera contrató los servicios de EY para reforzar sus sistemas de prevención de blanqueo de capitales en Reino Unido. Algo que no debió de funcionar ya que apenas doce meses después rescindió el contrato tras detectar fallos en sus trabajos de prevención de delitos financieros y lavado de dinero. La información, también desvelada por el diario Financial Times, recalcaba que el trabajo llevado a cabo por EY, conocida como Proyecto Morgan, fuetan pobre que la firma de servicios profesionales se vio incluso obligada este año a ofrecer al banco un reembolso de unos 15 millones de libras por el proyecto (17 millones de euros al cambio).
Santander no fue la única entidad sancionada por la FCA. Al menos otras tres compañías (Standard Chartered Bank, HSBC y Natwest) fueron castigadas con multas por su falta de control sobre el blanqueo de capitales. La sanción más elevada le correspondió al Natwest, con un importe inicial de 465 millones de euros, que se redujo un tercio hasta los 310 millones de euros tras reconocer su culpabilidad en los cargos que se le atribuían. NatWest fue acusada (era la primera vez que la FCA presentaba cargos penales contra una entidad por falta de control en el lavado de dinero) de no supervisar adecuadamente la actividad de Fowler Oldfield, una empresa de joyería con sede en Bradford, entre el 8 de noviembre de 2012 y el 23 de junio de 2016. En el inicio de la relación entre banco y cliente, la entidad dio por hecho que no manejaría efectivo de la compañía. Nada más lejos de la realidad. En los tres años y medio citados con anterioridad la firma depositó 427 millones de euros en el banco, de los que 309 millones fueron en efectivo. Algunos empleados alertaron a sus superiores, que hicieron caso omiso de sus denuncias, y al mismo tiempo se produjeron fallos en el sistema automatizado de seguimiento de transacciones del banco, ya que reconoció algunos depósitos en efectivo como depósitos de cheques. “Como los cheques conllevan un menor riesgo de lavado de dinero que el efectivo, esto supuso una brecha importante en el seguimiento por parte del banco de un gran número de clientes que depositaban efectivo, entre los cuales Fowler Oldfield era uno”, concluyó la FCA.
Otro precedente reseñable es el Standard Chartered. En 2019 le fue impuesta una sanción de 120 millones de euros por la FCA por dos fallos en su política de control de lavado de dinero. Ese mismo el pago de 1.024 millones de euros a las autoridades de EE UU y Reino Unido por autorizar transacciones financieras que violarán las sanciones contra Irán y otros países.
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