Santander UK pacta una multa de 124 millones por “deficiencias” en los sistemas antiblanqueo
El regulador británico afea al banco que contaba con "sistemas ineficaces" para verificar la información proporcionada por los clientes
Santander ha pactado con Reino Unido una multa de 124,9 millones de euros tras detectar “deficiencias” en sus protocolos para prevenir el blanqueo de capitales. Tras llevar a cabo una inspección, la Autoridad de Conducta Financiera (FCA, por sus siglas en inglés) ha concluido que Santander UK no supervisó ni administró adecuadamente sus sistemas, lo que afectó “significativamente” la supervisión de cuentas de más de 560.000 clientes comerciales.
La FCA destaca que Santander ha colaborado en la investigación y que fue el propio banco quien había hallado las deficiencias en sus sistemas en el año 2012. Un año después, la entidad inició un programa de mejoras y aunque el regulador reconoce que estos cambios resultaron en algunas mejoras, Santander concluyó que no se abordaba adecuadamente las debilidades subyacentes y, en 2017, decidió implementar una reestructuración integral de sus procesos y sistemas.
Se da la circunstancia de que la investigación abarca desde finales de 2012 a 2017, coincide con los años en los que Santander UK estaba en pleno proceso de integración de los bancos que compró en Reino Unido en plena crisis financiera: Alliance & Leicester y Bradford & Bingley.
Como ejemplo de las deficiencias detectadas, la FCA detalla el caso de una pequeña empresa que ofrecía servicios de traducción. Abrió una cuenta en Santander y tenía previsto realizar depósitos por 5.000 libras esterlinas al mes. En seis meses la compañía estaba recibiendo millones en depósitos y transfiriendo rápidamente el dinero a cuentas separadas. Aunque el propio equipo antiblanqueo del banco recomendó el cierre de la cuenta en marzo de 2014, los procesos y estructuras deficientes significaron que no se actuó hasta septiembre de 2015. Como resultado, el cliente continuó recibiendo y transfiriendo millones de libras a través de su cuenta. La cuenta permaneció abierta hasta 2016, cuando la propia FCA requirió al banco que la cerrase.
El regulador británico identificó otras cuentas que pertenecían a clientes empresariales que Santander no manejó correctamente, dejando al banco expuesto a “un grave riesgo de lavado de dinero”. También señala que hubo ejemplos de que el banco no abordó rápidamente las “señales de alerta” asociadas con actividades sospechosas, como las alertas de monitoreo automatizado. Estas fallas llevaron a que más de 298 millones de libras pasaran por el banco antes de que cerrara las cuentas.
“Santander se toma muy en serio su responsabilidad en la prevención del crimen financiero. Lamentamos que los procesos y controles de antiblanqueo en la división de banca de autónomos entre 2012 y 2017, a los que se refieren las conclusiones de la FCA no fueran suficientes”, ha subrayado el consejero delegado de Santander UK, Mike Regnier.
“Desde entonces, hemos realizado cambios significativos en nuestra tecnología, sistemas y procesos para transformar nuestro marco de prevención. Hoy en día, más de 4.400 profesionales están dedicados a la prevención de los delitos financieros. Seguiremos invirtiendo en el futuro y haciendo todo lo que esté en nuestra mano para garantizar la seguridad de todos nuestros clientes y de las comunidades en las que operamos”, ha añadido.
Santander no ha cuestionado las apreciaciones de la FCA y llegó a un acuerdo con el regulador británico, lo que le ha permitido contar con una rebaja del 30% en la multa. Sin el descuento, la sanción económica habría sido de 153,9 millones de libras (unos 179 millones de euros).
En los últimos tiempos, la FCA ha puesto especial atención en detectar fallos en los protocolos de prevención del blanqueo de capitales. Recientemente, también ha multado a Standard Chartered con 118 millones, HSBC con 74 millones y a NatWest con 308 millones.
Se da la circunstancia de que recientemente Santander recibió una multa de Noruega de 14 millones relacionada igualmente con deficiencias en los sistemas antiblanqueo. Entre los incumplimientos apuntados por la autoridad noruega destacan deficiencias en la evaluación de riesgos por parte del banco, en las pautas y rutinas establecidas para que los empleados puedan identificar, administrar, monitorear y reportar los riesgos y a la propia estructura organizativa del equipo dedicado a la prevención de blanqueo de capitales.