La fuerte demanda de los particulares lleva al Tesoro a mantener la emisión neta de letras
Esta situación no se daba desde el estallido de la pandemia. El grueso de las colocaciones corresponde a la deuda medio y largo plazo pese al interés de los pequeños ahorradores
Repetir el furor que experimentaron las letras el año pasado es complicado. Ahora que las rentabilidades de la deuda a todos los plazos parecen haber tocado techo, los inversores minoritas analizan con lupa las ofertas de la banca. De momento las letras siguen sin tener un competidor claro, algo que es tenido muy en cuenta por el Tesoro. Aunque la deuda a medio plazo sigue primando y las letras volverán este año a no aportar financiación, por primera vez desde 2020 el organismo dependiente del Ministerio de Economía no reduce emisión neta de letras.
Según lo recogido en el programa presentado la semana pasada, no se realizará emisión neta de letras este año, algo que contribuirá a que la emisión bruta de estos instrumentos sea muy similar a la de 2023, con 84.450 millones previstos. Es decir, el 32,8% del total de las emisiones brutas estimadas para el conjunto del año. Esto contrasta con la emisión neta negativa de 4.871 millones del pasado ejercicio, los 5.000 millones de 2023 o los 349 de 2021. En 2020, un año en el que España, en sintonía con el resto de países de la zona euro, se vio obligada a aumentar sus emisiones para sufragar las medidas puestas en marcha tras la paralización de la economía, la emisión neta de letras ascendió a 11.000 millones de euros, el importe más alto desde 2009.
Aunque fuentes próximas al Tesoro señalan que la emisión de letras prevista para este año es la adecuada para mantener la liquidez, con este cambio se podrá atender a la fuerte demanda de los pequeños ahorradores. A cierre de octubre, último mes del que se disponen datos, las tenencias de letras en manos de los minoristas alcanzaban los 23.000 millones de euros, una cifra récord.
La caída de los rendimientos al calor de las expectativas de recorte de los tipos no ha pasado factura al apetito de los pequeños inversores. La mejor prueba de ello fue lo acontecido en la primera subasta de 2024 celebrada la semana pasada. Las órdenes de compra no competitivas, que son las que corresponden en su inmensa mayoría a los pequeños inversores, alcanzaron los 1.364,84 millones para ambas referencias (6 y 12 meses), ligeramente por debajo de los 1.884 millones de la subasta de diciembre, pero muy por encima de los 389,8 millones alcanzados en la primera colocación de enero del pasado ejercicio.
A medida que las rentabilidades de las letras dijeron adiós a los rendimientos negativos, los pequeños inversores vieron en estos activos la alternativa más inmediata para batir a la inflación. Aunque los rendimientos tocaron techo en octubre, coincidiendo con la primera pausa de la subida de tipos en 15 meses, la demanda por parte de los particulares alcanzó su punto álgido en diciembre. Entre las letras a 3, 6, 9 y 12 meses las peticiones de los particulares ascendieron a los 2.401 millones, por encima de los 1.948,56 millones del pasado febrero, un periodo en el que las colas en el Banco de España y la caída de la web del Tesoro acaparaban todos los titulares. A medida que se ha ido estrechando el diferencial entre lo que pagan las letras a 3 y 12 meses los minoristas han ido rotando su cartera hacia plazos más cortos. A pesar de ello, en el conjunto del año la deuda a un año lograba mantener el primer puesto con peticiones agregadas de 9.307 millones por parte de los ahorrados. Un escalón por debajo se situaba la referencia a seis meses (4.973.3 millones), seguida muy de cerca por la deuda a nueve meses (4.121,1 millones) y cerrando la lista las letras a tres meses (2.064 millones).
El reto para los próximos meses pasa por canalizar el interés de los pequeños inversores hacia la deuda a medio plazo. A pesar del renovado apetito de los particulares por el papel español, el Tesoro no tiene entre sus planes la creación de instrumentos específicos para atender la demanda de los minoristas tal y como sucede en otros países de la eurozona como Bélgica o Italia, países en los que las tenencias de los minoristas juegan un papel destacado. Como quedó patente en la emisión sindicada del pasado miércoles –el 92% de la demanda correspondió a los inversores extranjeros–, el Tesoro pone en la diana a los no residentes. Hasta octubre, los foráneos elevaron sus tenencias en 65.000 millones y mantienen su participación por encima del 40%.
Además de diversificar su base inversora, el organismo dependiente del Ministerio de Economía sigue firme en su idea de mantener la vida media próxima a los ocho años. Esto le obligará a seguir concentrando el grueso de sus colocaciones en deuda a medio y largo plazo. Según lo recogido en la estrategia de financiación para 2024, el Tesoro estima unas emisiones brutas de bonos y obligaciones de 167.518 millones, un 3,3% más que el año pasado. La estrategia de priorizar los vencimientos largos sobre los cortos es vista por los expertos del sector como uno de los grandes éxitos del Tesoro. Aunque la elevada ratio de deuda sobre PIB es considerada una de las grandes debilidades, fuentes conocedoras creen que España ha sabido gestionar con bastante holgura la fuerte subida de tipos del último año y medio.
Mantener una vida media próxima a los ocho años ayuda a contener el riesgo de refinanciación ahora que los tipos están en máximos de dos décadas. Esto unido al efecto sustitución de años anteriores (la deuda nueva dispone de una rentabilidad inferior a la que vence) explica por qué aunque el coste de las nuevas emisiones haya subido a máximos de 2011, el de la deuda en circulación se mantiene en el entorno del 2%.
Subasta de letras a tres y nueve meses
Objetivo. Una semana después de que el Tesoro inaugurara el año con una emisión de letras a 6 y 12 meses, hoy será el turno de la deuda tres y nueve meses. El organismo dependiente del Ministerio de Economía prevé capar entre 1.500 y 2.500 millones. En la emisión celebrada en diciembre las rentabilidades de la referencia a más corto plazo escapó a los recortes. El rendimiento marginal repuntó al 3,62%, máximos de noviembre de 2011 y empatando con las letras a seis meses ofertadas la semana pasada y a un paso del 3,635% de la referencia a nueves meses de cierre de año. Estos rendimientos superan el 3,31% que paga la deuda a un año. Después de las declaraciones de miembros del BCE señalando que es demasiado pronto para hablar de rebaja de los tipos, el mercado empieza a ajustar sus estimaciones. Aunque la institución europea ha intentado rebajar los ánimos, los operadores del mercado siguen descontando cuatro recortes del precio del dinero. Esto puede servir de freno a las rentabilidades.
Guía para el inversor. El inversor cuenta con varias opciones, pero dos son claramente mejores. La primera pasa por acudir directamente a cualquier oficina del Banco de España. Una vez allí, basta con presentar el DNI, informar del dinero que se está dispuesto a invertir y proceder a abrir una cuenta directa en el Banco de España. El nominal mínimo es de 1.000 euros, pero el dinero a desembolsar en el Banco de España es el depósito previo que se fije antes de la subasta. También está disponible a través de la web del Tesoro. En esta modalidad, el ciudadano deberá identificarse vía DNI electrónico o sistema Cl@ve.
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