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Los pequeños valores cotizan con el mayor descuento en 20 años

El aumento del coste de financiación pasa factura a los márgenes y penalizó a estas firmas en 2023. Los gestores creen que el contexto de tipos más relajado convierte el ejercicio 2024 en clave para que desarrollen todo su potencial en Bolsa

bolsa
Belén Trincado Aznar
Gema Escribano

La moderación del tono por parte de los bancos centrales y las expectativas de rebaja de tipos incentivaron la recuperación de la renta variable en la recta final de 2023. Aunque la remontada fue generalizada, las cotizadas de pequeña y mediana capitalización lo celebraron especialmente, logrando decir adiós a las pérdidas que venían acumulando en el año. Esta recuperación no es suficiente para acabar con el descuento del 20% que siguen sufriendo los pequeños valores frente a los grandes, el mayor en dos décadas, según apunta Alfonso de Gregorio, director de inversiones de Finacess Value.

El peor desempeño de los valores de menor capitalización frente a los grandes nombres fue generalizado en las Bolsas, pero el mercado español es el que mejor recogió esta tendencia. El Ibex Small cerró el ejercicio con un alza del 10,58%, repunte que para el Ibex Medium se limita al 5,78%. Es decir, ambos selectivos se sitúan a gran distancia del 22,76% que se anotó el Ibex 35. Las valoraciones de las pequeñas cotizadas son las más bajas desde 2008, coincidiendo con el peor año de la crisis financiera.

Una de las razones que explican esta divergencia es la fuerte dependencia que tienen los pequeños valores de los tipos de interés. Como señala Juan José Fernández Figares, director de inversión en Link Gestión, su reducido tamaño contribuye a que tengan que financiarse a más corto plazo. A diferencia de las grandes firmas, que aprovecharon los tipos cero para endeudarse a largo plazo y ampliar la vida media de su cartera de deuda, los pequeños valores siguen teniendo una mayor dependencia de la deuda a corto plazo. Esto les obliga a acudir con mayor frecuencia al mercado o negociar con la banca para hacer frente a las refinanciaciones. Después del fuerte ajuste monetario acometido por los bancos centrales para devolver la inflación al 2%, los costes de financiación han dicho adiós a los mínimos históricos.

“El aumento del coste de financiación impacta directamente en su cuenta de resultados”, subraya Javier Cabrera, analista de XTB. El empeoramiento de las condiciones financieras obliga a las compañías a dedicar más dinero al pago de sus obligaciones y pasa factura a los márgenes y a una generación de caja que en el caso de las pequeñas firmas tiende a ser mucho más limitada. Unos menores beneficios se traducen en un peor desempeño en Bolsa.

Junto a la dependencia de los tipos de interés, Eduardo Imedio, analista de Renta 4, apunta a la composición de los índices como uno de los factores que explican el peor comportamiento de los selectivos que agrupan a los pequeños valores. En un ejercicio en el que los bancos lograron unos beneficios récord con la ayuda de unos tipos de interés en máximos de 22 años, el hecho de que los pequeños índices no incluyan a representantes del sector bancario les castigó. Lo que durante años ha penalizado al Ibex 35, en 2023 se convirtió en una de sus fortalezas. Una buena muestra de ello es que BBVA (46%) en compañía de Santander (34,86%) e Inditex (60,65%) acapararon dos tercios de las ganancias del selectivo. Es decir, además de registrar la mayor subida en años, estas firmas son las que más peso tienen en el índice. Entre las tres acaparan el 35% del Ibex 35. Por contra, los siete valores que en 2023 escaparon a la corriente alcista (Acciona, Acciona Energía, Unicaja, Repsol, Redeia, Bankinter y Enagás) apenas representan el 7,68% del selectivo.

Por contra, en los índices de menor capitalización tienen más peso las firmas de energías renovables, las inmobiliarias o las empresas de alimentación, tres de los negocios con peor desempeño y más penalizados por el endurecimiento monetario. El elevado endeudamiento que precisan estas cotizadas para el desarrollo de su actividad se ha convertido en su talón de Aquiles en un momento en el que la financiación se ha encarecido. Unos tipos altos y la inflación de los materiales pasaron factura a cotizadas como Renta Corporación o San José que el año pasado cedieron un 40% y un 12,6%, respectivamente. El entorno monetario y de precios presionan a la baja la rentabilidad que ofrecen los inmuebles, ya sea oficinas, viviendas o centros comerciales.

Si destacada es la influencia de la composición de los índices en el mercado español, más lo es aún en la Bolsa estadounidense. Las expectativas que giran en torno a la inteligencia artificial (IA) sirvieron para reflotar a las tecnológicas. Es precisamente el auge de este sector el que contribuyó a que el S&P 500 avanzara un 24,23%, muy por encima del 15,09% que se anotó el Russell 2000, índice que agrupa a los pequeños valores. Con las subidas registradas el año pasado por los Siete Magníficos –Apple, Amazon, Alphabet, Microsoft, Nvidia, Meta y Tesla– la concentración del S&P 500 aumenta. Estas cotizadas en compañía de Berkshire Hathaway, la petrolera Exxon Mobil y la aseguradora UnitedHealth Group disponen de un peso que ronda el 30%, un nivel que no se veía desde los años 70.

Aunque la concentración ha sido una de las claves del éxito de los grandes índices en 2023, los expertos alertan del riesgo que esto supone. Una de las ideas más repetidas es que los mercados son más débiles cuando las ganancias se reducen a un puñado de empresas. Con la vista puesta en los próximos meses los gestores empiezan a incorporar en sus carteras a cotizadas pequeñas con sólidos negocios.

Mientras los grandes nombres han subido como la pólvora por el entorno de mercado y el auge la gestión pasiva, los expertos consideran que siguen existiendo firmas que con buenos fundamentales que el mercado ha pasado por alto. Eso sí, la selección es clave. Desde Renta 4 se muestran optimistas y consideran que firmas como Dominion, Ecoener o Lar España son una buena alternativa. A la hora de escoger los nombres los expertos priorizan compañías con una gestión contrastada, vocación de largo plazo, balances saneados y ventajas competitivas.

Otra de las razones que apoya el optimismo respecto a las pequeñas y medianas es la resistencia que muestra la economía. Con los bancos centrales dejando la puerta abierta a que los tipos hayan tocado techo, el consenso ve el aterrizaje suave –bajar la inflación sin dañar el crecimiento– como su escenario base. Esto es clave para unas cotizadas que dependen en gran medida del ciclo.

Bob Kaynor, responsable de renta variable estadounidense de pequeña y mediana capitalización de Schroders, señala que la última vez que los pequeños valores estuvieron tan baratos y el sentimiento era tan negativo, fue seguida de un periodo extraordinario de rentabilidades absolutas y relativas para las empresas de pequeña y mediana capitalización.

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Sobre la firma

Gema Escribano
Periodista económica, con 13 años de experiencia como redactora. Formó parte de la web de Cinco Días desde 2010 hasta 2017 cuando pasó a integrar la sección de Mercados. Especializada en información bursátil y mercado de deuda. Estudió periodismo en Universidad Carlos III.
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