Empresas y banca europea aceleran la emisión de deuda antes del BCE
Las colocaciones realizadas desde agosto superan los 90.000 millones de euros, de los que más de 5.000 corresponden a España
Empresas y bancos europeos se han puesto con rapidez manos a la obra en los últimos días de agosto para retomar sus planes de financiación para el conjunto del año. Tras el parón habitual del verano, los últimos días de agosto y los primeros de septiembre suelen ser un período de mayor intensidad en colocaciones de deuda en el mercado de capitales, tal y como se ha visto en las últimas sesiones. Así, el volumen de deuda vendida por entidades financieras y corporaciones europeas entre agosto y lo que va de septiembre supera los 90.000 millones de euros, de los que más de 5.000 millones de euros corresponden a emisores españoles.
La cifra, aun siendo cuantiosa, no es récord. Está por debajo de los 111.500 millones de euros que empresas y bancos europeos habían emitido el año pasado en ese mismo período. Era el principio de las rotundas subidas de tipos que habían puesto en marcha el BCE y la Fed y que estaban encareciendo a toda velocidad el coste de financiación, con lo que los emisores se apresuraban a financiarse en el mercado en previsión de unos tipos que iban a seguir subiendo con rapidez, como así fue. La cifra de lo emitido de agosto a hoy está en línea con el volumen del mismo período del año 2021 pero contrasta con fuerza con el mínimo del año 2000 –de tan solo 44.700 millones de euros–. Era el año de la pandemia, las colocaciones de deuda también se paralizaron y solo se fueron reactivando con cuentagotas.
La mayor parte de lo emitido en estas fechas corresponde a entidades financieras, según señala Francisco Chambel, responsable de mercado de capitales para Iberia de Unicredit. Los bancos deben construir colchones de liquidez con deuda capaz de absorber pérdidas, según las exigencias de los reguladores. Además, la banca ha tenido que encajar el fin de las megainyecciones de liquidez bonificada del BCE y su devolución, lo que va a ser un factor que contribuirá a impulsar la emisión de deuda del sector financiero en el mercado. En septiembre, los bancos de la zona euro han de repagar al BCE 66.740 millones de liquidez concedida tres años atrás y aún pendiente de devolver y otros 41.170 millones en otra línea que vence en diciembre. Aunque el reembolso más cuantioso llegará en marzo del próximo año, cuando los bancos han de reembolsar al BCE –si no lo hacen antes por anticipado– un total de 280.730 millones de euros pendientes de una línea de liquidez TLTRO concedida por un total de 330.500 millones de euros en marzo de 2021.
La reactivación de las emisiones de deuda tanto de bancos como de corporaciones a la vuelta del verano llega esta vez con el esperado principio del fin de las alzas de tipos, aunque ello no vaya a suponer ni mucho menos una rebaja en el coste de financiación. “En el actual contexto de tipos altos, los emisores han estado apurando más los tiempos para vender deuda, buscando el momento más oportuno. Y otros se lanzan a emitir ahora ante la convicción de que no merece la pena esperar más, ya que los tipos de interés no van a bajar pronto”, explica Chambel.
Se da además la circunstancia de que el BCE y la Fed se reúnen este mes con una semana de diferencia –el 14 de septiembre el BCE y el día 20, la Reserva Federal– lo que en la práctica deja casi dos semanas bloqueadas para salir al mercado, con los inversores a la espera de las decisiones que tomen ambas autoridades monetarias.
Emisiones españolas
El volumen de deuda lanzado por emisores españoles desde agosto supera los 5.000 millones de euros, un volumen no muy lejano a los 5.500 millones de euros del mismo período del año anterior.
Los bancos son de nuevo los protagonistas y entre las emisiones corporativas, destacan la colocación de Ferrovial y el bono híbrido verde lanzado por Telefónica, por 750 millones de euros y un cupón del 6,75%. Esta emisión, anterior al anuncio de la irrupción en el capital de la operadora del grupo saudí STC, se lanzó en paralelo a un programa de recompra de una emisión anterior de híbridos de 1.000 millones de euros. Por su parte, Ferrovial ha emitido en los últimos días un bono sostenible por 500 millones de euros y un cupón del 4,375%.
Santander y BBVA fueron los primeros bancos españoles en regresar al mercado de capitales tras el paréntesis del verano. La entidad que preside Carlos Torres, que ayer emitió bonos contingentes convertibles (cocos), vendió el 23 de agosto 300 millones de libras en deuda subordinada, mientras que la filial británica de Santander había colocado el día previo otros 500 millones. También han emitido deuda en los últimos días Santander Totta, la filial portuguesa del grupo, y Santander Consumer, por 850 y 750 millones de euros, respectivamente.
CaixaBank vendió 1.250 millones de euros en deuda senior a un plazo el 29 de agosto, que fue la jornada más intensa en emisiones de deuda en la zona euro desde el mes de junio, reflejo de la abundante actividad registrada en las últimas semanas. Se trata de la primera emisión senior preferente del año de CaixaBank, que no recurría a este formato desde agosto de 2022. Además, la entidad que preside José Ignacio Goirigolzarri realizó la semana pasada su primera colocación de un doble tramo de deuda en dólares en el mercado americano, por un importe total de 2.000 millones y tras registrar demanda por más de 4.600 millones.
Sabadell emitió 750 millones de euros en deuda senior no preferente a un plazo de seis años. Bankinter lanzó la semana pasada 500 millones en obligaciones no preferentes y Unicaja ha vendido 300 millones en senior no preferente.
Santander se toma su tiempo para lanzar ‘cocos’
Amortización. Banco Santander ha decidido estos días renunciar a la amortización anticipada de un bono contingente convertible (coco) por un importe de 1.000 millones de euros y un cupón del 5,25%. Lo habitual es que las entidades recompren estas emisiones, de carácter perpetuo, en la primera ventana de amortización pero el banco ha decidido prolongar la vida del bono a la espera de un momento de mercado más oportuno. La amortización del bono tiene un impacto el capital que la entidad tendría que suplir con otros recursos o con la emisión de un coco nuevo, a un interés muy superior por el efecto del alza de tipos. BBVA lanzó ayer uno en dólares, el segundo de este año.
Impacto. En todo caso, la extensión de la vida del coco también implica el aumento del cupón que Santander debe paga a sus tenedores, lo que supone mayor carga financiera para la entidad. Por ello, lo más previsible es que el banco decida su recompra en una ventana de amortización posterior –las hay cada tres meses– y el lanzamiento de una nueva emisión más adelante.
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