El Tesoro paga menos del 3,5% por las letras a tres meses
Coloca 2.313,6 millones en la deuda a nueve y tres meses
La subida acelerada de los tipos para devolver la inflación al 2% ha servido de acicate a las rentabilidades de las letras, el producto estrella de 2023. Ahora que el mercado empieza a especular con la posibilidad de que el BCE haga una pausa, los rendimientos empiezan a tocar techo. Siguiendo la estela de lo que efectuaron en agosto las letras a 12 y 9 meses, hoy fue la deuda a 3 meses hizo una pausa y cayó por debajo del 3,5%. España colocó 550,25 millones al 3,49%, inferior al 3,535% de agosto cuando alcanzó máximos que no se veían desde noviembre de 2011.
Como viene siendo una constante en las emisiones efectuadas a lo largo del año, el apetito por el papel español a corto plazo sigue siendo elevado. Las órdenes de compra para la deuda a tres meses superaron los 2.231,4 millones, lo que supone una ratio de cobertura de cuatro veces la oferta.
En sintonía con lo que sucede en el resto de Europa, los particulares siguen viendo en las letras la opción más segura para batir a la inflación. Una semana después del éxito logrado por Bélgica con su bono a un año, las órdenes correspondientes a los pequeños ahorradores en la deuda con vencimiento en enero de 2023 alcanzaron los 230,45 millones. Aunque la cifra es elevada, se sitúa por debajo de los 316,7 millones de agosto, máximo anual.
Sofía Antón, directora de Auriga Bonos, el único bróker online de renta fija para particulares, considera que, a pesar de este frenazo, las letras siguen siendo la opción más atractiva para los pequeños ahorradores. La caída en la demanda se explica por el hecho de que los inversores están a la espera de conocer la decisión del BCE y la mejora de la oferta bancaria. Ante el exceso de liquidez los grandes representantes del sector bancario en España no se han visto forzados a mejorar la remuneración del pasivo. Según lo señalado en las presentaciones de resultados, la ansiada mejora de los depósitos llegará como pronto en 2024.
Aunque las letras a tres meses acapararon las mayores novedades, el grueso de la emisión corrió a cargo de la deuda a nueve meses. En esta referencia España adjudicó 1.763,10 millones. Después de la corrección que experimentaron los rendimientos en agosto, España se ha visto obligada a pagar más por vender este papel. La rentabilidad marginal subió al 3,737%, frente al 3,7% previo. Las letras a nueve meses siguen estando por debajo del récord histórico que marcaron en julio (3,8%), pero se afianzan como la referencia a corto plazo más rentable para los pequeños inversores por encima de la deuda a 6 y 12 meses, que prácticamente empatan con un rendimiento del 3,68%.
El incremento del rendimiento no fue suficiente para reavivar el interés de los pequeños ahorradores. La ratio de cobertura continúa superando con creces la oferta con una demanda de 3.428,35 millones, pero las peticiones de los ahorradores siguieron bajando hasta los 289.05 millones, inferior a los 373,4 millones de agosto y a gran distancia de los 589,6 millones que llegó a alcanzar en marzo, coincidiendo con el apogeo de las letras y en plena escalada de los tipos por parte de los bancos centrales.
La decisión del BCE mañana y los mensajes que lance Christine Lagarde en la rueda de prensa serán claves para ver cómo evolucionan las rentabilidades de la deuda. Hasta la fecha, momento en el que ha empezado a cobrar fuerza la idea de una pausa, las rentabilidades de la deuda a corto plazo venían siendo superiores a la de los plazos más largos. Este fenómeno, que en el argot financiero se conoce como inversión de la curva de deuda, es un síntoma de recesión, el gran temor que durante meses ha venido planeando sobre la eurozona. Aunque en las últimas proyecciones la Comisión Europea rebajó previsión de crecimiento para la eurozona, España sigue brillando con luz propia. La resistencia que muestra la economía española ha llevado a Bruselas a elevar en tres décimas sus estimaciones hasta alcanzar un crecimiento del 2,2% este año.
Las expectativas de que el BCE afloje el ritmo están contribuyendo a que la curva de deuda española, en sintonía con el resto de los países de la región, se aplane. A comienzos de mes el Tesoro vendió letras a 12 meses al 3,68% y días después captó deuda a 10 años al 3,668%. Es decir, las rentabilidades eran muy parejas, algo que solamente había sucedido en 2007.
La próxima vez que el Tesoro acuda al mercado será el 21 septiembre, una vez conocida la decisión del BCE. Celebradas las dos emisiones de letras del mes de septiembre, la próxima semana será el turno de los bonos y obligaciones.
El organismo que dirige Carlos Cuerpo continúa ejecutando su programa de financiación para 2023. Para el conjunto del año contempla una emisión bruta de 256.930 millones de euros, un 8,2% más que en 2022. Por su parte, las emisiones netas se mantienen en los 70.000 millones. Como viene siendo lo habitual, en el primer semestre el organismo dependiente del Ministerio de Economía ha efectuado emisiones brutas por valor de 148.400 millones.
Italia vende 7.000 millones a un año
Financiación. Una semana después de que Bélgica cosechara un récord con la emisión de deuda a un año, ayer el Tesoro italiano aprovechó la calma tensa para captar 7.000 millones en letras a 12 meses al 3,873%, por encima de lo que paga España al mismo plazo. En un entorno en el que la remuneración al ahorro sigue siendo el reclamo de los clientes, los inversores aprovechan que el BCE aún no ha aflojado el ritmo y aceleran las peticiones. La demanda para la referencia italiana superó los 10.360 millones. Es decir, implica una ratio de cobertura de 1,48 la oferta, en línea con las subastas que se han celebrado en las últimas jornadas.
Bélgica. Sofía Antón, directora de Auriga Bonos, remarca el éxito logrado por Bélgica la semana pasada. En un momento en el que los particulares están apostando por la deuda a corto plazo, el país europeo que emite letras cada dos meses optó por vender un bono a un año con el que captó 21.900 millones de euros entre más de 600.000 ciudadanos, un récord en su historia. En dinero contante y sonante las peticiones de los particulares alcanzaron los 30.000 millones. Con esta nueva referencia Bélgica se ahorra las dos emisiones de letras que tenía previstas para el resto del año.
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