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Renta fija

La deuda respira con el pacto en EE UU pese a esperar tipos más altos

La rentabilidad de las letras estadounidenses cae del 7% al 4,6%

Las tensiones en la renta fija se moderan
Carlos Cortinas Cano
Gema Escribano

En cuestión de días la rentabilidad de las letras de EE UU han pasado de rozar el 7% a desfondarse por debajo del 5%. El preacuerdo alcanzado por republicanos y demócratas para elevar el techo de deuda ha sido un balón de oxígeno para la deuda, especialmente la de plazos más cortos que es la que corría más riesgo de incumplimiento. El cierre de la Administración y el impago ha quedado descartado, aunque aún tenga que ser ratificado por el Congreso y el Senado de EE UU, toda una prueba de fuego debido a la elevada polarización política.

“Tal vez el rally tenga poco recorrido, pero es más comprar con el rumor y vender con la noticia”, señala César Pérez Ruiz, director de inversiones de Pictet Wealth Management. La aprobación en las Cámaras no significa que los inversores puedan bajar la guardia. Todo lo contrario. En las últimas sesiones el mercado ha empezado a descontar nuevas subidas de los tipos. Después de varias semanas en las que los inversores fantasearon con la posibilidad de que la Reserva Federal diera por concluido el ajuste monetario, en los últimos días ha empezado a cobrar fuerza la idea de más subidas ante la resistencia que sigue mostrando la inflación.

Esa expectativa de tipos más altos, unido al nerviosismo de los últimos días por la falta de acuerdo sobre el techo de deuda en EE UU habían vuelto a tensar las rentabilidades. En la actualidad los operadores dan una probabilidad de más del 60% a que la Fed eleve los tipos en 25 puntos básicos el próximo 14 de junio. “Si finalmente se logra este acuerdo sobre el techo de deuda, la Fed sentirá menos presión a la hora de ir adelante con una subida de tipos adicional”, señala Jesús Sáez, responsable de mercados de capitales para Iberia de Natixis.

Aunque el pacto ha ayudado a que desaparezca una importante fuente de tensión para el mercado, el esperado acuerdo no va a evitar las consecuencias financieras y económicas del litigio que se ha venido manteniendo desde hace meses. Desde que se tocó el techo de deuda, el Gobierno estadounidense ha estado retirando dinero de la cuenta general que el Tesoro mantiene con la Fed. Desde Morgan Stanley señalan que para reconstruir el colchón el organismo que dirige Janet Yellen se verá obligado a elevar la emisión de letras en 730.000 millones de dólares en los próximos tres meses, importe que hasta final de año seguirían subiendo hasta alcanzar los 1,25 billones.

Las consecuencias de cómo se va a digerir este aumento de papel en circulación va a depender mucho de quién compre la deuda. A medida que la Fed ha endurecido los tipos, el mercado ha asistido a una salida constante de dinero desde los depósitos bancarios hacia los fondos monetarios que el pasado 25 de mayo alcanzaron los 5,81 billones. Aunque estos vehículos son los compradores naturales de las letras, para que digieran el aluvión de letras en los próximos meses es necesario que la deuda a corto plazo ofrezca unos rendimientos superiores al programa de repos de la Fed (RRP). Esto se traducirá en mayores costes de financiación a corto plazo, lo que a su vez podría derivar en problemas de liquidez para los bancos. Ante este escenario, los expertos consideran que la calma que reina en los mercados resulta desconcertante. La volatilidad de la Bolsa, los tipos y la deuda está incluso por debajo a los niveles registrados en marzo tras el estallido de la crisis bancaria EE UU.

Como telón de fondo a todo esto, está la inversión de la curva de tipos. Esa inversión de la curva, por la que se paga más por los plazos cortos que por los largos y que empezó a gestarse el año pasado con las reiteradas alzas de tipos, se ha acelerado en los últimos meses. Ya no es solo que la rentabilidad de la deuda a dos años sea superior a la de los títulos a 30, sino que también la superan los rendimientos a tres y un mes. En la actualidad las letras de EE UU a un mes se sitúan en el 5,19%, frente al 3,73% de la deuda a 10 años o el 3,95% de los bonos con vencimiento en 2053.

David Ardura, director de inversiones en Finacces Value, considera que, aunque los últimos datos corroboran la resistencia que sigue mostrando la economía estadounidense, el mercado de bonos no se equivoca en anticipar una recesión. Una idea que es compartida por los funcionarios de la Fed. Según lo recogido en las actas de la pasada reunión, esperan que EE UU entre en recesión en el cuarto trimestre.

“El empleo y el consumo siguen fuertes, pero tienen un recorrido limitado”, apunta Ardura. El gestor señala que el consumo se ha mantenido robusto gracias a los ahorros acumulados durante la pandemia, pero a día de hoy la tasa de ahorro ha bajado a mínimos de 70 años. En un contexto en el que el colchón de las familias ha ido menguando, los ciudadanos han tirado de los créditos al consumo. Una tendencia que también empieza a resentirse después de que los bancos hayan empezado a cerrar el grifo tras las sacudidas generadas por las quiebras de Silicon Valley Bank, Signature Bank y First Republic.

Ardura espera que a final de año o a comienzos del próximo EE UU entre en recesión, pero cree que el mercado es demasiado optimista al esperar un recorte de los tipos a partir de septiembre. “Muy duro tendría que ser el golpe para que la Fed bajara las tasas antes de 2024″, remarca.

Mes de pérdidas en la renta fija

Bonos. Como si de un efecto dominó se tratara, la caída de las rentabilidades que experimenta la deuda en EE UU tras el pacto por el techo de deuda tuvo su réplica en Europa. El bono español, que el viernes pasado alcanzó el 3,6%, se sitúa ahora en el 3,4%. Por su parte, la deuda alemana con vencimiento en 2033 en apenas dos sesiones baja del 2,5% al 2,34%. Esta moderación no impide cerrar el mes con pérdidas. El índice mundial de bonos pone fin a dos meses consecutivos de ganancias y cae un 2,7% en el mes, el peor balance desde comienzos de año. Las expectativas de tipos más altos y el mayor apetito por el riesgo que muestran los inversores a medida que se despejan las dudas aceleran el trasvase de flujos de la renta fija a las Bolsas. A nivel global han sido las tecnológicas las que más han recogido este efecto. A falta de una sesión para el cierre de mes el Nasdaq sube más de un 6,5% en este periodo, ganancias que se amplían al 18% en las grandes tecnológicas.




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Sobre la firma

Gema Escribano
Periodista económica, con 13 años de experiencia como redactora. Formó parte de la web de Cinco Días desde 2010 hasta 2017 cuando pasó a integrar la sección de Mercados. Especializada en información bursátil y mercado de deuda. Estudió periodismo en Universidad Carlos III.

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