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En colaboración conLa Ley

Pena de telediario: cuando la defensa también se da en la prensa

Los juicios de Luis Rubiales, Íñigo Errejón o de Nacho Cano acaparan la atención de los medios. La comunicación de litigios mitiga las secuelas en la reputación de un acusado famoso y libran a los abogados de la presión

DVD 1249 (16-01-25) El exdiputado Íñigo Errejón a su salida tras declarar en el Juzgado de Instrucción Número 47 de Plaza de Castilla por una denuncia de Elisa Mouliaá por un posible delito de agresión sexual. SAMUEL SÁNCHEZ
DVD 1249 (16-01-25) El exdiputado Íñigo Errejón a su salida tras declarar en el Juzgado de Instrucción Número 47 de Plaza de Castilla por una denuncia de Elisa Mouliaá por un posible delito de agresión sexual. SAMUEL SÁNCHEZSamuel Sánchez

Aunque el Código Penal no la recoge, la pena de telediario existe y se ceba con personajes públicos que protagonizan procedimientos judiciales de alto interés mediático. Hay numerosos casos en los que tanto el acusado como la víctima han tenido que lidiar con el juicio paralelo. Uno de los más recientes ha sido el de Luis Rubiales, acusado de presuntos delitos contra la libertad sexual y de coacciones contra la futbolista Jennifer Hermoso. También está el procedimiento de la actriz Elisa Mouliaá contra Íñigo Errejón, al que acusó de agresión sexual: ambos han padecido el escarnio en redes sociales. O el músico Nacho Cano, en el banquillo por un supuesto delito contra los derechos de los trabajadores extranjeros y por favorecer la inmigración irregular. Si añadimos los casos del ámbito del deporte, de la arena política o empresarial, la lista es interminable. Los juicios son noticia y los periodistas deben informar e intentar publicar exclusivas, pero el impacto puede ser brutal en los investigados. ¿Cómo atenuar la condena mediática?

Poco a poco los abogados toman conciencia de que no pueden ejercer su función de espaldas a la prensa y cada vez más afectados recurren a la comunicación de litigios. Hoy en día, la batalla se da en los juzgados, pero también en los periódicos y en las redes sociales.

Los especialistas en comunicación de litigios recuerdan que la reputación decae cuando se defraudan las expectativas de los públicos de interés e impacta en la imagen, credibilidad, transparencia o contribución. “En casos de investigaciones penales, la dimensión de integridad suele ser la más afectada, ya que se pone en duda si la persona actúa de forma honesta, justa y respetuosa con las normas”, explica Alba García, directora sénior de crisis, riesgos y litigios de LLYC. Los consultores se encuentran con un problema adicional: “La mayoría de las veces en las que las personas nos contratan, la crisis ya ha estallado”, señala. Además, parten de cero, porque rara vez cuentan con mediciones previas sobre su reputación.

¿Y en las empresas? “A corto plazo, los sistemas de cumplimiento de sus clientes la pueden poner en rojo y evitan tener relación con ella, incluso por el simple hecho de aparecer en una noticia o porque te llaman como testigo, sin que la hayan imputado. En el medio o largo plazo, esto puede acabar en la quiebra”, subraya Roberto Ruiz Ballesteros, experiodista de tribunales que lidera la consultora Ballesteros Comunicación.

El objetivo es mitigar los efectos del inevitable ruido mediático. “Aunque cada caso es un mundo, tener una estrategia siempre ayuda, pensar en lo que se va a decir y quién va a ser el portavoz. Hay casos complicados, como los asesinatos. A veces hemos sentado al cliente con los periodistas, pero le asistimos. Todo depende del procedimiento”, comenta Valvanuz Serna, socia directora de Proa Comunicación.

Los expertos realizan un diagnóstico personalizado “tanto en la prevención o preparación de un proceso, en su ejecución o en la posterior y necesaria recuperación. A veces entramos en todas las fases del proceso y en otras nos toca hacerlo cuando el juicio ya está en marcha y se está produciendo mucho ruido en torno a él”, detalla Pablo Zamorano, socio sénior de comunicación de la agencia Kreab España.

Sobre si la batalla del relato se libra en las redes sociales o en la prensa, Alba García recalca que suelen priorizar canales de comunicación más directos con los distintos públicos. “En ocasiones, las estrategias de comunicación se limitan a contemplar únicamente los medios y es un error”, advierte. Para Roberto Ballesteros, el foco está claro: “Nos dedicamos a la comunicación, pero reconocemos la importancia que tienen los periodistas al crear opinión. En las redes se habla de lo que los medios han contado previamente”.

Comunicación de litigios, estrategias Gráfico
Belén Trincado Aznar

Estrategias ‘ad hoc’

Las agencias ven una evolución positiva de los abogados. “Se dejan guiar bastante. Cuando ven que estamos a su disposición, comprenden que esa parte también les ayuda a ellos y al proceso. Un buen plan de comunicación puede reactivar algunos casos, por ejemplo, en el arbitraje, cuando hay laudos ya publicados que no se estaban ejecutando”, indica Valvanuz Serna. Coincide con Pablo Zamorano: “Hay una mayor concienciación por parte de los abogados sobre contar con estrategias de comunicación ad hoc debido al incremento de este tipo de noticias y exposición tanto a nivel mediático como en redes sociales”, sostiene. La labor en equipo es fluida, concuerdan.

Sin embargo, hay desconocimiento. “Muchos recomiendan guardar silencio, pero para que se escuche al cliente no es necesario que hable o que convoque una rueda de prensa, hay otras maneras para que un periodista conozca la versión de la parte investigada”, admite Roberto Ruiz, quien compara la situación en España con la de Estados Unidos. “Allí, después de cada sesión, hay una rueda de prensa donde hablan el fiscal, los abogados y las partes. Aquí, aunque se reconoce que existe un juicio paralelo, en la práctica se actúa de espaldas, pero hay que tener en cuenta a los periodistas”, destaca.

No es conveniente quedarse de brazos cruzados. Hay que adelantarse y ser proactivos con actuaciones que jueguen a favor. La atención se debe poner en las fases críticas: en la instrucción, en un registro o cuando hay detenciones. Diana Jennen, socia de Gericó Associates, insiste en cuidar la entrada y salida del juzgado: “Plantea un elevado riesgo de contradicciones si la persona no está preparada, el caso es mediáticamente hostil o los abogados recomiendan silencio para no comprometer la defensa legal”. Pero puede ser una oportunidad si el acusado logra transmitir su compromiso con la transparencia o su fortaleza. Las declaraciones deben ser breves y contundentes, con un argumentario analizado previamente en base a las posibles preguntas de la prensa, con foco en mensajes clave, controlando el tono y el lenguaje corporal.

El fallo no es sinónimo de paz. Según los especialistas, existen tres criterios que dibujan el principio del fin del juicio en los medios: la caída del interés periodístico y digital; la restauración de la reputación y la credibilidad, y la minimización del impacto legal y social. “La crisis no se da por cerrada simplemente con una sentencia favorable; el éxito real se mide en términos de percepción pública, no solo legales. Si está mal gestionada, puede perseguir a una persona incluso si es inocente”, avisa Diana Jennen. La pena de telediario tiene una sombra alargada.

Los abogados penalistas prefieren un perfil bajo en los medios

“Zapatero, a tus zapatos”. Este refrán describe el enfoque de muchos abogados que defienden a clientes famosos cuando tienen que soportar la presión de la prensa, no sin cierta incomodidad. ¿La apuesta de muchos? El perfil bajo. “Para el cliente, lo mejor es que su problema judicial pase desapercibido. Pero no se escoge, la repercusión mediática te viene dada”, señala Pau Molins, penalista que defendió a Shakira en dos procedimientos judiciales: uno lo ganó; en el otro, pactaron una conformidad. Justo en el momento en que se alcanzó el acuerdo, la artista envió a los medios un comunicado explicando en clave humana los motivos por los que reconoció los delitos a cambio de una rebaja en la pena.

En un intento por conectar con su público de interés y de resarcir su reputación, aludió a su rol como madre, a que no quería perder más tiempo ni que sus hijos padecieran el desgaste de un juicio y a que quería pasar página: “Ellos mismos me lo han pedido, y por ellos he tomado esta decisión”, aseguró en noviembre de 2023. 

El fundador de Molins Defensa Penal detalla que, a veces, la persona o la empresa afectada impone su propio gabinete in house o externo. “Es lo más cómodo porque puedes delimitar las funciones estrictamente procesales y las agencias se encargan de todo lo que haya que trasladar a los medios”. Si su defendido no cuenta con una estructura, el área de comunicación de su despacho presta este servicio. 

Gestionar las peticiones de los informadores no es fácil. “El periodista quiere la noticia, pero no se la puedes dar si los intereses no convergen con los del cliente. Sin embargo, si llevas la acusación, puede ser beneficioso que se conozcan determinadas circunstancias. El criterio principal es la defensa de los intereses del cliente”, afirma el letrado de la famosa cantante.

La comunicación de litigios, para muchos, sigue siendo una asignatura pendiente. Tal como señala Eduardo de Urbano, of counsel del área penal económica de Kepler-Karst, “nos dedicamos a la parte jurídica, pero la otra no la asumimos. Es necesario abordarlo porque las noticias causan mucho desgaste emocional y un estigma reputacional”. Asimismo, considera que los bufetes de un cierto tamaño deberían realizar cursos de formación para que sus abogados sepan cómo afrontar los efectos colaterales de un juicio mediático. 

¿Quién tiene la última palabra sobre lo que se difunde o no? Mientras Pau Molins cree que es el cliente, aunque debe dejarse aconsejar por el especialista, Eduardo de Urbano alerta de las consecuencias a nivel jurídico. “El despacho es el que dirige el asunto y quien tiene que valorar si es necesario y en qué términos. Puede que no sea beneficioso, hay que ser muy cuidadoso”, advierte este especialista. Tanto el bufete como la consultora de comunicación tienen que responsabilizarse de su trabajo y cumplir su función, pero De Urbano señala que, “para el abogado, su público son los tribunales”. 

El experto recalca que la mejor manera de evitar la pena de telediario es conseguir el archivo del procedimiento. Con todo, en términos generales puede decirse que los abogados valoran la ayuda de los profesionales de la comunicación, porque les descargan de la presión de los periodistas y de los titulares.

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