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Emprendimiento femenino: cómo sobrevivir a los retrocesos en equidad que propone Trump

Las empresas dirigidas por mujeres generan ingresos sólidos, pero su acceso al capital sigue siendo más complicado que para los hombres

La diversidad de género en puestos directivos mejora los resultados, según varios estudios.

En un contexto global donde se lucha para que las mejoras sociales ganen protagonismo, la combinación del emprendimiento femenino e inversión de impacto con perspectiva de género emergen como motor para un desarrollo económico más inclusivo.

Mientras que la nueva Administración en Estados Unidos está dando marcha atrás a medidas que potenciaban la inclusión, la equidad y la diversidad, en Europa y América Latina se trabaja para impulsar un ecosistema donde las mujeres emprendedoras no solo son agentes de cambio social, sino que sus proyectos también son percibidos como oportunidades de inversión con alto potencial de rentabilidad.

Esade acaba de inaugurar su nuevo campus en Madrid y, desde su think tank sobre impacto social, Esade Center for Social Impact (ECSI), ha impulsado estudios clave sobre emprendimiento femenino e inversión con perspectiva de género. Uno de los más recientes es Gender strategies in investing. How do European investment firms move from awareness to action?, que analiza cómo pueden las empresas de inversión europeas pasar de la concienciación a la acción.

Este trabajo detalla las principales estrategias para el despegue definitivo de la inversión con enfoque de género (GLI, en sus siglas en inglés). La primera sería fomentar la diversidad de género dentro de las propias firmas de inversión, aumentando la representación femenina entre los responsables de la toma de decisiones e impulsando la aparición de mujeres business angels (inversoras, madrinas de proyectos de emprendimiento). “Este sería el cambio más importante y quizá más accesible y crearía naturalmente un sistema financiero más sensible al género”, opina Leonora Buckland, investigadora sénior de ECSI y autora del mencionado informe junto a Lisa Hehenberger, directora de ECSI, y Jessica Harneyford, también investigadora del centro.

Fondos especializados, políticas públicas favorables y redes de apoyo pueden cambiar esta realidad y favorecer el desarrollo económico, según las expertas de Esade

Otra cuestión en la que la GLI está haciendo hincapié es en la mejora de la equidad de género en las empresas en cartera de los inversores. “No se trata solo de una cuestión de equidad, sino de una estrategia que también aporta beneficios económicos y competitivos”, asegura Hehenberger, ya que numerosos estudios demuestran que “la diversidad de género en puestos directivos y en los consejos de administración mejora los resultados empresariales”.

Emprendedoras en busca de financiación

El estudio de Esade también menciona como estrategia clave invertir en empresas lideradas por mujeres. Pero aquí nos encontramos una realidad incuestionable: su menor número frente a las encabezadas por hombres, debido en buena medida a sus dificultades para acceder a la financiación.

World Economic Forum revela que las startups fundadas exclusivamente por mujeres recibieron en 2023 solo el 2% de la financiación en EE UU y el 1,8% en Europa. Si consideramos también las startups cofundadas por mujeres, el porcentaje alcanza el 9,6% del capital de riesgo levantado en 2023, según Women-Funded Startups. En España, este porcentaje mejora ligeramente, llegando al 12%, refleja un estudio de Endeavor España.

Estos datos, aportados por Maite Fibla, fundadora de Ship2B Foundation y Ship2B Ventures, en la que ejerce como socia directora, demuestran que “la brecha de financiación sigue siendo enorme”. Ante esa situación cree que Europa debe adoptar una posición firme y reforzar su compromiso con un modelo económico que integre la diversidad y el talento femenino como eje estratégico de competitividad.

En cuanto a África, un enfoque de inversión centrado en el género también mejora tanto los retornos sociales como financieros al desbloquear el potencial económico de las mujeres. “Las empresas con diversidad de género tienen un 27% más de probabilidades de superar financieramente a aquellas que no la tienen”, resalta Sebastian Waldburg, de Oryx Impact, que está levantando un fondo de fondos para invertir con enfoque de género en el continente. De hecho, según destaca, cerrar la brecha de género en la participación económica podría añadir 315.000 millones de dólares al PIB de África en los próximos cinco años.

“Cuando invertimos con visión de género, generamos más innovación, mejores resultados y un impacto más profundo en la sociedad”, asegura la experta de Ship2B Ventures. Es más, un estudio de Boston Consulting Group & MassChallenge concluye que las startups fundadas por mujeres generan un 10% más de ingresos y tienen un 27% menos de probabilidades de fracasar que las lideradas solo por hombres.

Rehuyendo los retrocesos

Las políticas gubernamentales juegan un papel clave en el desarrollo del emprendimiento femenino. En Colombia, por ejemplo, el Fondo Mujer Emprende ha destinado más de 30 millones de dólares en líneas de crédito preferenciales para mujeres empresarias. En México, los programas de aceleración han impulsado más de 2.500 empresas femeninas en los últimos cinco años. Por su parte, Argentina y Brasil han desarrollado incentivos fiscales para empresas que fomenten la diversidad de género en sus estructuras. “Estas políticas han demostrado mejorar el acceso a financiamiento, reducir barreras culturales y promover redes de apoyo para mujeres emprendedoras”, resume Carolina Suarez, consejera delegada de Latimpacto, red latinoamericana que promueve un despliegue más estratégico del capital dirigido al impacto.

Sin embargo, las políticas de otros países pueden tener un impacto negativo en estos avances. Preocupa especialmente la retirada en EE UU de medidas de diversidad, equidad e inclusión (DEI, por sus siglas en inglés). Para Leonora Buckland, este discurso de Donald Trump en contra de la DEI “es probable que afecte a la corriente principal de inversores y al sentimiento del mercado y ponga en peligro los logros de la inversión con perspectiva de género de los últimos años” frenando el acercamiento entre género y finanzas.

Fibla cree que en el ámbito del emprendimiento femenino esto podría traducirse en una reducción del capital disponible para proyectos liderados por mujeres o que prioricen la diversidad como motor de innovación y crecimiento, “lo que ya es preocupante debido al bajo nivel de inversión actual”.

Sin embargo, Buckland está convencida de que “los argumentos empresariales y morales siguen siendo válidos” y aquí hace hincapié en que en Europa la maquinaria financiera respalda este tipo inversión y hay muchos programas y actividades relacionados con el espíritu empresarial femenino.

El papel de la homofilia y la autopromoción

Pero, ¿por qué ellas tienen más dificultades para que sus iniciativas empresariales encuentren financiación? Hehenberger asegura que los inversores tienen sesgos cuando se trata de apoyar a mujeres, “ya que la imagen tradicional del emprendedor sigue estando asociada a un hombre. A eso se añade que la mayoría de los inversores son hombres, lo que genera un efecto de homofilia: las personas tienden a confiar más y a financiar a otras personas similares a ellas”.

Otra cuestión que tampoco hay que olvidar es que, en general, las mujeres han crecido en un sistema que no fomenta la misma confianza en sí mismas que en los hombres, lo que se traduce en una menor capacidad de autopromoción. “Cuando las mujeres buscan financiación para sus emprendimientos tienden a hablar más sobre los riesgos y los posibles problemas, en lugar de centrarse en el potencial de crecimiento, lo que puede afectar la percepción de los inversores”, considera la directora del think tank académico de Esade. Sin embargo, también se ha comprobado que las proyecciones financieras realizadas por mujeres suelen ser más precisas y realistas, pero a pesar de esto, “los inversores suelen olvidar estos datos”.

Carolina Suarez tiene claro que para atraer más financiación hacia proyectos liderados por féminas es necesario impulsar fondos de inversión que prioricen negocios liderados por ellas, utilizar combinaciones de financiación público-privada “para mitigar riesgos e incentivar la inversión” y reforzar la capacitación y mentoría para “fortalecer las habilidades empresariales y el acceso a redes de financiamiento para mujeres”.

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