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La contaminación se asocia con el asma, fallos cardiacos y partos prematuros

Una de cada cuatro muertes en el planeta está vinculada con las condiciones ambientales. El auge del dengue y la malaria se atribuye también a las altas temperaturas

Una mujer usa una mascarilla para protegerse de la polución.
Alejandro González Luna

A menudo se pasa por alto, pero la relación entre las personas y el medio ambiente es tan estrecha que una mínima alteración en el delicado equilibrio que rige este nexo puede llegar a tener un impacto dramático, sobre todo en aspectos como la salud pública. Así lo pone de manifiesto la Organización Mundial de la Salud (OMS) con datos como estos: una de cada cuatro muertes en el planeta está vinculada de alguna manera con las condiciones ambientales. Esos son casi 13 millones de fallecimientos anuales, tres millones más que todos los soldados que se calcula perecieron en los cuatro años que duró la Primera Guerra Mundial.

“Necesitamos agua potable para beber, alimentos para comer y aire limpio para respirar. Si esto falla, y eso es precisamente lo que está ocurriendo con el cambio climático, se ponen en riesgo los pilares de nuestra salud”, explica María Neira, directora del departamento de medio ambiente, cambio climático y salud de la OMS. La relación entre estos elementos no es casual, sostiene, ya que el 75% de las causas responsables del calentamiento global, como la quema de combustibles fósiles, también lo son de la contaminación atmosférica, que por sí sola provoca cada año unos siete millones de muertes prematuras.

La OMS calcula el coste global del cambio climático en la salud en 3.680 millones anuales de aquí a 2030

Además, el calentamiento global contribuye de manera indirecta a la contaminación a través factores como la prevalencia anticiclónica, el aumento de las temperaturas y olas de calor e incendios más frecuentes, los cuales favorecen la presencia de contaminantes en la atmósfera –por ejemplo, partículas finas, dióxido de nitrógeno y de azufre u ozono–, señala María Barberá, miembro de la junta directiva de la Sociedad Española de Salud Ambiental (SESA).

Los efectos de esta contaminación en la salud son amplios. “Esta afecta no solo al conjunto general de enfermedades cardiovasculares y respiratorias, sino también a otras patologías que hasta ahora no habían sido muy estudiadas, como todo el espectro de enfermedades neurodegenerativas y endocrinas. Además, se están investigando enfermedades relacionadas con la obesidad y otras afecciones que van más allá de las tradicionalmente consideradas”, subraya Cristina Linares, investigadora del Instituto de Salud Carlos III y codirectora del Observatorio en Salud y Cambio Climático de España. La contaminación del aire se ha relacionado además con partos prematuros o de bajo peso.

Más allá del aire

Pero el cambio climático también altera, a través de la intensificación de los fenómenos meteorológicos y las temperaturas más elevadas, la cadena alimentaria e incrementa el riesgo de zoonosis debido al desplazamiento al que se ven forzadas a emprender algunas especies de animales. “Esto favorece la proliferación de vectores como los mosquitos, aumentando la incidencia de enfermedades como la malaria y el dengue”, afirma Neira, de la OMS.

En España, por ejemplo, se ha detectado en los últimos años la presencia del Aedes albopictus (mejor conocido como mosquito tigre) y del Aedes aegypt, ambos de climas tropicales y responsables de transmitir el dengue, dando lugar a brotes autóctonos de esta enfermedad, como el reportado el año pasado en Tarragona, con ocho casos. Algunos expertos advierten de que, de no prevenirse, patologías como el dengue o el zika serán endémicas en Europa en unos años.

El organismo prevé 25.000 muertes más al año por el paludismo, la desnutrición y el estrés térmico

Por otro lado, se acumula cada vez más evidencia sobre el impacto psicológico del cambio climático, que incide en aspectos como el estrés, la depresión y la ansiedad. Un gran metaanálisis publicado en 2024 en World Psychiatry por investigadores del Clínic Barcelona-IDIBAP halló que el calentamiento global “puede haber hecho aumentar un 5% los casos de suicidio en el mundo”. Además, concluye que este incremento puede ascender al 7% de cara a 2050.

Medidas globales

Para Julio Díaz, investigador también del Instituto de Salud Carlos III y codirector del Observatorio en Salud y Cambio Climático, es necesario adoptar un enfoque “más integrador” para mitigar los impactos del cambio climático en la salud pública. “No tiene sentido un plan de prevención para una ola de calor sin considerar la contaminación o cualquier otro factor ambiental”, sostiene.

La respuesta a la problemática también tiene que ser global, añade, ya que no es suficiente que a las localidades próximas a un incendio forestal se les recomiende no salir de casa, “mientras que a 600 km de distancia no se diga nada, cuando probablemente es ahí donde el penacho de humo está causando más impacto”. Como ejemplo, recuerda los incendios en Canadá de 2024, cuyo humo llegó a España tras recorrer miles de kilómetros.

Sin embargo, la politización actual de todo lo relativo al cambio climático se ha erigido como una barrera para llegar a consensos sobre cómo mitigar su impacto. Como antídoto, María Neira, de la OMS, propone usar lo que ella llama el ‘argumento salud’. “Cuando le hablas a una persona asmática sobre la contaminación del aire, lo entiende perfectamente. Es un argumento positivo, que la gente comprende y que no genera controversia. Todo el mundo quiere prevenir enfermedades, y por eso creo que la salud es el motor que puede acelerar la agenda ambiental”, concluye.

Impacto económico

Cambio climático. La OMS estima que el coste del impacto directo del cambio climático en la salud a escala global será de entre 1.840 y 3.680 millones de euros anuales de aquí a 2030. Además, prevé que, entre 2030 y 2050, causará unas 25.0000 muertes adicionales cada año como consecuencia de la desnutrición, el paludismo, la diarrea y el estrés térmico.

Contaminación. Un estudio publicado este año por Julio Díaz y Cristina Linares, del Instituto de Salud Carlos III, junto a investigadores de otras entidades, estima que la contaminación atmosférica en España provoca, por sí sola, aproximadamente 60.000 ingresos hospitalarios agudos al año y tiene un coste de 890 millones de euros para el país.

Inversión. Un informe reciente de la consultara Oliver Wyman y el Foro Económico Mundial calcula que, con una inversión de 65.000 millones de dólares en vacunas, medicamentos, dispositivos médicos y tecnología sanitaria durante un periodo de cinco a ocho años, se podría salvar hasta 6,5 millones de vidas y prevenir importantes enfermedades y discapacidades causadas por el cambio climático.


Sobre la firma

Alejandro González Luna
Colaborador de EL PAÍS y Cinco Días desde 2021. Escribe sobre temas como sostenibilidad y ciencia y salud. Ha publicado el libro 'Donde el mar termina' (Pre-Textos), ganador del Premio Internacional Emilio Prados. Es licenciado en periodismo por la Universidad Católica de Santo Domingo y máster de literatura por la Universidad de Salamanca.
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