Una industria tecnológica y de calidad consolida el crecimiento y el empleo
La comunidad foral es la tercera del país en renta per cápita y renta disponible de los hogares. Automoción, bienes de equipo y agroalimentario de alto valor añadido son las bases de su prosperidad económica
La Comunidad Foral de Navarra goza de una economía dinámica y próspera. A pesar de las actuales incertidumbres, comunes en toda España, su capacidad de recuperación es fuerte. Como muestra, los indicadores de 2021, ejercicio que arrastraba las consecuencias de la pandemia de Covid: su PIB creció entonces un 5,9%, solo por detrás de Baleares (10,7%) y Canarias (7%) y por encima de la media española (5,5%), según el Instituto Nacional de Estadística (INE).
En 2023, y de acuerdo a los datos del segundo trimestre, Navarra sigue creciendo (1,7% respecto al mismo periodo de 2022); ha recuperado el empleo (2,2%); presenta una tasa de paro inferior a la media española (9% frente al 9,3%); registra más afiliados a la Seguridad Social (1,9%), y cuenta con más número de empresas (1,1%). La evolución económica sigue la tendencia de la del país, pero ha vuelto a su senda adelantada. Navega con su habitual velocidad de crucero, la que le ha convertido en la tercera comunidad con más renta per cápita de España (31.024 euros frente a los 25.948 euros de media nacional) por detrás de la Comunidad de Madrid (34.821 euros) y del País Vasco (32.925). Ocupa la misma posición en cuanto a la renta disponible de los hogares: 17. 895 euros, solo superada por el País Vasco (20.479 euros) y la Comunidad de Madrid (19.470 euros), según los últimos datos publicados por el INE y referidos a 2021. Y todo esto se produce en una región que, en junio de 2023, tenía 676.699 habitantes, el 1,39% de la población de España. Sin embargo, su aportación al PIB nacional es del 1,7%.
La buena salud de la economía foral tiene una causa principal: una alta industrialización con gran valor añadido. Efectivamente, el sector industrial en esta comunidad representa el 30% del PIB, cuando en España el peso del mismo es del 17,6%.
“Gran parte de las empresas industriales, caracterizadas por sus elevados niveles tecnológicos y su notable capacidad exportadora, pertenecen a los dos subsectores de actividad más importantes dentro de la industria navarra: automóvil y maquinaria de equipo. Ambos y la industria agroalimentaria suponen más de la mitad del valor añadido bruto (VAB) industrial de Navarra”, afirman en Invest in Navarra, el área de captación de inversión exterior de la Sociedad de Desarrollo de Navarra (Sodena), dependiente del Gobierno foral. “El gran tejido empresarial se extiende desde el sector primario hasta el industrial y terciario, generando sinergias que facilitan la reducción de costes, productividad y rentabilidad”, agregan.
El profesor agregado de Economía de la Universidad de Navarra, Álvaro Bañón, ahonda en las claves: “Navarra tiene una excelente capacidad para atraer inversión y cuenta con un sector privado muy dinámico”. El dinamismo del que habla este experto es palpable, explica, “en su industria agroalimentaria, por ejemplo, que es potentísima y en parte porque dedica muchos esfuerzos a invertir en I+D+i”.
El sector fabril concentra el 75% de la inversión, cuando en el resto del país lo hace en servicios (un 60%)
Los datos oficiales lo avalan: “A diferencia del resto del país, donde la inversión tiende a concentrarse en el sector servicios (60%), en Navarra la industria ha concentrado un 75% de los flujos, el 78% en la última década”, informan en Invest in Navarra.
Tratándose de una comunidad de régimen foral, que posee su propio sistema tributario con capacidad legislativa y de recaudación plenas, hay que preguntarse en qué medida este hecho influye en su bienestar económico. El profesor Bañón aclara que “disponer de un sistema fiscal propio influye, pero no es significativo, ni el único motivo de la evolución económica positiva. Ahora mismo, los tipos de todos los impuestos están aquí muy altos. En sociedades el tipo general está en el 28% cuando en territorio común se fija en el 25% y en los vecinos territorios forales vascos está aún más bajo, en el 24%, y eso dificulta”.
Pero la comunidad foral también debe hacer frente a los nubarrones que se ciernen sobre su economía. La subida de los precios en el sector de la alimentación, tan vital para este territorio, es uno de los problemas. La potencia de la automoción en su industria se está viendo empañada por la producción del coche eléctrico, que está provocando ajustes en Volkswagen, la principal planta fabril de Navarra. La energía eólica, un puntal en la comunidad, está sufriendo la competencia de los bajos precios, sobre todo, de China. Y, por fin, la falta de infraestructuras ferroviarias más modernas influye negativamente en la entrada y salida de mercancías.
Factores socioeconómicos que ayudan mucho
Capital humano. Un factor que hay que tener en cuenta a la hora de valorar la evolución socioeconómica de Navarra es que cuenta con capital humano formado y especializado, aspecto destacado por los analistas. En la comunidad foral coexisten la privada y más antigua Universidad de Navarra y la Universidad Pública de Navarra, creada a finales de la década de los 80. Ambas figuran entre las mejores del país. Un segundo factor socioeconómico es la existencia, en el sector servicios, de un sistema sanitario y de investigación de muy alto nivel, que atrae tanto talento como inversiones.
Canal de Navarra. Hace poco más de dos décadas se acometió una gran obra pública: el Canal de Navarra, que lleva agua desde el norte a las zonas media y del sur. Abastece a casi 60.000 hectáreas de regadío, lo que ha supuesto toda una inyección para el sector agrario y ha aumentado el valor añadido de sus productos.
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