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Rusia y China: ¿Cuánto se han compenetrado realmente sus economías tras dos años de guerra?

Tras dos años de conflicto bélico, el cofre de guerra de Vladimir Putin parece que nunca se vacía. A pesar de las sanciones occidentales, las exportaciones energéticas a Pekín han permitido a Moscú evitar el deterioro económico, por el momento

Comercio exterior China-Rusia Gráfico
Belén Trincado Aznar
Luis Alberto Peralta

La relación entre China y Rusia “no tiene límites”, o por lo menos así lo afirmó el presidente chino, Xi Jinping, a inicios de este año, cuando Vladimir Putin lo visitó en Pekín. Ambos líderes se han reunido más de 40 veces desde que el jefe de Estado chino llegó al poder, y esta cercanía política se refleja en una relación económica cada vez más profunda. A pesar de las sanciones por la invasión a Ucrania, el comercio entre el gigante asiático y Rusia aumentó un 26,3% interanual, hasta los 240.110 millones de dólares, en 2023.

Específicamente, las importaciones rusas desde China el año pasado ascendieron a 110.970 millones de dólares, un 46,9% más que en 2022, y las exportaciones rusas a China aumentaron un 12,7% interanual, a 129.130 millones de dólares en 2023, según indicaron desde la agencia estatal de aduanas de Pekín. Asimismo, se calcula que actualmente alrededor del 20% de los pagos por las importaciones desde China se pagan en yuanes, y que una cuota similar de las compras de materias primas rusas también se liquida en esta moneda.

“Al cerrarse con la guerra de Ucrania el mercado europeo, Rusia ofrece lo que tiene. Principalmente materias primas, como el gas y el petróleo. China le ofrece coches, maquinaria y ciertos componentes que son necesarios para la fabricación de semiconductores”, explica CincoDías Félix Valdivieso, director del IE China Center de IE University y autor del libro China para los nuevos bárbaros. El experto destaca que, para Pekín, el comercio con Rusia solo representa el 3%, mientras que el gigante asiático abarca el 26% del total del comercio ruso.

“La invasión de Ucrania ofrece a China una lección importante sobre su propia resiliencia económica, un elemento crítico de lo que el presidente Xi llamó seguridad nacional integral. En 2023, Rusia superó a Arabia Saudí como el mayor proveedor de petróleo de China, dado que Pekín ha colocado la energía en el centro de su seguridad económica. En medio de la rivalidad geopolítica con Occidente, estos suministros rusos son vitales”, apunta la investigadora Yu Jie en un informe reciente del think tank Chatham House.

“Rusia también se ha convertido en un destino para muchos productos manufactureros chinos de alta gama, en un momento en que la débil demanda de los consumidores internos de China y la defensa de las élites políticas occidentales de la eliminación de riesgos han creado un cóctel peligroso que obstaculiza su recuperación económica”, añade Yu Jie.

Relación comercial

Los expertos coinciden en que el gran sector que ha impulsado el comercio entre Rusia y China es la energía. De hecho, estas exportaciones hacen que los rusos sean una de las pocas naciones a nivel global que tienen una balanza comercial a su favor con el gigante asiático (ver gráfico). Tras la invasión a Ucrania y las sanciones occidentales, el Kremlin ha dedicado todos sus esfuerzos a posicionar el excedente de gas y crudo que antes iba hacia Europa en el continente asiático.

En este contexto, un informe reciente de la Agencia Internacional de la Energía (AIE) indica que las importaciones chinas de gas por gasoducto se incrementaron aproximadamente un 17%. Fueron impulsadas por “un aumento continuo” de las entregas rusas a través del gasoducto Power of Siberia y por una recuperación de las importaciones desde Asia Central.

“La integración en el campo energético se está dando a través del gasoducto Power of Siberia 1 y después de la invasión a Ucrania se puso en marcha el a of Siberia 2. La ruta del ártico también es muy importante para China, que le conviene mucho por ser una vía comercial nueva”, expresa Alicia García-Herrero, economista jefe para Asia de Natixis e investigadora de Bruegel. Asimismo, la experta que el puerto de Vladivostok se está convitiendo en un punto clave para el comercio de gas natural licuado.

La empresa estatal rusa de gas, Gazprom, ha asegurado que las exportaciones hacia China seguirán creciendo y que se pretende desarrollar nueva infraestructura gasista que conecte a ambas naciones a través de Mongolia. De hecho, en febrero indicó que se calculaba que el volumen de exportaciones por el gasoducto Power of Siberia se ha duplicado desde 2022, y que se espera que alcance su máxima capacidad de transporte en 2025.

No obstante, recientemente Gazprom reportó un déficit anual de unos 6.450 millones de euros, sus primeros números rojos en 20 años. En esta línea, un análisis de Atlantic Council calcula que los precios rusos del gas exportado podrían estar más de 80 dólares por debajo de los precios pactados, algo que estaría generando grandes pérdidas a Moscú.

Dicho esto, otro factor relevante es el impulso que el Kremlin le está dando a la exportación de gas natural licuado (GNL) a Asia a través de la ruta del ártico. En esta línea, la AIE pronostica que las exportaciones rusas de GNL aumentarán en 2024, gracias a la recuperación de los proyectos de explotación de Sakhalin-2 y Yamal LNG en 2023, que estuvieron en mantenimiento. Igualmente, cabe resaltar que las importaciones totales chinas de GNL crecieron un 20% en 2023.

En cuanto al crudo, a pesar de que la UE y el G7 implementaron un límite de precio global para el petróleo ruso (60 dólares por barril), las importaciones de los gigantes asiáticos se han incrementado. Según Kyiv School of Economics (KSE), China es el segundo comprador de crudo ruso, por detrás de India.

En concreto, los chinos importaron por vía marina 1,281 millones de barriles diarios, mientras que los indios, 1,445 millones de barriles en mayo, según el último informe disponible de KSE. Junto a Turquía, estos dos países abarcan el 82% de las exportaciones de petróleo ruso sancionado. Asimismo, por lo menos el 15% de las llamadas “flotas fantasma” que movilizan estos productos están vinculadas a empresas de China o Hong Kong, según un informe de la entidad ucraniana.

“Está claro que el tope al precio del petróleo que el Grupo de los Siete (G7) impuso a Rusia en septiembre de 2022 no está funcionando. Rusia ha seguido vendiendo fácilmente petróleo exportado a través del oleoducto Siberia Oriental-Océano Pacífico a China a un precio muy por encima del límite de 60 dólares, ignorando efectivamente la limitación de precio. Además, el Ministerio de Finanzas ruso informa de que incluso el precio del crudo de los Urales enviado a través de los puertos del mar Negro y del mar Báltico ha superado los 60 dólares por barril”, sentencia un informe del think tank Atlantic Council publicado recientemente.

Sin embargo, este volumen sigue siendo insuficiente para compensar el vacío que se ha generado como consecuencia de la guerra. “Es cierto que Rusia se ha convertido en el principal proveedor de petróleo de China desbancando a Arabia Saudí, pero esto no cubre lo que le vendía a Europa. No ha sido capaz de sustituir la pérdida de los clientes europeos”, afirma Valdivieso.

En cuanto a las exportaciones de China hacia Rusia, la mayoría consisten en vehículos o tecnología que pueda sustituir a las empresas occidentales. Los envíos chinos a Rusia aumentaron un 46,9% en 2023 respecto al año anterior, y se dispararon un 64,2% en comparación con 2021, antes de la guerra entre Rusia y Ucrania, según mostraron los datos de aduanas.

“Los semiconductores, los equipos de telecomunicaciones y las máquinas industriales se encontraban entre las categorías más importantes de exportaciones chinas a Rusia cubiertas por la lista de control de exportaciones de alta prioridad en 2023. Las máquinas industriales por sí solas representaron casi el 40% de la subida interanual de los productos chinos de doble uso en exportaciones”, revela un informe reciente de Carnegie Endownment for Peace (CEP).

Desde CEP añaden que Rusia ha logrado aumentar la producción de artillería, pero que su capacidad para producir microelectrónica y dispositivos ópticos sigue siendo insuficiente. En consecuencia, las exportaciones chinas han desempeñado un papel clave en sostener el esfuerzo bélico de Moscú. La dependencia rusa de China para productos de alta prioridad se elevó del 32% en 2021 al 89% en 2023.

Respuesta europea

El incremento en el comercio entre ambos países se da a pesar del intento de Occidente de bloquear los ingresos del Kremlin. Las sanciones de la Unión Europea vinculadas a la invasión de Ucrania se aplican a un total de 1.706 personas y 419 entidades rusas, y Bruselas ha congelado 21.500 millones de euros en activos y bloqueado importaciones por valor de 91.000 millones en los sectores energético, tecnológico y de lujo, entre otros. Además, se limitó el acceso a la tecnología occidental y se bloqueo el acceso de los bancos rusos al sistema internacional Swift.

Los expertos, no obstante, opinan que el apoyo de Pekín está impidiendo que las sanciones vacíen las arcas rusas de guerra. De hecho, si bien la economía rusa se contrajo un 1,2% en 2022, su crecimiento en 2023 se situó en el 3,6%. China insiste en que la situación en Ucrania no tiene por qué afectar a sus intercambios comerciales con Moscú, e incluso asegura que la postura de los países occidentales es hipócrita. “No se debe violar el derecho de China a una cooperación comercial y económica normal con Rusia y todos los demás países. Salvaguardaremos firmemente nuestros derechos e intereses legítimos”, aseveró el 23 de abril el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores chino durante una conferencia.

En opinión de Alicia García-Herrero, el problema es que Europa depende más de China que viceversa. “Consiguen exportar más a Rusia pero también más a Europa porque no se les pone ningún obstáculo. No hay realmente de-risking, y no lo va a haber. Esto ocurre también porque Pekín puede tomar mayores medidas contra Europa que contra EE UU, ya que se exporta desde sectores menos críticos como el lujo, los licores o productos agrícolas. Ahora China está haciendo unas investigaciones sobre componentes de ingeniería que pueden dañar mucho a las empresas alemanas. Los posibles afectados piden que no se siga a Estados Unidos en las tarifas para que sus empresas no sufran”, manifiesta la experta a este periódico.

“En el mundo actual, la mentalidad de la Guerra Fría aún persiste, y la hegemonía unilateral, la confrontación entre bloques y la política de la fuerza amenazan la paz mundial y la seguridad de todos los países”, expresa uno de los puntos del comunicado oficial que se publicó tras el último encuentro entre Xi Jinping y Putin. En esta línea, los mandatarios de ambos países garantizaron que su alianza se seguirá fortaleciendo. “Hace falta optimizar aún más la estructura de la cooperación, consolidar el buen impulso de la cooperación en ámbitos tradicionales como la economía y el comercio, apoyar el establecimiento de una red de plataformas para la investigación científica básica, continuar liberando el potencial de cooperación en campos de vanguardia, reforzar la cooperación en puertos, transporte y logística, y mantener la estabilidad de las cadenas industriales y de suministro globales”, detalla el comunicado.

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