Sánchez promete más impuestos para los ricos y empresas y ayudas sociales ante su investidura
El líder del PSOE anuncia la ampliación hasta junio de la rebaja del IVA a alimentos, más beneficiarios de las medidas de alivio hipotecario y transporte gratuito para jóvenes y parados desde el 1 de enero
La doctrina Robin Hood llevada a un programa de Gobierno: “Los ricos tienen que pagar más impuestos que lo que pagan ahora. Y mientras nosotros gobernemos los ricos van a pagar más que el resto, que es lo que mandata la Constitución”. Las palabras del candidato del PSOE a seguir como presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ayer durante la primera sesión del debate del investidura resumen su filosofía de recaudar entre los que más tienen para repartirlo entre los que menos poseen. Más aún, porque la advertencia lanzada a los grandes patrimonios la ubicó en su discurso dentro de la necesidad imperiosa que sobrevendrá de elevar los ingresos para cumplir así con los criterios de déficit y deuda que Bruselas muy pronto exigirá.
“¿Cómo lo vamos a hacer?”, se preguntó Sánchez, quien afronta hoy una votación decantada a su favor con 179 diputados frente a 171 en contra. A lo que contestó de inmediato: combatiendo la economía sumergida, ampliando la progresividad del IRPF, ensanchando las bases imponibles, garantizando un mínimo del 15% en Sociedades… “En definitiva, acabando con las vías de evasión fiscal de las grandes fortunas y multinacionales”, apuntilló.
Más ingresos para poder pagar, por ejemplo, la continuación de las ayudas especiales para paliar los efectos de la inflación, como la ampliación hasta junio de la rebaja del IVA a los alimentos, la elevación de 30.000 a 38.000 euros de los ingresos bajo los que se puede acceder a las medidas de alivio hipotecario y el transporte gratuito para jóvenes y parados a partir del 1 de junio.
“Nuestra segunda meta será que el poder adquisitivo de los trabajadores vuelva a crecer. Somos el país que más poder adquisitivo ha recuperado estos años desde la pandemia junto con Francia. Nuestro país tiene una de las inflaciones más bajas de Europa. Pero la vida se ha encarecido y somos conscientes. Vamos a dejarnos la piel para revertir esta situación con medidas en el medio y largo plazo, con reformas para mejorar la productividad del país, para ayudar a resolver el problema mañana, no en años”, ha resumido Sánchez durante su primera intervención.
En ella también se ha parado en el ámbito laboral, para el que Sánchez ha anunciado que en la próxima legislatura se reformará el Estatuto de los Trabajadores y se garantizará por ley que el salario mínimo siempre esté en el 60% del salario medio y se implantará la jornada laboral de 37,5 horas semanales.
De lo laboral a lo social, se seguirá reforzando la atención primaria y se elevará la cartera de servicios públicos. “También vamos a promover un gran pacto de Estado por la salud mental para aumentar los profesionales y reducir los tiempos de espera. Se va a garantizar que nadie se quede sin ayuda psicológica”, ha explicado. A todo esto se le añaden medidas enfocadas a la educación y la ciencia, como la mejora de la remuneración de los profesionales o la reducción de las tasas universitarias. “Para blindar el bienestar de nuestros mayores vamos a seguir vinculando las pensiones al IPC y cumplir con el mandato del Pacto de Toledo, que también dice que hay que destinar al fondo de reserva de la Seguridad Social 5.000 millones cada año para que los trabajadores de hoy tengan pensiones dignas cuando se retiren”, ha ahondando respecto a las pensiones.
El presidente en funciones, consciente de que los efectos del Estado del bienestar a veces tardan demasiado en llegar, también se compromete a abordar los problemas que acompañan a los trámites burocráticos: “Simplificaremos los trámites y vamos a establecer un modelo presencial, así como fijar un máximo de 30 de días para la recepción de prestaciones como la ayuda a la dependencia”.
En relación a la vivienda, Pedro Sánchez ha asumido que “es el mayor problema al que se enfrenta la población”. La subida de los alquileres y de las hipotecas, así como la dificultad de ahorrar, “han hecho que cada vez sea más difícil desarrollar un proyecto vital”. “Sabemos que tenemos que ayudar a los inquilinos y pequeños propietarios, especialmente a los jóvenes y por eso vamos a aumentar el bono para el alquiler. Crearemos una línea de avales para que los jóvenes puedas abonar hasta el 20% de las hipotecas” y se habilitarán hasta 183.000 viviendas públicas de alquiler asequible.
Contra la ultraderecha
Pedro Sánchez ha dejado para el final la referencia a la amnistía para los involucrados en el proceso independentista en Cataluña y ha expuesto que “las circunstancias son las que son”. Eso sí, ha matizado que es “perfectamente legal” y “acorde con la Constitución”. “Las circunstancias son las que son y toca hacer de la necesidad virtud”, ha admitido Sánchez, utilizando la misma expresión que lanzó en el último Comité Federal del PSOE, cuando defendió la amnistía por primera vez.
Además, ha subrayado que toma esta medida por “interés general”, en primer lugar para consolidar “los avances” logrados en los últimos cuatro años y para “seguir avanzando por la senda de la convivencia y del progreso”, según ha expresado. Llegado a este punto se ha preguntado qué Cataluña es mejor, si la de 2023 o la que había en 2017 y ha reprochado a la derecha no importarle en realidad esta nueva ley, sino rechazar todo lo que venga del Gobierno.
En un discurso al que también ha dedicado bastantes minutos a recordar las distintas medidas que PP y Vox han aprobado en gobiernos autonómicos y ayuntamientos desde las elecciones del pasado mes de mayo, Sánchez ha insistido en la “ola reaccionaria” en el primer mundo, que sólo podrá defenderse desde “la opción progresista”. “Se les va a hacer muy larga mi intervención”, ha ironizado tras los primeros encontronazos y quejas desde las bancadas antes de continuar advirtiendo lo que puede pasar si se sigue permitiendo el crecimiento de la ultraderecha: “Mientras yo sea presidente del Gobierno, toda la fuerza del Estado se dedicará a defender la igualdad”. Y ha añadido: “Ni un solo retroceso, ni una sola involución, ni un solo paso atrás”.
“El único muro eficaz contras las políticas de ultraderecha en comunidades y ayuntamiento ha sido el Gobierno progresista de España”, se ha jactado, para dar paso a una lista de las principales medidas adoptadas en la última legislatura, desde la subida del salario mínimo a los impuestos a la banca y energética, pasando por los 2,3 millones de empleos creados. “La igualdad son los nueve millones de jubilados y jubiladas que no han perdido poder adquisitivo” o los “14 millones de trabajadores que se han beneficiado de la reforma laboral”.
También ha hecho balance económico de la legislatura pasada, entresacando como grandes conclusiones que España tiene una de las “inflaciones más bajas, la energía más barata, inversiones extranjeras récord y mejores datos de empleo de la historia”. “Todo ello, con paz social”, ha puntualizado mientras que se ha garantizado un “estado del bienestar más amplio y robusto”. Tanto es así que “el dinero que el Estado invierte en el bienestar de cada ciudadano ha pasado de los 6.300 euros al año a los 7.600 euros anuales”, ha cifrado de manera concreta.
El también secretario general del PSOE afronta la votación para su investidura con los apoyos asegurados de Sumar, Bildu, ERC, BNG, Junts, PNV y CC (frente al PP, Vox y UPN), y con el revuelo en torno a los múltiples pactos todavía resonando entre la oposición política, los agentes económicos e incluso las calles. Arranca un mandato en el que el margen de error no existe: prácticamente necesita revalidar este conjunto de síes en cada trámite parlamentario.
Sánchez reservó para el inicio de su discurso la referencia a las manifestaciones contra las sedes del PSOE, pero no para reprocharlas: “A todos que los han ejercido de forma pacífica traslado mi reconocimiento y respeto a los derechos constitucionales que han ejercido”, ha dicho. A partir de ahí, ha incidido en que “sólo hay democracia dentro de la Constitución” y ha reivindicado el papel del Parlamento como representante de la voluntad de todos los españoles.
Tras este breve apunte, ha repasado los grandes retos globales, desde el feminismo a la lucha contra el cambio climático, del que ha enfrentado dos grandes cifras: los 2,6 puntos de PIB que costaría acatar el respeto al medio ambiente al mundo frente a la contracción del 30% que se sufriría en el mundo de no hacerlo.
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