Las familias prefieren tirar de crédito y endeudarse a no ir de vacaciones
El número de créditos al consumo a corto plazo se incrementa casi un 8%. Estos préstamos para vacaciones, según los expertos, son peligrosos por sus elevados tipos de interés y no ser analizados a conciencia por el consumidor
El endurecimiento de la política monetaria está provocando que los tipos de interés de los créditos al consumo aumenten. La banca española ha encarecido el tipo de estos préstamos hasta situarlos por encima del 10% en apenas un año. Esto no ha evitado que los españoles financien sus vacaciones. Entre pagar más por un crédito o no irse de vacaciones, los ciudadanos tienen clara su preferencia. Casi la mitad de los encuestados por Amadeus para su informe ‘Consumer Travel Spend Priorities 2023′ considera viajar un gasto prioritario. El observatorio Cetelem de BNP Paribas confirma esta tendencia en España. Ir de turismo está entre las dos primeras opciones en intención de compra en julio para los próximos tres meses, junto a la moda y el deporte.
Según los últimos datos sobre el importe de los saldos vivos aportados por el Banco de España, se pidieron 45.868 millones de euros en créditos al consumo a corto plazo, un 7,9% más que en junio de 2022. En torno al 10% de este tipo de créditos hasta un año se dedican a viajes según la Asociación de Usuarios Financieros. Por lo tanto, en junio de 2023 en torno a unos 4.500 millones de euros se han concedido para las vacaciones en España. Además, como indica Antonio Luis Gallardo, responsable de estudios de Asufin, los créditos para vacaciones llevan tres años consecutivos ganando importancia, no es una tendencia coyuntural ni reciente, ya que es previa a la pandemia. Otros destinos de estos créditos son obras y reformas, estudios, compras de vehículos o tesorería.
Sin embargo, financiar las vacaciones es una acción arriesgada para la salud financiera de las familias. “El problema principal de este tipo de préstamos es que no suelen ser préstamos muy pensados”, afirma Gallardo. Los créditos para usos turísticos normalmente, no se realizan a través de un banco, sino que muchas veces se encargan las propias agencias de viaje. Esto implica que el consumidor no analiza las condiciones, ni compara con otras entidades.
Además, casi siempre los tipos de interés suelen ser más elevados que los de las entidades financieras, sobre uno o dos puntos porcentuales, y se tiende a pagarlos en cuotas más baratas, que conlleva un endeudamiento mayor y más duradero. “Puede darse el caso de un efecto bola de nieve que de repente al siguiente viaje, a la vuelta al colegio o durante Navidad nos cueste financiar”, añade el responsable de Asufin.
Gasto
Las cantidades de los préstamos que se están pidiendo son mayores, principalmente porque el gasto en turismo está aumentando debido a la inflación. Observatur indicaba un aumento de 15€ por persona, alcanzando los 625€ durante sus vacaciones. CaixaBank también registró en junio un alza interanual del gasto turístico (+5,7%.), que también permite entrever cierta ralentización de crecimiento en el sector —es la cifra de subida más baja desde primavera del 2021—.
Unas subidas muy semejantes a la inflación en los productos turísticos, que son muy sensibles al aumento del precio. Aun así, según el experto en turismo de la EAE Business School, Diego Santos, “muy poca gente ha mutado su comportamiento por culpa de la inflación”. Además, explica que hay que esperar a final de año para saber si las empresas están rentabilizando este volumen de turistas y el aumento en el gasto debido al aumento de los costes.
El ahorro, otra vía de financiación
A pesar del aumento del crédito y del peso de otras vías de financiación como las tarjetas, según el mismo informe de Amadeus, el 40% de los ciudadanos financia sus vacaciones con ahorro a nivel mundial, un porcentaje similar en España, según los expertos consultados por Cinco Días. Y es que a pesar de que se redujo en torno a 10 puntos porcentuales entre 2020 y 2022, se está priorizando este gasto en vacaciones sobre otro tipo de consumo.
Este sentir se ha asentado desde la pandemia por el Covid, según comenta el presidente de la confederación de hosteleros, José Luis Yzuel, que explica que desde entonces ha habido un cambio de mentalidad. “Hoy salgo, pero mañana no sé si podré”, resume Yzuel. Por el contrario, Diego Santos, experto en turismo de la EAE Business School, apunta a un cambio hacia “un estilo de vida en el que el viaje es uno de los pilares fundamentales”, pero no a causa de la pandemia.
Un verano récord con matices para el turismo
Precios. La inflación está golpeando con fuerza al sector turístico. Los productos turísticos son muy sensibles a la inflación, principalmente al aumento de los precios de la energía y de los alimentos. Los paquetes turísticos se han encarecido un 26,8% en un año, el mayor pico de toda la serie histórica. Los vuelos nacionales acumulan un alza del precio del 8,4% y los internacionales de un 12,5%, aunque en julio estaban un 1,2% más baratos que hace un año. Los hoteles, hostales y pensiones incrementan su precio en un 8,9% anual. Como detalla Caixabank en su informe trimestral del sector turístico, “a mayor categoría, mayores han sido las tasas de inflación”.
Masificación. “Estamos ante otro año récord, pero creo que deberíamos tomarlo con pinzas porque cada vez hay destinos más masificados y esto está empezando a ocasionar bastantes problemas de convivencia entre locales y turistas”, analiza Diego Santos de la EAE Business School. Destinos de poblaciones menores como Santiago de Compostela están sufriendo una presión turística mayor que ciudades como Barcelona. La capital gallega recibió 95.691 viajeros según la encuesta de ocupación hotelera del INE, casi tanto como el número de personas que residen en la ciudad.
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