Los retos de la presidencia española del Consejo de la UE: las líneas rojas de la IA, alejarse de China o las reglas fiscales

El semestre español arranca este sábado en Kiev y aspira a avanzar y rematar la tramitación de leyes de calado en el seno de Bruselas

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, durante la cumbre de líderes europeos en Bruselas de este viernes.JOHANNA GERON (REUTERS)

España estrena en Kiev este sábado la presidencia semestral del Consejo de la Unión Europea, con la visita del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, a su homólogo ucraniano, Volodímir Zelenski. El liderazgo del Consejo puede ser una herramienta importante para que un país haga avanzar y, en algunos casos, rematar legislaciones de calado que se encuentran en tramitación o negociación en los despachos de Bruselas. La reforma de las reglas fiscales, la del mercado eléctrico, los acuerdos entre la UE y Mercosur o la ley de la Inteligencia Artificial (IA) son algunos ejemplos de las iniciativas en las que los diplomáticos españoles estarán trabajando hasta diciembre.

El reconocimiento facial: la línea roja de la IA

La IA ha llegado con fuerza al debate público, sobre todo tras la aparición a finales de 2022 de ChatGPT. El proceso legislativo, no obstante, comenzó mucho antes en Europa, tras la iniciativa presentada por la Comisión en 2021. España, de hecho, aspira a albergar el primer entorno de pruebas en el bloque comunitario para que las empresas se aseguren de que sus productos cumplan con la legislación europea.

En este sentido, las tres instituciones europeas -el Parlamento Europeo, la Comisión Europea y el Consejo de la UE- han marcado sus posturas y España aspira a cerrar un acuerdo a tres bandas. El mayor punto de confrontación sería el del reconocimiento facial, ya que el Parlamento buscaría una prohibición absoluta del mismo, considerándolo un “riesgo inaceptable”, mientras que los gobiernos buscarían tan solo restricciones a la utilización de la IA para estos usos.

Marcar distancias con China (y EE UU)

Europa aspira a introducirse en una carrera milmillonaria por la industria limpia. EE UU invertirá cerca de 369.000 millones de dólares en subsidios y China en torno a 280.000 millones de dólares. La meta de la carrera verde europea es actuar para evitar un éxodo empresarial europeo fuera de las fronteras de la UE, dónde las compañías se puedan beneficiar de las suculentas subvenciones y ayudas que ofrecen estos países a las inversiones verdes, como en renovables o baterías.

Los líderes de los Veintisiete han apostado este viernes por acelerar los trabajos para cerrar un acuerdo sobre las propuestas para impulsar las industrias limpias y la fabricación de tecnologías estratégicas, lo que permitirá a la Unión Europea alejarse del “rival sistémico” en el que consideran que se ha convertido China.

Además, en lo referente a los materiales necesarios para llevar a cabo la transición ecológica, Pekín copa en algunos materiales críticos como el litio casi el 70% de las exportaciones mundiales, según el Growth Lab de la universidad de Harvard. En este sentido, la idea europea es la de “diversificar dependencias”, como aseguró el presidente belga, Alexander de Croo, este mismo viernes.

Acuerdo UE-Mercosur

Una minoración de las relaciones comerciales con China no hará desaparecer las necesidades europeas, que produce solo una pequeña parte de las materias primas que consume. Por ejemplo, en el ámbito energético el Banco de España estima que Europa tiene riesgos geopolíticos con al menos 8 de los 13 principales materias primas energéticas.

Para ello, durante el próximo semestre la UE tratará de avanzar en el acuerdo comercial con el Mercado Común del Sur (Mercosur), al que pertenecen Brasil, Argentina, Paraguay y Uruguay. Ello supondría un impulso para la economía de la UE y contribuiría a reducir su dependencia de países como China. El presidente Sánchez, por su parte, aseguró este viernes que es el momento de dar “un salto cualitativo” en la relación de la UE con América Latina. “No podemos desaprovechar esta ocasión para poner en marcha una auténtica asociación estratégica en múltiples dimensiones, no solo la comercial”, subrayó Sánchez.

Reglas fiscales

Debido a la pandemia y la guerra de Ucrania, Europa aflojó la correa de la contención fiscal y pausó las reglas fiscales, por la que los Estados miembros deben trabajar por mantener un déficit público inferior al 3% y una ratio de deuda pública sobre el PIB del 60% o, de lo contrario, exponerse a un Procedimiento de Régimen Excesivo (PDE), que puede acarrear sanción.

Esas reglas volverán a estar activas en 2024, aunque queda pendiente la reforma de las mismas. La negativa de países como Alemania a eliminar estos objetivos numéricos indica que estos seguirán estando presentes, aunque el cómo se alcancen será el punto sobre el que girará el debate durante la presidencia.

La postura de la Comisión, y de países como España, se basa en llegar a los objetivos fiscales de manera consensuada entre los Estados y Bruselas, además de acompañar los recortes de gasto con inversiones que apoyen el crecimiento económico.

Rellenar las arcas europeas

Las ayudas a Ucrania por parte de la UE y el aumento de los tipos de interés han vaciado las arcas europeas. Bruselas ha desembolsado unos 30.000 millones de euros en ayuda a Ucrania hasta el momento, según el Observatorio de Apoyo a Ucrania. Por otra parte, la subida de tipos encarecerán los préstamos que otorgará la UE a los países por los fondos Next Generation EU. Según el observatorio Bruegel, los 421.000 millones de euros en los que se tasaba el coste de los préstamos hasta finales de 2026 se podrían doblar por el endurecimiento de las condiciones financieras. Además, según destaca POLITICO, los sueldos de los funcionarios de la UE están parcialmente indexados a la inflación, lo que significa que se les debe un aumento.

El 20 de junio, la Comisión pidió a los países de la UE un aumento de sus fondos. Entre las partidas presupuestarias que se prevé aumentar figuran la ayuda financiera a Ucrania, la política migratoria, las inversiones en sectores estratégicos, los costes administrativos y el aumento del servicio de la deuda de la UE; lo que genera tensión entre los Estados.

Reforma del mercado eléctrico

Tras la crisis energética, provocada en parte por la invasión rusa de Ucrania, la Comisión propuso en marzo una reforma específica del mercado mayorista de la electricidad. La reunión para abordar las diferencias entre los países -principalmente, las tensiones se producen entre París y Berlín- se produjo este viernes, sin resultados fructíferos para el acuerdo.

España, como presidencia rotatoria del Consejo, tendrá ahora la responsabilidad de buscar un consenso entre las capitales y para negociar el diseño final del ajuste de mercado con el Parlamento Europeo, que tiene previsto cerrar su posición negociadora en septiembre.

Establecer el tipo mínimo de Sociedades

La fijación de un tipo mínimo de sociedades fue un compromiso alcanzado por unos 140 países en el seno de la OCDE. Este acuerdo se materializó en una directiva europea, la cual el Gobierno ya trabaja en trasponer. El compromiso se centraba en aquellas sociedades con una facturación de 750 millones de euros en su conjunto, aunque Sánchez hizo hincapié durante la presentación de las prioridades del semestre español en que la delegación trabajará para implantar esta medida de manera general en las empresas digitales, con mayor facilidad para instalarse fuera de las fronteras de los países en los que operan.

Una presidencia marcada por las elecciones

La presidencia española, que no volverá a repetirse hasta 2037 -como mínimo-, estará marcada por las elecciones del 23 de julio. Si bien no será el primer caso en que un país dirige la UE mientras sus ciudadanos acuden a los comicios electorales, el PP ya ha asegurado que tendría preparado un equipo de expertos, entre los que figuran el exministro de Exteriores, José Manuel García-Margallo, o el de Educación, Íñigo Méndez de Vigo; para gestionar la presidencia del Consejo de la UE si el PP consigue conformar Gobierno tras el 23J.

El actual Ejecutivo, por su parte, insiste en que la función del Ejecutivo es la de “tender puentes” en reformas que ya están en el disparadero de las instituciones comunitarias y no colocar los programas de la agenda nacional en Bruselas. En la misma línea se ha pronunciado el propio vicesecretario de Institucional del PP, Esteban González Pons, que aseguró que lo que hace el país que preside el Consejo es “coordinar a los embajadores. Y en decisiones del Consejo, su tarea principal es impulsar asuntos sobre los cuales es importante que se alcance un acuerdo para que la UE siga avanzando”.

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