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“Contactamos a más de 40 bancos y nos rechazaron”: la desbancarización incendia el mundo cripto

Pese a ser un negocio multimillonario, la industria denuncia que las entidades financieras en EE UU les han limitado el acceso a servicios básicos sin darles explicaciones

Oficina del First Republic Bank en Nueva york.
Oficina del First Republic Bank en Nueva york.Anadolu (Anadolu Agency via Getty Images)

Hay un debate en el ecosistema cripto en EE UU que incendia los ánimos de la industria: el de la desbancarización, es decir la limitación del acceso de empresas y profesionales a los servicios más básicos de los bancos. Según el sector, empresas y startups cripto han tenido dificultades para encontrar una entidad financiera que aceptara abrirles una cuenta o que la mantuviera abierta. Algunos, de hecho, han denunciado que les han bloqueado el acceso o eliminado la cuenta sin darles explicaciones. Encontrar otras que le ofrezcan servicios básicos se convierte a menudo en una odisea de muchos meses. Y la industria vive ahora en una paradoja: mientras se convierte en un negocio multimillonario, no puede acceder a servicios básicos como una cuenta de banco.

En redes sociales el debate arde. El sector se considera víctima de una campaña política que desde la administración de Joe Biden ha intentado sofocar a la industria. Y ahora con la vuelta de Donald Trump a la Casa Blanca, han encontrado un aliado para revertir esta situación. El presidente y sus colaboradores procripto (y los inversores que apoyaron su campaña electoral) fomentan la conspiración hasta el punto que se ha llegado a decir que la administración anterior aplicó una Operation Choke Point 2.0, un esfuerzo coordinado para disuadir los bancos de mantener depósitos en criptoactivos o prestar servicios bancarios a empresas del sector, ante posibles riesgos financieros. El nombre hace alusión a una operación de la administración de Barack Obama, destinada a desbancar a sectores considerados controvertidos, como la venta de armas.

Pero esta situación no es nueva. Profesionales del sector y expertos identifican su origen en la quiebra de FTX y el colapso de Silicon Valley Bank, Signature y Silvergate, este último especializado en servicios para negocios de criptomonedas y una de las víctimas de la bancarrota de FTX. La incertidumbre sobre la estabilidad financiera de una cada vez mayor interconexión entre el mundo cripto y el sector financiero tradicional estaría a la base de estas presiones. Los reguladores aseguran que no dan indicaciones a los bancos sobre qué clientes deberían seguir o no. No obstante, ese mismo año la Federal Deposit Insurance Corporation (FDIC) exigió a las entidades financieras bajo su supervisión que notificaran cualquier actividad ligada al ecosistema cripto, advirtiendo sobre los riesgos de operar con ello.

Santiago Carbó, catedrático de Economía de la Universidad de Valencia y director de Estudios Financieros de Funcas, reitera que es un sector de mucho riesgo. “Una cosa es que puedan operar en cripto en cantidades pequeñas... Pero la volatilidad sigue siendo muy grande”, avisa. Por ello, considera legitimo que la FDIC supervise a estas entidades para que no aumentaran los riesgos. En cambio, Omid Malekan, profesor adjunto de la Columbia Business School, interpreta la declaración de la FDIC como una intimidación: “Dado el poder de los reguladores bancarios, el mero indicio de que una actividad requiere un mayor escrutinio es suficiente para disuadir a los banqueros de llevarla a cabo”.

Recientemente, esta entidad publicó 175 cartas con las solicitudes que envió a los bancos que tenían o buscaban tener entre sus clientes empresas cripto. Para continuar con sus actividades, la entidad pedía que proporcionaran más información, páginas enteras repletas de peticiones sobre planes de implementación del proyecto, evaluaciones de riesgos para los servicios relacionados con criptos, detalles sobre la distribución de responsabilidades y calificaciones de los involucrados, cobertura de seguro de la actividad, análisis del coste beneficio, protección del consumidor, entre tantos otros. Ante tantas peticiones, muchos bancos dejaron de lado su actividad cripto.

Las denuncias llegan al Senado

Las quejas de la industria han ido más allá. Algunas empresas han demandado a los reguladores bancarios, otras han planteado el tema ante el Senado tras la vuelta de Trump. El pasado 5 de febrero, el Comité Bancario del Senado celebró una audiencia sobre desbancarización y Nathan McCauley, CEO y cofundador de Anchorage Digital, contó su experiencia. Su plataforma, fundada en 2017 y con unos 400 empleados, proporciona soluciones de custodia: protege las claves criptográficas para acceder a los activos digitales de sus más de mil clientes (empresas cripto, fondos públicos y privados, gestores de patrimonio y activos, fondos soberanos).

Tras dos años de relación comercial con su banco, plazo en el que estudiaron posibilidades para expandir la colaboración, de repente algo cambió. “En junio de 2023, nos dijeron que cerrarían nuestra cuenta en 30 días porque no se sentían cómodos con las transacciones de nuestros clientes”. Pese a garantizar que los pagos estaban documentados, que cumplían con todos los requerimientos establecidos y que las transacciones estaban monitoreadas, el banco se negó a continuar la conversación sin dar más explicaciones.

“Durante siete meses, contactamos a más de 40 entidades y todas nos rechazaron. Muchas ni siquiera dieron una razón; otras simplemente dijeron que no estaba dentro de su ‘apetito de riesgo’ trabajar con clientes cripto”. El impacto fue devastador para el negocio y los clientes y conllevó al despido del 20% de la fuerza laboral. “Además, soy inversor en cuatro compañías cripto que tuvieron dificultades para obtener y mantener sus cuentas bancarias, lo que obligó a algunas de ellas a cerrar”, añadió.

Pero la desbancarización no solo afecta a las empresas, sino también a los profesionales ligados a ellas. Scott W. Bauguess, vicepresidente de política regulatoria global de Coinbase, vivió este problema. En una conversación con CincoDías, cuenta que tras una década trabajando en la SEC y luego como académico, decidió hace tres años entrar en Coinbase. En ese momento, intentó abrir una cuenta bancaria solo para vender acciones que recibía como parte de su paquete de compensación, pero le dijeron que no podía. Tardó seis meses en obtener una autorización para abrirla, lo que normalmente tomaría 24 horas. Cuando finalmente pudo hacerlo, supo que estaba siendo sometido a una diligencia debida mejorada por trabajar en una empresa cripto.

El informe The debanking dilemma realizado por AIMA y PwC en 2024 recoge la experiencia de empresas de fondos de cobertura de criptomonedas, gestores de inversiones alternativas tradicionales y empresas de tecnología cripto. El estudio revela que, mientras ninguno de los gestores de inversiones alternativas tradicionales se ha visto denegar o eliminar el acceso a servicios bancarios, el 75% de las firmas de fondos de cobertura de criptomonedas reportaron problemas para acceder o hacer crecer los servicios bancarios para sus fondos en el mismo período.

Asimismo, más de la mitad de estas firmas señalaron que su banco les notificó que estaban planeando terminar su relación. En el 98% de estos casos, no se explicaron los motivos. En el resto, justificaron su decisión alegando un límite de clientes cripto y de exposición a la industria. El 40% de las firmas de tecnología criptográfica recibieron una notificación del banco sobre una posible o inminente terminación de su relación sin recibir explicación. En cambio, solo un gestor de inversión alternativa tradicional reportó una comunicación similar, aunque se le proporcionó una razón clara.

Eswar Prasad, docente en la universidad de Cornwell, apunta que prestar servicios a empresas cripto expone a los bancos comerciales tradicionales a riesgos reputacionales, regulatorios y financieros. “Suelen evitar clientes con una situación financiera dudosa que puedan estar involucrarlos en investigaciones sobre prácticas comerciales inadecuadas. Las preocupaciones sobre la estabilidad financiera de las empresas y promotores cripto, junto con su reputación de falta de transparencia y de operar al margen de las regulaciones gubernamentales, son un fuerte desincentivo para que los acepten como clientes”.

Brian Gahan, director general en Europa de Kraken, recuerda que la exclusión bancaria ha sido una barrera significativa para la industria en EE UU pero que ha habido casos también en el Reino Unido. “No solo es una herramienta ineficaz para combatir el fraude, sino que también otorga a los bancos un control indebido sobre cómo las personas pueden gastar su dinero. Es inaceptable en 2025″, dice.

Trump ya ha prometido revertir este problema. Con su orden ejecutiva sobre criptomonedas, garantizó que bajo su administración habrá un acceso justo y abierto a los servicios bancarios. Se espera, por ello, que los reguladores financieros alivien las restricciones sobre activos digitales y los productos financieros relacionados con cripto, lo que impulsaría su adopción. Algunas señales ya apuntan a ello: durante una audiencia del Comité Bancario del Senado el martes, el presidente de la Fed, Jerome Powell, dijo que él y su equipo estaban “sorprendidos” ante el creciente número de casos de desbancarización y prometió una “revisión exhaustiva”.



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