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Talgo pierde 7 millones hasta marzo y retira sus previsiones para el ejercicio

Las ventas caen un 7,9% y el beneficio bruto de explotación lo hace un 47,8% entre mayores costes financieros y de amortización. El pedido de 79 trenes de DB está pendiente de una modificación en su alcance

Una fábrica de montaje de Talgo
Javier Fernández Magariño

Los resultados del fabricante de trenes Talgo no brillan en el inicio del año, cuando está pendiente aún el cambio de control en la compañía con la entrada del consorcio vasco que lidera Sidenor, en lugar del fondo Trilantic. La compañía ha declarado una pérdida de 7,1 millones en el primer trimestre, lo que se compara con los 10,4 millones en positivo cosechados en el mismo periodo de 2024. En un breve informe sobre los resultados enviado a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) se justifican las pérdidas por un alza de los costes industriales indirectos ante un menor avance al planificado en las fábricas, el mayor gasto de amortización por inversiones en ejercicios anteriores para el desarrollo de las plataformas Avril y 230, así como por un incremento de los costes financieros.

También se advierte de “la retirada temporalmente de la orientación establecida para el año 2025 debido a circunstancias imprevistas relacionadas con los principales proyectos y la estructura del capital que, por tanto, dificultan establecer previsiones de forma adecuada”. La dirección tenía presupuestado un margen de ebitda (beneficio bruto de explotación) del 11% e ingresos superiores a los 600 millones. La renuncia a las estimaciones establecidas se da en pleno proceso de negociación con la germana Deutsche Bahn sobre “una potencial modificación del alcance en el proyecto de fabricación de 79 trenes Talgo 230, y a la estructura del capital actualmente en proceso de transición”, explica la empresa a través de un comunicado.

Talgo atraviesa un momento crítico por la sanción impuesta por Renfe en respuesta al retraso de más de dos años en la entrega de 30 unidades del tren de alta velocidad Avril, lo que podría acabar en una batalla judicial. La compañía concluyó el pasado ejercicio con una pérdida de 108 millones tras provisionar los 116 millones de la penalización máxima a la que podía aspirar la operadora pública por contrato. Tras ello, y en pleno proceso de cambio de manos de un 29,7% del capital, el presidente Carlos de Palacio ha reclamado a Renfe que tenga en cuenta sus argumentos contra la multa e incluso se abra a revisar los presupuestos de ejecución de los trenes de alta velocidad, como sucede con los pedidos de trenes destinados a servicios públicos. Un reequilibrio del contrato, hasta ahora no contemplado por Renfe, favorecería a las cuentas del fabricante.

Sin una solución a la propia multa, sobre la que Renfe piensa más en un aplazamiento, los acreedores financieros de Talgo, encabezados por Santander, Caixabank y BBVA, ven en riesgo la refinanciación de la deuda que allanaría la entrada de los inversores vascos.

Los ingresos de Talgo al cierre de marzo ascienden a 154,3 millones de euros, lo que resulta una caída del 7,9% respecto a los 166,5 millones presentados un año atrás. El ebitda se queda en 13,6 millones, un 47,8% menor, lo que deja un margen de ebitda del 8,8% (12% a marzo de 2024).

La cartera de contratos por ejecutar sigue en cifras récord, con 4.096 millones de euros, la mitad en trabajos de mantenimiento de flotas. Tal reserva de trabajo y tecnologías como la del eje de ancho variable en sus trenes de alta velocidad han hecho que el fabricante español haya sido objeto de deseo del consorcio húngaro Ganz Mavag, cuyo opa fue vetada por el Gobierno en agosto del año pasado; del fabricante checo Skoda Transportation, que defendió una integración industrial que no resultó atractiva para el núcleo duro de la propia Talgo al no acarrear contraprestación en metálico, y en última instancia atrajo a la polaca Pesa y la india Jupiter Wagons, a las que el Ejecutivo de Pedro Sánchez desaconsejó lanzar una opa a la vista de que cristalizaba la ofensiva vasca.

La empresa, que dice tener identificadas oportunidades de mercado por 11.600 millones y con ofertas ya entregadas por 5.800 millones, adolece en estos momentos de un plan de inversión en capacidad, que tendrían que activar los nuevos accionistas en el contexto adverso marcado por la millonaria sanción de Renfe. Talgo sigue ejecutando importantes pedidos del tren larga distancia Talgo 230 por parte del citado operador ferroviario alemán DB y del danés DSB. Estos contratos están en negociación, reconoce el fabricante, para “adaptarse a las necesidades del cliente y al ritmo industrial”. Se busca a toda costa evitar nuevas sanciones por retrasos.

Junto al empresario José Antonio Jainaga, presidente de Sidenor, se espera el aterrizaje del fondo público vasco Finkatuz y de las fundaciones bancarias BBK y Vital. Su oferta por el 29,7% del capital fue formulada el pasado 14 de febrero a 4,15 euros por título como término fijo, precio al que podrían sumarse otros 85 céntimos por acción en función del cumplimiento del plan de negocio en 2027 y 2028. Esta valoración de Talgo, que puede irse hasta los 5 euros por acción, está muy por encima de los 3,36 euros a que cotiza Talgo tras un repunte este lunes del 2,13%.

La propuesta del consorcio de Jainaga está agotando el calendario previsto: tenía vigencia inicial hasta el pasado 15 de mayo, con posibilidad de ampliarse un mes, hasta mediados de junio. En este contexto ya de urgencia, el lehendakari vasco Imanol Pradales manifestó la semana pasada, en una entrevista concedida a Radio Vitoria, su confianza en que Sidenor y sus socios culminen la compra de Talgo a lo largo de junio.

Pradales cree que la operación, que enmarca en una “apuesta personal” de Jainaga, no corre peligro pese a implicar una fuerte complejidad. El relevo de Trilantic por inversores de origen vasco resulta vital en Ajuria Enea como vía para proteger la producción y el empleo de la planta alavesa de Rivabellosa, con 700 trabajadores directos y más de 4.000 indirectos. Además, Talgo tiene una segunda fábrica en la localidad madrileña de Las Rozas.

El lehendakari reconoció que aún hay que determinar cómo “gestionar el impacto de las multas en la cuenta de resultados y cómo se puede orientar adecuadamente”.

Sobre la firma

Javier Fernández Magariño
Es redactor de infraestructuras, construcción y transportes en Cinco Días, donde escribe desde junio de 2000. Ha pasado por las secciones de Especiales, Cinco Sentidos, 5D y Compañías siguiendo la información de diversos sectores empresariales. Antes fue locutor de informativos en la Cadena Cope, además de colaborar en distintos medios de Madrid.
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