El Gobierno veta la compra de Talgo por parte del grupo húngaro Ganz-MaVag por “riesgos para la seguridad nacional”
El Ejecutivo alega motivos de protección de los intereses estratégicos y destaca que la empresa es clave para la seguridad económica. Las acciones del fabricante de trenes llegaron a perder hasta un 10% tras su suspensión
La entrada del grupo Ganz-MaVag en Talgo finalmente no tendrá lugar. El Consejo de Ministros ha acordado este martes rechazar la adquisición del fabricante español de trenes por parte del consorcio húngaro por motivo de protección de los intereses estratégicos y de la seguridad nacional de España. El Ejecutivo nunca ha ocultado sus recelos ante la oferta, dirigida por empresarios cercanos al primer ministro ultraderechista Viktor Orbán, y el Estado de Hungría a través de su fondo de inversiones Corvinus. Tampoco su temor a los presuntos vínculos de la firma con Rusia, con Orbán como principal aliado europeo del presidente ruso, Vladimir Putin.
El Ejecutivo ha destacado que la operación, presentada de forma oficial en marzo de este año pero en conversaciones desde noviembre del año pasado, ha sido analizada “con todo rigor” por la Junta de Inversiones Exteriores (Jinvex), un órgano dependiente del Ministerio de Economía. Los expertos destacan que, de ser exitosa, la compra del fabricante español “conllevaría riesgos para garantizar la seguridad nacional y el orden público”. El Gobierno ha aprovechado la ocasión para destacar nuevamente que “Talgo es una empresa estratégica dentro de un sector clave para la seguridad económica, la cohesión territorial y el desarrollo industrial”, según afirma un comunicado oficial posterior. Al tratarse de información clasificada, según lo ha acordado el Consejo de Ministros, el Gobierno no entra al detalle de las razones particulares para vetar la operación.
La Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) ya había decidido al mediodía, mientras tenía lugar la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, suspender de manera cautelar la cotización de Talgo. La decisión llegó solo después de que El Correo adelantara la información. La cotización de la empresa española abrió la jornada a un precio de 4,3 euros, con un comportamiento plano, pero comenzó a caer repentinamente, lo que motivó la decisión. El regulador bursátil levantó la suspensión a las 14.45 (hora peninsular española), momento en el que el castigo del mercado se hizo evidente: los títulos llegaron a caer hasta un 10%. Al cierre se dejaron un 8,72%, por debajo de los cuatro euros.
El Consejo de Ministros tiene capacidad de veto a una opa extranjera gracias al blindaje en vigor hasta final de año, regulado a través del real decreto 571/2023, de 4 de julio, sobre inversiones exteriores. Este escudo fue articulado para evitar el abordaje de capital extranjero a empresas debilitadas por la pandemia y por los efectos de la invasión rusa de Ucrania. Eso sí, debe argumentarse la posición contraria, para lo que resulta clave el informe de la Jinvex, dependiente de la Secretaría de Estado de Comercio.
El consejo de administración de Talgo siempre calificó de amistosa la opa e incluso puso el apelativo de “atractiva” a la contraprestación. La oferta de 5 euros por título valoraba el grupo español en 620 millones de euros y contaba con el visto bueno de los partícipes de la instrumental Pegaso, liderada por el fondo británico Trilantic, titular del 40% del capital de Talgo y dispuesto a vender.
El Gobierno tenía plazo hasta finales de octubre para pronunciarse sobre la operación, que ha puesto en duda desde su anuncio. Óscar Puente, ministro de Transportes, aseveró en abril que la tecnología del fabricante es “estratégica” para España y cuestionó que la húngara Magyar Vagon pueda ayudar a mejorar su capacidad de producción. De cualquier manera, la operación también requería del visto bueno de la Comisión Europea, por una cuestión de defensa de la competencia.
En rueda de prensa, la portavoz del Gobierno y ministra de Educación, Pilar Alegría, evitó referirse a la decisión ya que se “trata de una empresa cotizada”. Según Alegría, las decisiones se darían a conocer al cierre del mercado bursátil, algo que finalmente se ha adelantó.
Fuentes del Gobierno insisten en que el marco normativo español “es equilibrado y referencia a nivel internacional al compatibilizar la atracción de inversiones y la defensa de los intereses nacionales”. Pese a que el estudio detallado de la operación no se hará público, el Ejecutivo intenta protegerse ante los varios pleitos judiciales anunciados en contra del Estado por parte de las partes involucradas en el proceso.
Otras alternativas
El Ministerio de Transportes que lidera Óscar Puente ha intentado en los últimos meses alentar una operación alternativa para Talgo, tratando de proteger su carácter estratégico y tecnología crítica, entre la que destaca el eje de ancho desplazable, que permite a sus trenes de alta velocidad rodar por distintos anchos de vía y saltar fronteras entre países.
En este esfuerzo, Talgo confirmaba en julio haber recibido una propuesta de “combinación de negocios y de integración industrial” por parte del grupo checo Skoda Transportation. Como adelantó este periódico, el conglomerado checo estaba realmente interesado por las capacidades de Talgo y avanzaba en los contactos tanto con la empresa como con el Gobierno, que no vería la transacción con malos ojos.
Talgo, no obstante, solicitaba a Skoda información detallada sobre la propuesta y, en concreto, que indicara si implica el ofrecimiento a los accionistas de la sociedad de una contraprestación superior a la ofrecida por Ganz Mavag. También si esta se satisfaría en efectivo, así como que explicara “sus actuales capacidades industriales y financieras”. De las líneas firmadas por la empresa que preside Carlos de Palacio se intuía claramente la petición de una propuesta en efectivo por encima de los 5 euros que está dispuesto a pagar el conglomerado húngaro.
Sobre una aceleración de la irrupción de Škoda presionaban los más de cuatro meses que acumula la oferta de Ganz Mavag en los registros de la CNMV; el deseo de venta de los principales accionistas, y la urgencia de Talgo por solucionar su problema de falta de capacidad. El núcleo duro de Talgo estaba dispuesto a aceptar los 5 euros de la parte húngara. En venta está al menos un 40% del capital, concertado en la instrumental Pegaso y propiedad del fondo Trilantic y las familias Abelló y Oriol.
Sigue toda la información de Cinco Días en Facebook, X y Linkedin, o en nuestra newsletter Agenda de Cinco Días