La industria de componentes del coche marca récord de facturación pero emplea a un 9,2% menos que en 2019
El sector señala que buena parte del aumento de la cifra de negocio se debe a la inflación y que tras la pandemia se destruyó menos trabajo del que hubiese sido normal gracias a los ERTE
La industria de componentes del automóvil factura más que nunca en España, pero da empleo directo a casi 21.000 personas menos que antes de la pandemia. Así se desprende de los datos ofrecidos este martes por Sernauto, la asociación que representa al sector, que señala que los fabricantes de componentes (entre los que hay grandes grupos nacionales como Gestamp y Antolin, así como extranjeros como el caso de Forvia) dieron trabajo a 204.650 personas en 2023, un 9,2% menos que antes de la pandemia. Si se suma el empleo indirecto, la cifra escala hasta los 332.550 trabajadores en España. En contraste, el sector superó por primera vez la barrera de los 40.000 millones de euros en facturación, con 41.529 millones de euros, un 10,3% más que en 2022.
Las razones que esgrime el sector para explicar estas diferencias entre la cifra de negocio y la evolución del empleo, el cual solo aumentó un 0,8% en 2023, son la alta inflación y el efecto positivo de los ERTE (Expedientes de Regulación Temporal de Empleo) que impidieron destruir muchos puestos de trabajo tras la pandemia y la posterior crisis de chips. “Hay que ver qué parte de la facturación ha sido ganancia de valor y cuál se ha debido a la inflación, que ha sido fuerte. Tras la pandemia, además, hubo un shock enorme de empleo. Entre 2020 y 2021 hubo mucho empleo que no se perdió gracias a los ERTE, así que creo que lo que habría que hacer es medirlo en horas trabajadas”, ha indicado el presidente de Sernauto y Gestamp, Francisco J. Riberas.
Por otra parte, en los datos ofrecidos por Sernauto se observa que la inversión en capacidades productivas fue de 1.670 millones en 2023, un 10% más que en 2022, pero un 12,1% por debajo de los 1.903 millones en inversiones de 2019, último ejercicio completo antes de la pandemia, cuando se fabricaron más de 2,8 millones de coches (el año pasado se hicieron 2,45 millones de unidades, que supuso una mejora respecto a las 2,2 millones de 2022). “Hay mucha subacitividad en ciertas instalaciones, ya que en este país antes se producían más coches de los que se hacen ahora. Por otro lado, puede haber entornos donde haya mejores ayudas para fabricar coches, pero por eso hay que insistir en la competitividad. Hay que ser más eficientes, con más talento y digitalización”, ha añadido Riberas.
El directivo, a su vez, ha apuntado la llegada de las marcas chinas como una posibilidad para el sector, ya que el gigante asiático está interesado en producir fuera de sus fronteras, como en el caso de Chery en Barcelona. “La exportación de componentes desde China nos perjudica, eso habría que evitarlo. Ningún fabricante chino está pensando en exportar todo desde allí, sino en localizarse aquí, en Europa. Para nosotros, sobre todo los que ya tenemos un contacto con los fabricantes chinos, es una oportunidad. Si deciden venir aquí y fabricar con las mismas reglas que todos, bienvenido sea”, ha asegurado el directivo español.
Para 2024, el sector de componentes prevé incrementar su facturación un 3% y aumentar el empleo un 1%. El motivo de esta meseta son los bajos márgenes con los que trabajan, el estancamiento de la producción de vehículos en el mundo y la incertidumbre del mercado con unas ventas de coches eléctricos que no despuntan como preveía el sector hace unos años.
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