Las pymes españolas de automoción temen que el dinero del Perte VEC III solo vaya a firmas extranjeras
Industria aumentará de forma notoria el mínimo de inversión necesaria en los proyectos industriales que se presenten, lo que puede dejar fuera a muchas pequeñas y medianas compañías de estas ayudas
El Gobierno lanzará esta semana la tercera edición del Perte del Vehículo Eléctrico y Conectado (Perte VEC III) y las pymes del motor español temen quedarse fuera. “Cuando salga la línea de cadena de valor [ahora se lanza solo la parte destinada a baterías] habrá una subida importante de la inversión mínima exigida a los proyectos subvencionables. Esto dejará fuera a muchas pymes nacionales”, señala a este periódico Cecilia Medina, gerente de innovación y talento de Sernauto, la patronal del sector de componentes de automoción, que se queja de que ni siquiera se ha resuelto aún el Perte VEC II. “No se entiende esta demora, hay una preocupación grande”, añade. Medina explica que los fabricantes de componentes necesitan un espacio entre la segunda y la tercera edición para saber si cuentan o no con la ayuda solicitada para después decidir si volver a presentarse.
“Los Perte VEC están quedando para las grandes empresas mientras los demás seguimos a la espera. No sabemos ni siquiera si nuestro proyecto se verá beneficiado de la segunda edición y, por lo tanto, no sabemos si debemos de ir al tercero”, añade un portavoz de Teknia, un fabricante de componentes español para automoción que presentó un proyecto de producción de una carcasa para un inversor de corriente con inyección de aluminio en la localidad de Ampuero, Cantabria, que requerirá de una inversión superior a los seis millones. Es, a día de hoy, el proyecto más ambicioso de este proveedor de automoción de nivel 1 y 2 (es decir, le vende piezas tanto a fabricantes de coches como a proveedores directos de estos, como podría ser el caso de Gestamp), que emplea a unas 1.000 personas en España en nueve fábricas.
Teknia, si bien es una compañía mediana en comparación con otros gigantes del sector, es una empresa que no debería de tener problemas para superar el nuevo mínimo que impondrá Industria en la línea de cadena de valor del tercer Perte de automoción, pero considera que “la empresa española, con dificultades progresivas, no recibe apoyo” por parte del Ejecutivo. Aunque no se sabe a cuánto ascenderá dicho mínimo, en el segundo Perte VEC este fue de medio millón de euros y en la tercera edición quedará notablemente por encima según Sernauto, que mantiene contacto directo con Industria. El ministerio, por su parte, se ha limitado a decir que ya se informará de los cambios en la inversión mínima exigible cuando presenten la línea de ayudas.
Un tercer Perte VEC menos dotado
La principal razón que explica el nuevo umbral mínimo de inversión en el tercer Perte del motor es que este será el que menos fondos tenga de los que se hayan lanzado hasta ahora. Entre la línea de baterías y la de cadena de valor, la tercera edición contará con 500 millones frente a los casi 3.000 del primer Perte (que fue un fracaso para el Ejecutivo ya que quedaron unos 2.182 millones sin asignar) y los casi 1.400 millones del segundo. “Industria quiere centrar el Perte III en proyectos transformadores y por ello lo enfocará a grandes empresas, pero no sirve de nada si no va de la mano de la cadena de valor”, se lamenta Medina.
Solo para la rama de baterías, el nuevo Perte VEC contará con 300 millones entre subvenciones y préstamos. Este dinero pareciera tener de antemano nombre y apellidos: Stellantis e InoBat. El primero, el mayor fabricante de coches de España con plantas en Vigo (la mayor del país), Zaragoza y Madrid, quiere levantar una fábrica de baterías en Zaragoza para alimentar su producción de vehículos eléctricos nacional. La compañía con sede en Ámsterdam había quedado muy insatisfecha con el Perte VEC II en el que recibió 55,86 millones para este proyecto, en el que aspiraba a unos 200 millones en ayudas públicas. El proyecto es clave para el Gobierno porque sabe que acarrearía una inversión de en torno a los 3.000 millones entre dinero público y privado.
La eslovaca InoBat quiere hacer lo propio en Valladolid con una gigafactoría que contará inicialmente con 8 GWh de capacidad y empezará a producir entre 2026 y 2027. La compañía aspira a obtener, entre el Perte VEC III y el IV (que llegará en la segunda mitad de año, según Industria, y contará con unos 1.250 millones de los cuales 1.000 millones serán préstamos), entre 160 y 240 millones de euros para así “cubrir entre el 20% y el 30% de la inversión de esta primera fase del proyecto”, que demandará unos 800 millones entre fondos públicos y privados. Tras InoBat y Stellantis, si queda algo para los demás, Basquevolt, empresa que estudia una revolucionaria tecnología de batería de estado sólido en País Vasco, también aspira a fondos del Perte VEC III.
En la cadena de valor también habrá grandes competidores interesados como Chery y Seat, a los que se pueden sumar empresas como Renault o Gestamp. Todas ellas, en caso de presentarse (la única segura es Chery), se batirán por 200 millones que se repartirán a partes iguales entre subvenciones y préstamos. “Así, el tercer Perte no será tan interesante para la cadena de valor, ya que los préstamos no es algo demasiado atractivo para la industria. Pedimos que se saquen otras líneas de financiación”, indica Medina.
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