La banca teme que el Gobierno sea más duro con la tasa al sector financiero que con el de las energéticas
El sector cree que habrá más presiones políticas para hacer permanente su impuesto
El Gobierno ha abierto la espita para el rediseño del impuesto temporal al sector energético. Una opción que llega tras las duras críticas de empresas como Repsol, que incluso amenazó con retirar inversiones del país. Esta rectificación daba algo de esperanza a la banca sobre la tasa que se les aplica, también temporal, aunque con el acuerdo entre PSOE y Sumar de hacerlo permanente. Sin embargo, esta esperanza no ha calado. “El giro con las energéticas parece que viene derivado de la presión política del PNV, pero nosotros no tenemos padrinos. Será más complicado”, aseguran fuentes financieras.
La banca marca algunas diferencias con el sector energético. De hecho, en su caso no comparte con el Ejecutivo ni la justificación ni el diseño de la tasa para las entidades financieras. De ahí que la gran banca y las patronales la hayan recurrido en los tribunales. “Nunca hubo beneficios extraordinarios”, inciden al unísono desde varios grupos del país.
De inicio existen unas diferencias casi insalvables, ya que no hay acuerdo en el punto de partida. “Está mal en el origen, porque no hay ganancias extraordinarias. Y mal diseñado, porque va a ingresos y no tiene en cuenta los costes. Lo que era anómalo son los tipos negativos que hubo antes”, afean diversas fuentes bancarias.
Por otra parte, sobre la posible negociación para que el gravamen no se alargue más allá de 2024, las fuentes consultadas consideran que será muy complejo. “Creo que van a seguir siendo combativos”, dice una de estas fuentes. “Depende de la voluntad política y no parece haberla. Y habrá mucha presión política del ala izquierda del Gobierno y de sus socios”, añade otra fuente.
Pese a ello, esperan que esta tesitura les permita al menos un posible diálogo entre las partes. En caso contrario, la estrategia seguida por las energéticas les habrá superado. De hecho, desde el sector cuestionan de dónde se cree que debe salir la financiación para llevar a cabo la transformación energética.
Otra cuestión pendiente es quién será el interlocutor del Gobierno, algo que puede influir en el desarrollo de la negociación. “Falta por ver con qué ministro tendremos que negociar ahora”, apuntan en relación a la salida de Nadia Calviño de la vicepresidencia primera del Ejecutivo y del Ministerio de Economía con destino al Banco Europeo de Inversiones (BEI). Todavía se desconoce quién ocupará la cartera. Fuentes de la Administración aseguran que se priorizaba un perfil que pudiera reconducir la relación con las empresas.
Uno de los asuntos que más crispó esa relación fue, precisamente, el impuesto temporal a las energéticas y la banca. Una norma que provocó la crítica incluso de los principales organismos europeos y nacionales. “El BCE, la Autoridad Bancaria Europea (EBA) y el Banco de España creen que puede afectar negativamente a la capacidad de dar financiación, a las decisiones de provisiones y a la estabilidad financiera”, recuerdan fuentes del sector.
Según un estudio de la consultora PwC, la banca española soportó en 2021 una contribución tributaria total del 51%. “Con el impuesto extraordinario, más del 60% de los resultados se va a contribución fiscal”, critica otra fuente financiera. Por ello, zanjan desde los principales bancos: “Nuestra tesis no ha cambiado: no tiene ningún sentido hacerlo permanente”.
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