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Repsol amaga con llevarse inversiones por 1.500 millones a Portugal o Francia por la “inestabilidad” fiscal

Brufau arremete contra el gravamen temporal y posibles nuevos impuestos a la producción de hidrógeno

El presidente de Repsol, Antonio Brufau,  durante la junta de accionistas 2023.
El presidente de Repsol, Antonio Brufau, durante la junta de accionistas 2023.Pablo Monge Fernandez
Raquel Díaz Guijarro

Repsol vuelve a sacar la carta de las desinversiones a cuenta de la situación política. Tras el aviso del consejero delegado, Josu Jon Imaz, hace unos días sobre posibles paralizaciones de proyectos en España, ahora ha sido el presidente de Repsol, Antonio Brufau, quien ha ido más allá y ha concretado: las inversiones en hidrógeno que proyectan para España, unos 1.500 millones, están sometidas a estabilidad jurídica y fiscal, y ha advertido de que si hay un impuesto a la producción que no tienen Francia o Portugal los proyectos se podrían irán allí.

“Son inversiones que si no se hacen en un marco de estabilidad y con un marco fiscal atractivo, ni mejor ni peor, competitivo con respecto a las regiones próximas a nosotros, no volarán”, ha subrayado durante su intervención este jueves en una jornada dedicada al hidrógeno, organizada en Pamplona por la propia Fundación Repsol y Tecnun, la Escuela de Ingeniería de la Universidad de Navarra.

Las palabras de Brufau venían a corrobar, esta vez referidas al plan de inversiones previstas en hidrógeno verde, lo dicho por Imaz hace poco más de un mes en materia fiscal. Repsol fue la primera empresa en reaccionar a la intención del Gobierno de convertir en permanente el impuesto temporal a las energéticas (contenida en el pacto de PSOE y Sumar para posibilitar la investidura de Pedro Sánchez). El CEO de la mayor petrolera española amenazó con recortar inversiones en España y llevar proyectos a Portugal, si salía adelante la conversión en permanente del impuesto extraordinario, que consideró “ilegal” y “discriminatorio”.

A juicio de la empresa, esa maniobra supondría una “falta de estabilidad” en el marco regulatorio y fiscal, y castigaría a las compañías que “invierten en activos industriales, generan empleo y garantizan la independencia energética del país”. A esas duras palabras le siguieron este jueves las reflexiones de Brufau, que se produjeron justo unas horas después de que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, prometiera a las multinacionales “estabilidad” y “paz social” para aquilatar sus inversiones en nuestro país.

El llamamiento del jefe del Ejecutivo no solo contestaba a Repsol, sino también a otro aviso que lanzó el presidente de Mercadona, Juan Roig, cuando comentó que, si la situación que se vive en España se replicara en Portugal, paralizarían su expansión prevista en el país vecino.

Además de la energética y el gigante de la alimentación, otras empresas como Enel (principal accionista de Endesa) e Iberdrola han cuestionado en las últimas semanas la posibilidad de incrementar sus inversiones en España con el actual marco jurídico y fiscal. Durante la reciente presentación del plan estratégico del grupo italiano, su consejero delegado, Flavio Cattaneo, sugirió que la entidad podría incrementar su inversión en Endesa si hubiese cambios normativos relacionados con el sector de la energía.

Por otro lado, la compañía que preside Ignacio Sánchez Galán ha criticado al actual Ejecutivo por las alzas de impuestos a las grandes compañías, el tributo extraordinario al sector, y ha reclamado un marco regulatorio estable que se traduzca en un consenso entre los políticos y los empresarios para establecer una normativa que permita invertir y abaratar el precio de la luz. La compañía del Ibex ya ha recurrido el impuesto extraordinario ante los tribunales.

En su intervención de este jueves, el presidente de Repsol ha hecho especial hincapié en que “si tenemos un impuesto para producir hidrógeno que no tienen Francia o Portugal, pues seguramente nuestra decisión será irnos a Portugal o Francia”, ha agregado Brufau, quien ha recordado que no es un tema a corto plazo, sino que son inversiones a medio y largo plazo que requieren madurez, informa Efe.

Durante su intervención ha tachado de “incomprensible” que en España se quiera mantener para las energéticas españolas un gravamen transitorio basado en “hipotéticos” beneficios extraordinarios (gravamen que ya han quitado todos los países).

“Los costes a los que el Gobierno somete a sus empresas las coloca en clara desventaja competitiva”, por lo que ha insistido en pedir estabilidad, políticas sensatas e incentivos claros para que todo el talento se quede en España y el hidrógeno sea un vector de crecimiento.

Asimismo, ha señalado que Europa debería ser un mercado integrado con normativa similar en materia energética e industrial en todos sus estados ya que mientras no lo sea no podrá competir y las empresas europeas estarán limitadas con la vista puesta en Asia y América, donde sí tienen incentivos para crecer y expandirse a otras regiones, como Europa.

“Si esto sigue ocurriendo veremos pérdida de puestos de trabajo y retroceso medioambiental porque el resultado final será la deslocalización de la industria por la imposibilidad de poder competir”, ha advertido.

Por ello, cree que Europa tiene que ser responsable de lo que hace y hacer las cosas con sentido protegiendo su industria y no generando una desventaja competitiva por un tema medioambiental que exporta a Asia las emisiones que se reducen en el continente europeo.

“La descarbonización debe ir acompañada en Europa de incentivos y estímulos en lugar de prohibiciones, sin demonizar tecnologías por cuestiones populistas, de ignorancia o de simpleza ideológica. Es imposible que se realicen estas inversiones sin unas reglas de juego claras”, ha añadido Brufau, que ve el modelo de Estados Unidos, con subsidios a la producción de hidrógeno, como el que debería tener Europa.

Así, ha señalado que para transformar nuestra industria y alcanzar la neutralidad climática sin dejar de garantizar la sostenibilidad y la seguridad de suministro a un coste asumible son necesarias todas las tecnologías conocidas, competitivas y escalables, y también aquellas en fase de desarrollo.

Por ello, ha pedido a Europa repensar su modelo para proteger la industria y las inversiones como motor de crecimiento y evitar que acabe siendo un subcontinente de una macro región que haya desplazado todo su poder a Asia.

En su opinión, el hidrógeno está llamado a jugar en un futuro no muy próximo un papel relevante en la descarbonización de la economía, y en concreto del continente europeo, por lo que es necesario promover un debate científico riguroso y entender la problema de la distribución, transporte y almacenamiento para conseguir cero emisiones en 2050.

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Raquel Díaz Guijarro
Es jefa de Empresas en Cinco Días. Especializada en economía (inmobiliario e infraestructuras). Ha desarrollado la mayor parte de su carrera en Cinco Días. Previamente trabajó en Antena 3 Radio, El Boletín, El Economista y fue directora de Comunicación de Adif de 2018 a 2022. Es licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense.
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