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Perfil
Texto con interpretación sobre una persona, que incluye declaraciones

Demetrio Carceller (Disa y Damm), entre el anonimato público y el poderío privado

Sin haber fundado ninguna empresa, ha tejido una red de participaciones cuyo valor las sitúa entre los 20 mayores grupos del país

Demetrio
JOSE MANUEL ESTEBAN

Demetrio Carceller Arce (Madrid, 1962) es presidente de Disa Corporación, de la cervecera Damm y vicepresidente de Ebro Foods y de Sacyr; es también un jugador de pádel, apasionado del Real Madrid, el tenis y la ópera, al que no le gusta la exposición pública. Como otros muchos multimillonarios, intuye que la mezcla de noticias, dinero y medios puede acabar en la “dosis letal media” de la que habla la medicina. Las últimas informaciones sobre el nieto de Demetrio Carceller Segura, ministro de Franco entre 1940 y 1945, e hijo del empresario Demetrio Carceller Coll –fallecido en septiembre pasado– son briznas en la larga historia empresarial de los Carceller. Dan cuenta del refuerzo de la inversión de Disa Corporación en Unicaja Banco –del 1% al 2%– y el reconocimiento al empresario por la Cámara de Comercio España-Estados Unidos como Líder Empresarial del año 2022. Pinceladas. Sin haber fundado ninguna de las empresas que preside o controla, Carceller Arce ha armado una red de participaciones que, agrupadas, colocarían el grupo entre los 20 primeros del país, con más de 10.000 empleados, 8.000 millones de facturación consolidada y 500 millones de beneficio bruto anual.

El tercer Demetrio multimillonario de la saga Carceller es biznieto de un turolense que emigró a Cataluña y trabajó como bedel en la Escuela Industrial de Tarrasa. Licenciado en empresariales (Cunef), con MBA estadounidense (Duke, Carolina) y trilingüe –español, inglés y alemán– el biznieto del emigrante vive un momento dulce. Las dos empresas de referencia que preside –la cervecera Damm y la petrolera Disa– tienen buenas perspectivas. El turismo y la hostelería apuntan a un año récord y eso significa más consumo, más desplazamientos y más venta de carburante. En Bolsa, donde los Carceller Arce –Demetrio, José, Lourdes, María y Carmen– tienen un peso significativo, las cosas tampoco van mal. En el año, el índice Ibex 35 ha subido en torno al 20%. Demetrio lidera la estrategia.

Más allá de Disa Corporación, Sacyr y Ebro Foods, los Carceller tienen o han tenido participaciones de Rodilla, Cacaolat, Pescanova, Repsol, Atlántica Petrogas, Banco Herrero, Hidroeléctrica del Cantábrico, Gas Natural, Unión Fenosa y la Compañía Logística de Hidrocarburos. Además, tienen importantes extensiones de terreno en Andalucía y Extremadura –intereses familiares que sus portavoces no detallan–. Y centros comerciales en Phoenix y Tucson (Arizona) que también forman parte del patrimonio familiar. Son muchos miles de millones de euros en inversiones.

La clave de toda la estructura empresarial de los Carceller es Disa Corporación. La familia controla un 36% de las acciones y es, de lejos, el primer accionista. De la Corporación cuelgan tres grandes áreas de negocio: Energía España, con 600 estaciones de servicio bajo las marcas de Disa y Shell y una cartera renovable de 200 MW; Energía Internacional, con 300 gasolineras y proyectos renovables en Chile, Uruguay y Portugal y, por último, Bebidas y Alimentación, que agrupa la cervecera Damm –50% de Disa y 25% del grupo alemán Dr Oetker– y sus participadas (Rodilla, Cacaolat). La Corporación controla el 14,9% de la constructora Sacyr tras un pacto de sindicación de acciones del 2% con el grupo constructor canario Sotocan, mientras que desde Damm controla el 11,7% de Ebro Foods. Una estructura tan compleja como rentable.

Los tres Demetrios se las han apañado bien para consolidar la fortuna que inició el hijo del bedel. Carceller Segura se hizo hueco como empresario; encontró espacio como líder impulsor de Falange y ganó millones como suministrador de combustible al bando rebelde en la guerra civil. Exprimió bien su momento en la autarquía. Lo resumió el historiador económico Josep Fontana en La economía del primer franquismo: “ni una sola actividad industrial, comercial o de la banca española, puede realizarse sin contar con el beneplácito de don Demetrio Carceller”, por cuyas manos pasaron “miles y miles de millones de pesetas”, pero no sin dejar “peaje”.

Cosa arriesgada los peajes. El segundo Demetrio –Carceller Coll– multiplicó el legado paterno durante la segunda mitad del franquismo. Se las ingenió para acomodar sus empresas en democracia sin coste para la saga. Se consideraba banquero ante todo, pero amplió sus intereses empresariales (Campsa, Cepsa, Hidrocantábrico y Banco Herrero) y participó en importantes negocios capitalistas como Sevillana de Electricidad (Endesa) o el Banco Comercial Transatlántico (Bancotrans), creado tras la II Guerra Mundial con los bienes confiscados al III Reich en España y que volvió al útero alemán en 1989 cuando lo adquirió Deutsche Bank.

Carceller Coll, hijo de su época y de su trayectoria, vivió entre Portugal y España. Legó herencia y legó también las consecuencias de tener un trato holgado en la relación con Hacienda. El tercer Demetrio, Carceller Arce, pagó parte del pato. Padre e hijo fueron acusados de fraude fiscal y evasión de capitales con elevadas peticiones de cárcel por parte de la Fiscalía Anticorrupción. Evitaron la cárcel tras acordar en 2016 el pago de una multa de 93 millones; una herida muy profunda en la imagen del actual presidente de Damm. Es un tema “que se circunscribe al ámbito personal, no afectando a ninguna de las empresas”, sostienen fuentes del grupo. Tras el caso, Carceller Arce abandonó el Instituto de la Empresa Familiar, la crema empresarial y social del país, aunque según precisan las fuentes consultadas “las empresas han seguido colaborando con el Instituto”.

Carceller Arce ha compensado la “herida social” con una intensa labor de mecenazgo cultural. Casado con Paloma Fernández -Cid, hija del crítico musical de ABC Antonio Fernández-Cid de Termes, padre de cuatro hijos, es patrono del Teatro Real donde puede disfrutar de su afición por la ópera. Al empresario le gustan las obras musicales dramáticas al menos tanto como el tenis y se le considera el impulsor del deporte del pádel a nivel mundial. Una medalla más para un “seguidor de la diosa madre [Ceres, diosa de la agricultura]” –eso significa en griego Demetrio– que presidió durante cuatro años la Sociedad Anónima Española de Fomento del Lúpulo. Dinero, familia y dioses.

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