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Sí, hay vida más allá de las letras del Tesoro

¿Qué tiene que saber el inversor conservador para invertir en renta fija?

El interés por la deuda pública española continúa. De las colas que vimos hace unas semanas en distintas ciudades españoles para comprar letras del Tesoro -se ha disparado la tenencia de este producto a máximos de 2012-, al éxito de otras colocaciones de obligaciones y bonos del Estado. Porque, además del ahorrador particular, el Tesoro ha colocado 5.000 millones a 15 años en una nueva emisión sindicada entre inversores institucionales.

El cambio drástico que ha dado la renta fija en los últimos meses no ha pasado desapercibido para el inversor más conservador. Después de un 2022 muy malo, el peor de la historia para el mercado de bonos, el nuevo escenario que se ha abierto tras las subidas de los tipos de interés ha hecho que el inversor conservador apueste por las letras del Tesoro. Y el resultado, además de verlo en las colas en la calle, se ha visto en las subastas.

En las del pasado 7 de marzo, la rentabilidad de las letras a doce y seis meses ha sido la más alta en lo que llevamos de año, con un interés medio del 2,295% y del 3,114%, respectivamente. En la subasta del 14 de febrero, el Tesoro pagó un interés del 2,98% en letras a nueva meses, una rentabilidad ligeramente inferior a la del pasado 17 de enero, y rozando ese límite del 3% que no se alcanzaba desde hace una década.

Un 3% de rentabilidad. ¿Es la mejor opción para el inversor conservador o hay más alternativas?

El inversor conservador y el pequeño ahorrador sí tienen más opciones más allá de las letras del Tesoro. Pero la clave, antes de invertir en un instrumento o producto concreto, es entender qué queremos conseguir invirtiendo nuestro dinero, qué plazo tenemos y qué nivel de riesgo podemos asumir. Porque hay algo que 2022 nos ha recordado y que no podemos ni debemos olvidar: la renta fija no es fija y también tiene riesgo. De hecho, esta semana en la que hemos tenido muchas declaraciones de banqueros centrales, hemos visto también mucha volatilidad en el mercado de bonos.

“Entendemos que haya demanda por un activo como las letras que paga entre un 2,5% y un 3%. El ahorrador español no tenía donde poner su dinero para invertir el año pasado y ahora tiene esas opciones”, destacó hace unos días Manuel Rodríguez, selector de fondos de renta fija en Abante, durante un Finect Live en el que también recordó que antes de decidir invertir en un producto como este, hay que analizar bien todas las opciones y plantearse preguntas: ¿es la mejor solución para mí? ¿Puedo en realidad asumir más riesgo siendo conservador?

“Lo primero es sentarse con cada cliente y ver cuál es su caso particular y saber qué rentabilidad le tenemos que exigir al dinero. El dinero es un medio y no un fin en sí mismo. Por eso, hay que ver de cuánto dinero dispone el ahorrador, qué objetivos tiene y, después, qué rentabilidad hay que pedirle al mercado. En base a eso y a su perfil de riesgo, podemos empezar trazar una estrategia de inversión en renta fija. Porque en renta fija hay muchos perfiles de riesgo, por eso es vital saber en qué perfil en encaja cada cliente y que sepa bien qué está comprando y qué riesgo tiene”, añadió Rodríguez.

Además, en esta parte, es fundamental que el ahorrador entienda el escenario macroeconómico en el que nos encontramos y que sea consciente de lo que sucede a largo plazo en entornos inflacionistas como en el que nos encontramos. El último dato de inflación en España del mes de febrero la ha situado en el 6%. ¿Tiene sentido entonces invertir en productos que dan un 3% de rentabilidad? ¿Es consciente el ahorrador de que a largo plazo pierde dinero?

Recibir un buen asesoramiento financiero antes de comprar cualquier producto de inversión es fundamental y va a ayudar al ahorrador a responder a preguntas como las anteriores y a darse cuenta de si, realmente, necesita un 3% de rentabilidad o puede arriesgar más con una parte de su dinero.

Por otro lado, el ahorrador también tiene que saber que no hace falta irse al Banco de España para invertir en renta fija y que hay otras cuestiones que hay que tener en cuenta más allá de la rentabilidad. La fiscalidad también importa.

Desde el punto de vista financiero y fiscal, hay otras alternativas que pueden resultar más interesantes para el inversor conservador como pueden ser los fondos de inversión de renta fija o los fondos monetarios. Estos últimos invierten en productos de renta fija a corto plazo y tienen la ventaja fiscal de que solo se tributa por ellos cuando se hace el reembolso, es decir, el ahorrador puede ir cambiando de fondo sin tener que tributar. En cambio, por las letras del Tesoro deberá tributar por el rendimiento obtenido cuando llegue a vencimiento o en el momento en que se venda en el mercado secundario.

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