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El criptoinvierno asfixia y acelera la regulación del sector

La quiebra de FTX hace temblar los cimientos de un mercado que precisa ofrecer seguridad a unos castigados inversores

El bitcóin se desfonda desde su máximo histórico
Laura Salces Acebes

Las expectativas estaban altas para los criptoactivos en 2022. Tras tocar máximos históricos a finales de noviembre de 2021 y rozar una valoración conjunta de tres trillones de dólares, eran muchos los que consideraban que este sería el año de su puesta de largo entre los grandes inversores, que analizaban no ya si tener o no criptoactivos en cartera sino cuánto peso debían alcanzar. Pero nada más lejos de la realidad.

Los bancos centrales se han encargado con sus alzas de tipos de acelerar en 2022 una sonora corrección en los activos de riesgo, comenzando por los digitales, que ha precipitado el colapso de la stable coin Terra y la quiebra de un buen puñado de plataformas de intercambio de criptoactivos, entre ellas FTX, con la consiguiente pérdida económica para inversores y accionistas.

El movimiento de los bancos centrales para poner fin a sus planes de compra de deuda y el paso siguiente, el de los aumentos de los tipos de interés ante una inflación en subida libre provocó la llegada del criptoinvierno. Las fuertes caídas de precios de los activos digitales no eran novedad en un mercado especialmente volátil –en 2018 el bitcóin se derrumbó de 20.000 hasta los 3.000 dólares–. Los defensores de los criptoactivos apuntan que el derrumbe de este año no será el último, pero en esta ocasión ha afectado a un numeroso grupo de inversores minoristas que se había sentido atraídos por la especulación y la expectativa de dinero fácil. Y lo que es más determinante, ha llegado a poner en cuestión la seguridad y viabilidad de todo el universo de los criptoactivos.

El año ha estado plagado de episodios alarmantes. El pasado mes de mayo, Luna, una de las principales divisas digitales, y la stablecoin TerraUSD, colapsaron en apenas 72 horas tras registrar un fuerte desplome de su valor a medida que entre los inversores crecía el pánico y se desvanecía la creencia de que una moneda estable estaba concebida para mantener en todo momento, por medio de algoritmos, la paridad con el dólar.

Goteo de avances en España

 

Publicidad. La CNMV cuenta con capacidad desde hace pocos meses para controlar la publicidad masiva de las plataformas de criptoactivos. El regulador ha logrado además potestad para que estos anuncios incluyan advertencias sobre el riesgo que supone invertir en estos activos, que deben especificar que se puede perder la totalidad del dinero.

Banco de España. El supervisor tiene un listado de proveedores de servicios de cambio de moneda virtual por moneda fiduciaria y de custodia de monederos electrónicos. La inclusión de las firmas en este registro no les aporta un marco normativo, solo aclara que cuentan con procedimientos y órganos adecuados de prevención en materia de blanqueo de capitales y de financiación del terrorismo.

 

Poco después llegaron las quiebras de Celsius, Voyager y Three Arrows Capital, incapaces de responder ante la oleada de reembolsos de sus clientes. En el mercado empezó a cundir el pánico ante un efecto dominó y, especialmente, la duda sobre el futuro las plataformas de intercambio de criptoactivos (exchanges) centralizadas más pequeñas.

Las grandes plataformas se ofrecieron entonces como salvadores de los negocios de los exchange más pequeños. FTX y Binance pujaron por Voyager y la primera resultó la ganadora, reforzando su peso y volumen de clientes. Hasta que en noviembre estalló una crisis de liquidez que se llevó por delante a FTX y desveló un entramado de un centenar de filiales bajo las que se había instrumentado un fraude que ha dejado un agujero de 10.000 millones de dólares, convirtiéndose en uno de los mayores desfalcos de la historia de Estados Unidos.

Álvaro Casado, responsable de activos digitales y Blockchain de KPMG en España, considera que “para entender la evolución del mercado de los criptoactivos debemos separar aspectos negativos observados este año 2022, principalmente vinculados al valor de determinados proyectos y a los fraudes acontecidos en grandes exchanges, de la evolución de casos de usos y de la tecnología, donde sí que se están observando avances continuados”.

La quiebra de FTX ha sido la puntilla para que bancos centrales y reguladores de todo el mundo reclamen acelerar una regulación sobre el llamado salvaje oeste criptográfico. “Esto no es solo una burbuja que está estallando. Es como la espuma: múltiples burbujas estallan una tras otra”, reconocía hace pocas semanas Fabio Panetta, miembro del Comité Ejecutivo del BCE.

Mientras que en Europa se trabaja en una regulación ad hoc para los criptoactivos, en Estados Unidos, el supervisor del mercado, la SEC, busca que las plataformas se rijan por las reglas ya existentes para las entidades financieras y busca acabar con los “casinos” fuera de la ley, insiste Gary Gensler, su presidente.

Para Enrique Palacios, director de cumplimiento regulatorio de la firma de criptocustodia Onyze, “la crisis de FTX marca un antes y un después en cuanto a la necesidad de regulación para proteger al inversor y al usuario final. Y visto el alcance sistémico de este proveedor, provocará no solo un aumento en las restricciones para la concesión de licencias operativas sino una mayor coordinación regulatoria entre distintas jurisdicciones a nivel global”.

La escandalosa bancarrota de FTX ha aumentado, según el experto de Onyze, “la necesidad de realizar auditorías para comprobar la solvencia de los exchanges (proof of liabilities), así como un control en la prevención de blanqueo de capitales en las trasferencias realizadas”.


Rumbo a la irrelevancia

Los defensores de los criptoactivos insisten en que el sector se acabará recuperando. Una de las más firmes defensoras de bitcóin, la gestora de fondos estadounidense Cathie Wood, insiste en que la divisa digital por excelencia alcanzará una valoración de un millón de dólares en 2030.

Pero frente a ella, una legión de detractores cree que los criptoactivos van rumbo a su extinción. Ulrich Bindseil y Jürgen Schaaf, economistas del BCE, hablan ya de que bitcóin ha puesto rumbo “hacia la irrelevancia”.

Su elevada volatilidad ha convertido a las criptomonedas en inexistentes como activos para la mayoría de los inversores institucionales. JP Morgan considera que “la volatilidad es demasiado alta, la falta de un retorno intrínseco lo hace muy desafiante”. Su responsable de estrategia de carteras institucionales, Jared Gross, incide además en que el bitcóin se ha quedado muy lejos de convertirse en el nuevo activo refugio por excelencia y sustituir al oro.

Al margen de su cuestionado valor como activos de inversión, Álvaro Casado reconoce que durante 2022 se ha producido entorno a los activos digitales “un avance muy importante respecto a exploración de oportunidades por parte de entidades financieras y no financieras, principalmente en lo que respecta a tokenización de activos”. Hay firmas como Fidelity, Blackrock, abrdn y BNY que han optado por comercializar distintos productos ligados a la tecnología blockchain, recuerda UBS. Una tecnología que a partir de marzo tendrá en vigor su propio reglamento en la UE, que permitirá trabajar en la emisión de instrumentos financieros tokenizados.

De cara a 2023, y aún en plena purga del sector y resaca por la quiebra de FTX, Leif Ferreira, consejero delegado y cofundador de la plataforma de intercambio de criptoactivos Bit2Me mantiene su convicción: “Va a ser un año de institucionalización del sector, de gran capilaridad y en el que se van a producir muchas integraciones”. Más allá, se muestra optimista y apunta que “bitcóin y el ecosistema Web3.0 no van a parar de crecer en los próximos años”.

MiCA, la normativa aún no aprobada que ya se queda corta

La Unión Europea prevé aprobar la directiva que regulará los criptoactivos en febrero. El reglamento MiCA (Markets in Crypto Assets por sus siglas en inglés), recibirá previsiblemente luz verde por el Parlamento Europeo ese mes, si bien no se comenzará a aplicar hasta 2024. La norma prevé regular la emisión de determinados criptoactivos, como los utility tokens y las stablecoins, así como aprobar y armonizar las normas de conducta y autorización de los proveedores de determinados servicios sobre criptoactivos.

Desde BBVA, Santiago Fernández de Lis, responsable de regulación de la entidad, considera que “MiCA es un primer paso para dar certidumbre regulatoria en los servicios relacionados con cripto y nos tiene que hacer pensar que escándalos como FTX posiblemente no habrían ocurrido con MiCA. La norma establece requisitos de gobernanza que hubieran impedido algunas de las deficiencias de esta plataforma y hubiera introducido disposiciones que separan el patrimonio de los clientes del patrimonio de la propia entidad o de sus gestores. Creo que todo esto lo encara y lo afronta bien y es un entorno que nos va a dar a los europeos más protección”.

Leif Ferreira, cofundador de la plataforma Bit2Me, comenta que “con la llegada de MiCA se pondrá un broche de oro a un viaje de película. Un camino en el que bitcóin ha pasado del desconocimiento y la omisión a la asimilación e integración en los mercados financieros”. Sin olvidar su volatilidad y su derrumbe.

El avance regulatorio debe ir, en opinión de Fernández de Lis, acompañado por una coordinación internacional para que como MiCA sirva de inspiración a otros países para adoptar regulaciones similares. “Europa se está convirtiendo en referencia de estándares para estos temas y nos gustaría ver cómo esos estándares se adoptan con carácter más generalizado y de forma más o menos armonizada”, añade.

La propia presidenta del BCE, Christine Lagarde, reclamó ya en junio dar un paso más allá y instó a un MiCA 2. Una revisión que, según ella, debería entrar a regular las finanzas descentralizadas (DeFi), junto al staking y los préstamos.

En esa misma línea opina Enrique Palacios, de Onyze, que apunta que la normativa “requerirá una segunda versión mucho más rápida que la que tuvo su homónima en los mercados tradicionales, Mifid, pues en este sector la velocidad en la innovación requiere un mayor dinamismo regulador”.

Sobre la firma

Laura Salces Acebes
Es jefa de sección de Mercados/Inversión de Cinco Días, donde ha ejercido la mayor parte de su trayectoria profesional. Entre 2017 y 2020 coordinó también la sección de Economía y previamente estuvo especializada en empresas turísticas.

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