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¿Amortizar hipoteca o invertir? Qué hacer si nos toca el Gordo

Quitarse el préstamo de la vivienda será una opción recomendable si la subida del euribor está presionando la economía familiar, según los expertos

EFE
Virginia Gómez Jiménez

El Sorteo Extraordinario de Navidad reparte hoy más de 2.500 millones de euros en premios. Los afortunados que se lleven el Gordo recibirán 400.000 euros por décimo premiado antes de impuestos. Si bien son muchos los que fantasean con todo lo que harían si la fortuna les sonriese, es importante no tomar decisiones precipitadas que puedan llevar a los ganadores a malgastar el premio.

Los expertos apelan a pensar en frío, no acostumbrarse a un tren de vida excesivo y reflexionar sobre los objetivos vitales. Todo ello en aras de evitar la impulsividad. Pero, dentro de la racionalidad, hay varias vías para usar el dinero. Resulta habitual escuchar a los premiados decir que lo primero que quieren hacer es cancelar hipotecas, regalar parte del premio a algún familiar o incluso retirarse antes de tiempo. Otra alternativa es invertir el dinero para conseguir un rendimiento económico.

Qué es más conveniente depende de la situación financiera de cada individuo; las opciones son varias. Para César Betanco, experto hipotecario de Hipoo, “si se ganase el Gordo o algún premio que permitiese liquidar la hipoteca en su totalidad, los únicos casos en los que convendría hacerlo a nivel financiero serían: en primer lugar, si el préstamo tuviera un tipo de interés variable con un diferencial elevado, es decir, por encima del euríbor + 1%. Y, en segundo lugar, si el tipo de interés fijo estuviera por encima del 1,20%”.

La conclusión de Betanco es clara: “si la persona lo está pasando mal debido a un euríbor elevado, sí que es rentable amortizar toda, si se pudiera, o al menos parte de la hipoteca. Mientras, en el caso contrario, si por ejemplo gozara de haber firmado un tipo fijo por debajo del 1%, no sería demasiado rentable amortizar dado que el interés al que se estaría pagando el préstamo resultaría muy bajo”. Betanco se basa, principalmente, en el valor del propio dinero y su consiguiente relación con el préstamo establecido en el momento dado en el que se produjese la firma.

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Además del interés hay otros factores, como por ejemplo la rentabilidad que puede dar el dinero invertido, el plazo pendiente de amortización o si la vivienda habitual se compró antes de 2013, existe una ventaja fiscal en el IRPF (la ley permite deducirse cada año un 15% de una cuota máxima de 9.040 euros), que puede que no interese perder.

Así, una hipoteca de 200.000 euros a 30 años con un interés del 3,75% (euríbor actual más 0,75%) supone una letra de 926 euros al mes. En 30 años se pagarían 130.000 euros de intereses que ahorramos si amortizamos hipoteca. Con plazos menores, el pago total de intereses es mucho menor. Y, si se disfruta de la deducción por vivienda, amortizar hipoteca compensa menos: la deducción puede restar 40.000 euros en intereses de la citada hipoteca de 200.000 a 30 años.

Atento a las comisiones

“Antes de cancelar la hipoteca hay que revisar el contrato para saber si el banco nos va a cobrar una comisión por amortizar anticipadamente el préstamo. Esta comisión puede ser de entre el 0% y el 2% sobre el pago adelantado, dependiendo de si el préstamo es a tipo fijo o variable y de su fecha de contratación”, recomiendan en HelpMyCash.com

Pero ¿y si ya hemos pagado la mayor parte de la deuda y apenas nos quedan unos años para liquidar la hipoteca? Hay que tener en cuenta que la mayoría de los intereses se pagan al principio del préstamo, por lo que una persona que esté a punto de terminar de pagar su préstamo apenas pagará intereses. “En ese caso, puede ser más conveniente invertir el dinero e intentar sacarle rentabilidad. Además, así se conservará el derecho a seguir desgravando las cuotas de la hipoteca en caso de que se pueda practicar la deducción por adquisición de vivienda habitual”, puntualizan.

Si se decide no amortizar la hipoteca, se trata de que haga un ejercicio de planificación financiera para pensar en sus metas y contextualizar el premio en su plan financiero y vital, de forma que pueda trazar un plan de inversión que se adapte a sus nuevas circunstancias y tenga en cuenta sus objetivos, presentes y futuros.

Un estudio del Global Financial Literacy Excellence Center pone de manifiesto que en España solo el 49% de la población adulta tiene conocimientos financieros, cifra que se sitúa por debajo de la media europea en términos de educación financiera. Este desconocimiento en el ámbito financiero y en la gestión del dinero puede acabar siendo un problema a la hora de gestionar un premio de lotería.

La experiencia refleja que los españoles, por lo general, son muy conservadores con su dinero. Y aunque esta tendencia está cambiando, la mayoría suele optar por dejar su dinero inmóvil (bajo el colchón) o en depósitos. Durante este último año hemos visto cómo los depósitos han vuelto a ofrecer rentabilidad gracias a la subida de los tipos de interés. Aun así, estos siguen lejos de poder, al menos, batir la inflación.

Por eso, es muy importante saber que, si se decide no invertir el dinero, dentro de unos años se perdería poder adquisitivo, a media que los precios se incrementasen, al no cubrir la inflación. Es decir, si se tienen 328.000 y no se invierten, pasados 20 años y contando con una inflación media anual del 2% (objetivo del BCE), ese dinero equivaldría a unos 220.734 euros (actuales).

Para rentabilizar el premio, el primer paso es fijar el objetivo financiero que se necesita -que viene marcado por la diferencia entre lo que se tiene y lo que se necesita-, y eso es lo que va a determinar qué nivel de riesgo se puede asumir y qué cartera o qué activo financiero es el más adecuado. Para maximizar el dinero del premio hay que apostar por carteras diversificadas, tanto por distribución geográfica, como por sectores y tipo de activos. Además, si se cuenta con un gran horizonte temporal de inversión, se puede asumir más riesgo con la inversión, lo que hará que el capital final sea mucho mayor.

Por ejemplo, si se quiere superar a la inflación en 2 puntos (es decir, conseguir una rentabilidad anual media del 4%) habría que invertir en una cartera con el 50% de la inversión en renta variable. Y una opción que permite diversificar, que tiene beneficios fiscales y que permite acceder a una gestión profesional son los fondos de inversión.

Ahorrar el dinero

Con el gordo no solo podemos tapar agujeros, sino también ahorrar. Si no estamos acostumbrados a asumir riesgos y tenemos un perfil conservador, podemos apostar por los depósitos a plazo fijo. Tienen el capital garantizado y están protegidos por el Fondo de Garantía de Depósitos (FGD).

Eso sí, hay que diversificar. El FGD solo garantiza el reembolso de hasta 100.000 euros por titular en cada banco en caso de quiebra, por lo que conviene no superar ese límite y repartir el capital entre varias entidades.

Las recientes subidas de tipos del Banco Central Europeo han dado un empujón a la rentabilidad de los plazos fijos. Tras varios años rozando el 0%, por primera vez en mucho tiempo los bancos están mejorando significativamente el interés de sus productos de ahorro. A corto y medio plazo se puede ganar casi un 3% TAE con las mejores ofertas y sin el riesgo que supone invertir en la bolsa, señalan en HelpMyCash tras analizar cuáles son los mejores depósitos del mercado. Con una rentabilidad del 3%, podemos ganar 3.000 euros por cada 100 mil invertidos durante un año.

Invertir o emprender

También se puede invertir el dinero, ya sea en un fondo, en acciones o en un negocio sólido. Pero siempre hay que saber en qué se está invirtiendo y entender los riesgos de la operación. Y si decidimos buscar asesoramiento, mejor recurrir a un experto. “Ignora las recomendaciones de tu cuñado, probablemente sepa menos que tú y no te dejes tentar por supuestos gurús que te prometan rentabilidades imposibles”, señalan en HelpMyCash.

Si el banco nos ofrece algún producto financiero que es nuevo para nosotros para intentar retener todo ese dinero que hemos ganado, cuidado, porque no tiene por qué interesarnos. Hay que leer la letra pequeña, analizar el producto y entenderlo antes de firmar.

Últimamente, la banca está empujando la venta de fondos garantizados. No debemos confundirlos con un depósito. “Así que si nos ofrecen algún producto muy atractivo, debemos averiguar antes qué es exactamente, para evitar disgustos en el futuro”, añaden fuentes de HelpMyCash.

Otra opción es invertir en uno mismo y usar parte del dinero para formarse con vistas a mejorar nuestra situación laboral en el futuro. Y es que, por mucho que ganemos el gordo, difícilmente vamos a poder vivir sin trabajar con ese dinero.

Sobre la firma

Virginia Gómez Jiménez
Periodista económica, con 25 años de experiencia como redactora. En la web de Cinco Días desde 2007. Anteriormente, desarrolló su actividad profesional en las secciones de Mercados de La Gaceta de los Negocios y Expansión, sin olvidar su paso por la agencia de noticias Fax Press, como experta en las materias económica, empresarial y bursátil.

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