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¿Se van a pasar de frenada los bancos centrales con las alzas de tipos?

Los bancos centrales endurecen su mensaje justo cuando la economía da más señales de desaceleración. La amenaza de recesión pondrá a prueba su determinación de subir tipos mientras el mercado no termina de asumir el nuevo escenario de un dinero mucho más caro

Christine Lagarde, presidenta del BCE, y el presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell.
Christine Lagarde, presidenta del BCE, y el presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell.Efe/Getty
Nuria Salobral

Los bancos centrales han pasado esta semana a un nuevo nivel en su cruzada frente a la inflación. El año termina sin que haya mensajes de tregua en las alzas de tipos de interés. 2023 será también un ejercicio de encarecimiento del precio del dinero, con más intensidad en la zona euro que en Estados Unidos, donde el aumento de las tasas queda ya más cerca de haber tocado techo.

Los inversores habían empezado a imaginar un escenario más amable, en el que la inflación ya habría alcanzado su punto máximo, lo que permitiría suavizar la política monetaria. Pero el panorama que han dibujado los bancos centrales esta semana es de tipos que van a permanecer elevados por más tiempo del esperado y de una inflación que se enquista y puede dar una imagen engañosa de moderación. Así, el encarecimiento de la energía remite pero no el de los alimentos, mientras el alza de precios comienza a trasladarse al mercado laboral y apunta a elevar la inflación subyacente.

Los mercados han ajustado al alza sus previsiones de tipos de interés tras las reuniones de esta semana de la Fed y el BCE, pero sin demasiada convicción. Jerome Powell y Christine Lagarde han querido enfriar la expectativa de que los tipos pudieran bajar en 2023 pero los inversores, pese a haber ajustado sus expectativas al nuevo escenario, también mantienen cierta reserva sobre si los banqueros centrales van a poder cumplir con la dureza de su mensaje. Sobre si una recesión económica más larga y profunda de la contracción técnica que se espera no obligará a bajar tipos antes de lo previsto.

Los analistas creen muy optimista el cálculo de subida de PIB del BCE en 2023 en la zona euro

Luke Bartholomew, economista sénior de Abrdn, considera que “no es habitual que Lagarde intente orientar a los mercados de forma tan contundente, lo que demuestra la urgencia de lo que quiere decir el BCE. Sin embargo, si la economía cae en una recesión más profunda de lo que prevé el BCE, creemos que es poco probable que los tipos suban de forma tan agresiva”. Desde la firma Federated Hermes señalan que “el BCE siente que su credibilidad está en juego y en consecuencia, está decidido a errar por el lado duro, a riesgo de exagerar”. De hecho, su mensaje se ha vuelto más agresivo justo en el momento en que aprecia que la economía de la zona euro ha entrado en recesión. En las previsiones lanzadas este jueves, Lagarde avanzó una contracción del PIB en este trimestre y el siguiente, aunque el pronóstico para 2023 sigue siendo de un alza del PIB del 0,5%.

Los bancos centrales ya se equivocaron estrepitosamente hace más de un año, cuando insistían en que las primeras señales de repunte de la inflación eran un fenómeno transitorio, propio del regreso a la actividad tras el drástico parón que supuso la pandemia. Pero la inflación ha demostrado una persistencia capaz de pulverizar todos los cálculos, agravada por la guerra en Ucrania y su impacto en los precios de la energía. La duda ahora es si los bancos centrales están acertando en su pronóstico sobre la economía, en si la recesión será relámpago, poco profunda y de escasa duración como apuntó Lagarde o si se agravará, lo que pondría a prueba la determinación de seguir subiendo tipos. El dilema entre el crecimiento y la inflación –inclinado sin duda a favor de la estabilidad de precios– se agrava más todavía.

Rentabilidades tras las dos últimas reuniones del BCE

Los analistas de Nomura advierten de que el BCE está siendo excesivamente optimista en sus previsiones de crecimiento y creen que una subida de tipos de 75 puntos básicos el pasado jueves habría estado “más que justificada por las previsiones de inflación y los comentarios agresivos de Lagarde”. La firma japonesa prevé que la tasa de depósito alcance un máximo del 3,5% en junio de 2023, con un alza de 50 puntos en febrero, otra en marzo también de 50 puntos básicos –frente a los 25 de su estimación anterior– y dos más de cuarto de punto en mayo y junio.

En Goldman Sachs también esperan un alza de tipos en la zona euro de 50 puntos básicos en la siguiente reunión del BCE, el próximo 2 de febrero, y reconocen que van a tener que ajustar al alza su estimación de un tipo terminal para la tasa de depósito del 3%. En el mercado, los futuros sitúan esa tasa terminal de los tipos en la zona euro en el 3,25%, desde el 2% actual.

Las alzas de tipos serán innegables pero según los expertos, el gran riesgo de mercado para el próximo año es que los bancos centrales se pasen de frenada con sus subidas. Como explica Sylvain Broyer, economista jefe para EMEA de S&P Global Ratings, “parece que los mercados financieros y el BCE todavía viven en dos mundos diferentes”, con los inversores descontando una recesión frente al relativo optimismo de Lagarde. “Si la visión de los mercados es correcta, será mejor que el BCE tenga mucho cuidado en sus próximas decisiones sobre tipos y retirada de liquidez si no quiere hundir innecesariamente a la economía europea en una recesión más larga y profunda de lo que sugieren sus previsiones. La señal que envían los mercados con una curva de tipos plana o invertida debería hacer saltar las alarmas del consejo de gobierno”, señala.

Powell está mucho más cerca del tope máximo en el nivel de tipos que Lagarde

Estas advertencias también se aplican a la Fed. Para David Kohl, economista jefe de Julius Baer, Powell está ahora más cerca de un error de política monetaria. “Compartimos la opinión de que la economía de Estados Unidos está bien situada para digerir el endurecimiento de la política monetaria. Al mismo tiempo, pensamos que un mayor endurecimiento de la política monetaria es innecesario y sería un error”, defiende. Kohl explica que con los tipos en EE UU ahora en el 4,25%-4,5% –tras el alza de medio punto de la pasada semana–, el precio del dinero ya estaría 200 puntos básicos por encima del nivel considerado neutral, en el que ni se estimula ni se constriñe la economía.

La Fed estima ahora que los tipos de interés llegarán a subir en 2023 al 5,1%, según sus propias previsiones, un nivel superior a lo que pronostica el mercado. Así, los futuros apuntan a que el tope estará en el 4,8% a mitad de año y que habrá descendido al 4,2% en enero de 2024.

La Reserva Federal está por tanto mucho más cerca que el BCE de haber completado el ciclo de endurecimiento de su política monetaria. El presidente del banco central holandés Klaas Knot, reconocido halcón del consejo de gobierno del BCE, señalaba el viernes que “Estados Unidos está más cerca del punto final de la subida de los tipos de interés que nosotros, pero aún nos quedan más subidas. Parte de la diferencia de tipos desaparecerá”. Lagarde también se desmarcó el jueves de similitudes con la Fed, al insistir que el BCE está lejos de un punto de inflexión en su política.

En el futuro, y según advierten desde la gestora alemana Flossbach von Storch, el gran reto para el BCE será la heterogeneidad dentro de la eurozona. En noviembre, la inflación interanual en España fue del 6,8% mientras que en Estonia alcanzó el 21,4 %. Aunque el alza de tipos y el encarecimiento de las hipotecas afectará a todos los europeos por igual.

Nuevo código ético para altos cargos del BCE

Inversiones. El BCE prohibirá a sus altos cargos cualquier tipo de inversión que se realice en acciones o bonos concretos, por lo que las operaciones financieras privadas tendrán que limitarse a fondos de inversión mutualizados o cotizados y que, además, tengan una estrategia “muy diversificada”, según indicó la entidad este viernes. Las nuevas reglas actualizarán el Código de Conducta del BCE que es de aplicación para todos sus altos cargos. Según las reglas anteriores, la inversión a nivel particular estaba permitida, aunque se recomendaba que se delegara en un gestor.

Vigilancia. El personal que posea acciones o bonos individuales podrá mantenerlos, pero no ejecutar ninguna compra adicional. Su venta estará sujeta a aprobación por parte del comité de ética del BCE.

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Sobre la firma

Nuria Salobral
Es jefa de la sección de Inversión en el fin de semana y redactora especializada en temas financieros y política monetaria. Trabaja en Cinco Días desde 2006, donde ha cubierto la quiebra de Lehman Brothers, el rescate a la banca española o las decisiones del BCE. Nacida en Madrid, es licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense.

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