OHLA confía en su cartera y en desinversiones para bajar más el apalancamiento
Este año dejará la deuda en cuatro veces ebitda, y en 2023 irá a 3,5. Reactivará la venta del hospital Chum, revertirá garantías y espera pagos por pleitos
El proceso de transformación de OHLA, tras la entrada de la familia Amodio como primera accionista, va a ir más allá del periodo 2018-2022 inicialmente previsto. La constructora y operadora de infraestructuras tiene decidido intensificar su esfuerzo para reducir la deuda, esencialmente nominada en bonos, y generar nuevos motores de ebitda. Se trataría, según fuentes financieras al tanto de la estrategia, de llevar la ratio de apalancamiento a las cuatro veces (deuda bruta sobre ebitda) a finales de este ejercicio y bajarlo a 3,5 veces el próximo año.
El apalancamiento presentaba un múltiplo de 11,3 veces en 2019, cuando se inició el ejercicio con 741 millones de deuda bruta, cifra que rondará en el presente 2022 los 420 a 430 millones tras un ajuste superior al 40%. Y este enfoque estratégico hacia la contención del endeudamiento continuará, señalan las mismas fuentes, con la vista fijada en ratios de deuda sobre ebitda de no más de dos o 2,5 veces. Así lo exige el mercado, guiado por las agencias de rating, y hacia esa meta continuarán las desinversiones y la ejecución de proyectos.
El primer paso previsible es el de la nueva puesta en venta de la participación del 25% en la concesionaria del hospital canadiense Chum, tras el pacto frustrado con el grupo canadiense BBGI. Ese activo carece ya de riesgo de construcción y genera resultados, por lo que su constructora prevé obtener incluso un mejor trato que los 88,15 millones de dólares canadienses (65,1 millones) acordados con el anterior comprador. La suelta de este activo se sumará a los cobros pendientes por la desinversión del 49% en el complejo hotelero Old War Office de Londres (97,3 millones) y a la recuperación de efectivo puesto en garantía de obras ya ejecutadas. En los presupuestos del departamento financiero también suman las expectativas de éxito en pleitos abiertos por importantes obras en Catar, Kuwait o Argelia. Y queda en la reserva la participación en el desarrollo comercial y hotelero madrileño de Canalejas, en rampa de lanzamiento tras el paso de la pandemia.
El grupo estima un rendimiento del 7% en ebitda a una cartera de 7.100 millones
Con todo ello se atajará deuda y se alimentará el desarrollo de la división de concesiones, en la que OHLA toma del 15% al 25% del capital de los activos, se hace con la construcción como objetivo clave y puede jugar el rol de operador. El radar en busca de oportunidades está activado en Europa, Latinoamérica y EE UU.
En cuanto a la actividad presente, en las últimas presentaciones de resultados lideradas por el CEO, Jose Antonio Fernández Gallar, se ha hecho hincapié en la revisión y saneamiento de una cartera de proyectos que alcanza los 7.100 millones y debería ofrecer un rendimiento por ebitda del 7%. La constructora, con notable implantación en Estados Unidos, pisa el acelerador en nueva contratación y se espera un récord histórico en el presente ejercicio por encima de los 3.500 millones. El ebitda del grupo, por su parte, presenta una evolución desde los 65 millones de 2018 a los 91 millones de 2021 y podría dejarse atrás el objetivo de 110 millones fijado para diciembre.
Estabilización
Con 620 millones de liquidez y unos 180 millones de deuda neta, los gestores de OHLA se van a empeñar en lanzar nuevos mensajes tranquilizadores tras explicar trimestre a trimestre que el riesgo de fuerte consumo de caja ha sido mitigado con la reducción de costes de estructura (de 240 a 147 millones anuales). También se ha promovido un mayor control de los proyectos, y juega a favor de la estabilidad de la compañía la extensión de los vencimientos de deuda a 2025 y 2026.
Con la recapitalización y refinanciación rematada en junio del año pasado, llegaron el refuerzo de fondos propios, la reducción del apalancamiento y la extensión en tres años de los citados vencimientos de bonos. La empresa no piensa ahora en una nueva reestructuración. La inestabilidad de los mercados hace poco favorable abordar cualquier proceso en estos momentos, pero desde el equipo directivo sí se incidirá en desterrar el miedo al impago de la deuda.
La cifra de contratación apunta este año a un récord de más de 3.500 millones
Cuando OHLA vio frustrada días atrás la desinversión en Canadá, por el contexto de tipos altos, el mercado reaccionó con un castigo seguramente desmedido que deja el retroceso de la acción en un 53,7% en lo que va de año. Está claro que el temor sigue rondando a la constructora pese al esfuerzo de saneamiento. Las pérdidas amasadas en la primera mitad del año no juegan a favor.
Y cierto es que la propia empresa defendió meses atrás la petición de una paralización cautelar de la sanción de más de 20 millones que le impuso la CNMC en julio con un argumento que habla de estrecheces. "Los beneficios obtenidos en 2021 quedarían prácticamente agotados por el pago de la multa y anularía la, ya de por sí escasa, recuperación económica experimentada por OHLA en dicho año y que ello agravaría las ya existentes tensiones de tesorería de la Sociedad”, se podía leer en el argumento de una cotizada que lleva años con el dividendo a sus accionistas cancelado.
Negocio en reconstrucción
El pasado. OHLA ya jugó en las grandes ligas como concesionaria. Estuvó entre las referencias más destacadas en Brasil y México, y fue uno de los accionistas principales de Abertis. Pero todo aquello tuvo que ser sacrificado para sobrevivir tras duras pérdidas y el hundimiento en Bolsa en la última etapa con los Villar Mir al frente. Ahora, los accionistas de referencia, los hermanos Luis y Mauricio Amodio (26%), tienen el empeño de reconstruir poco a poco un papel importante en el mercado concesional.
Calificaciones. La compañía tiene un rating B3 con perspectiva positiva de Moodys, otorgado en marzo de este año. Esta nota, uqe supuso una mejora, habla aún de un grado especulativo de la deuda.
Vuelta de las garantías. El grupo tiene pignorados 166 millones en garantía de avales que va a ir recuperando por la finalización de los proyectos. Ese esfuerzo se hizo necesario para que la banca abriera el grifo y cediera avales que permitieran avanzar con la contratación.