La subida de las hipotecas presagia un mayor golpe político a los bancos
A menos que las entidades europeas propongan ideas convincentes, los Gobiernos les aplicarán duras medidas
Los bancos europeos se ofrecen a ayudar a sus clientes con la subida las facturas hipotecarias. Pero sus ideas no aliviarán significativamente el daño. Dado que los Gobiernos, con problemas de liquidez, no pueden permitirse el lujo de proteger a los propietarios de viviendas, es posible que apliquen a los bancos medidas más dolorosas.
Los bancos centrales están subiendo los tipos, lo que aumenta los costes de las hipotecas. En España, donde la propiedad de la vivienda es alta respecto al alquiler, y los préstamos a tipo variable habituales, unos pagos de intereses más elevados se comen inmediatamente la renta disponible. En Gran Bretaña, donde los tipos están subiendo mucho más rápido que en la zona euro, 1,8 millones de préstamos a tipo fijo expirarán en 2023, según UK Finance. Esos prestatarios podrían acabar refinanciando al 6% o más, frente al tipo fijo medio existente del 2,1%.
A primera vista, parece que los bancos están ayudando. CaixaBank ha propuesto congelar durante un año los tipos de las hipotecas variables para los clientes vulnerables. Las entidades británicas están reforzando su ejército de asesores de deuda y preparándose para ofrecer un alivio ad hoc a los prestatarios en apuros, incluyendo moratorias de pago a corto plazo, según fuentes cercanas.
Pero la propuesta de CaixaBank consiste simplemente en añadir la subida de los intereses de los próximos 12 meses al final de la factura del cliente, en lugar de eliminarla. Tanto el plan británico como el español se dirigen a los clientes que corren el riesgo de dejar de pagar, y no a la mayoría de los prestatarios, que recortarán el gasto en otros ámbitos para pagar sus deudas. Capital Economics calcula que, con los tipos actuales, el pago de una hipoteca del 80% del valor del préstamo sobre la vivienda media del Reino Unido consumiría el 60% de la renta media disponible, frente a menos del 40% durante la mayor parte de la última década.
Podría decirse que es problema de los prestatarios, no de los prestamistas. Y puede que los bancos centrales cuenten con ese daño para frenar la inflación. Pero no está nada claro que los políticos estén dispuestos a tolerar el golpe. Los Gobiernos, que ya están gastando decenas de miles de millones en mantener bajos los costes de la energía, no pueden hacer mucho por sí mismos. Un mayor gasto no financiado en Gran Bretaña, por ejemplo, podría hacer subir aún más los tipos, agravando el problema. Los políticos también pueden razonar que los bancos pueden aguantar algo de daño, ya que el aumento de los tipos suele significar márgenes de préstamo más gruesos.
Ello hace más probable que se tomen medidas draconianas contra los bancos. Unidas Podemos está presionando para que se imponga un límite mucho más estricto a los tipos. En el extremo del espectro, el Gobierno polaco ha pedido a los bancos que ofrezcan moratorias hipotecarias. Los analistas de Citi calculan que estas medidas podrían costar al mayor banco, PKO BP, 2.700 millones de zlotys (560 millones de euros), más de la mitad de los beneficios de 2021. A menos que los bancos de las economías más grandes propongan algo más convincente, los políticos de Gran Bretaña y España podrían considerar la táctica de Polonia como modelo.
Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías