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Los trabajadores del futuro no dependerán de un jefe

La tendencia es que en algo más de una década la mayoría de la fuerza laboral trabaje por proyectos

Ixone Arana
Una mujer teletrabaja desde su casa.
Una mujer teletrabaja desde su casa. Getty Images

En 2035 la mayoría de la fuerza laboral trabajará por proyectos, de manera autónoma y no por cuenta ajena. Así lo sugiere el último estudio realizado por la plataforma Shakers a partir de las respuestas de su red de más de 2.500 trabajadores freelance. “Venimos de un mercado laboral muy rígido, en el que o se es autónomo o se es asalariado. Hoy lo que se está rompiendo es esa brecha”, comenta el cofundador de la compañía, Héctor Mata.

Una de las ventajas de los perfiles free­lance, según sus datos, es que tienen una remuneración superior al salario medio en una empresa por el mismo puesto. Pueden llegar a ganar un 50% más de lo que percibirían trabajando por cuenta ajena, algo que confirma el socio de corporate learning solutions de Esade Executive Education Carlos Pelegrín. “Prefieren trabajar por su cuenta porque, en general, ganan más dinero y tienen mucha más libertad”, afirma. Sin embargo, Pelegrín advierte de que mientras que en países como Estados Unidos o Reino Unido esta es ya una tendencia consolidada, en España todavía es necesario un cambio de mentalidad. “Las personas tienen que cambiar de un paradigma de que la seguridad en el empleo me la da trabajar en una gran empresa a una mentalidad en la que la seguridad en el empleo me la da el que yo tenga capacidades que están al día y, por lo tanto, sea empleable de manera permanente”, reconoce.

Aun así, sumarse a este cambio es más fácil en unos sectores que en otros. El estudio de Shakers concluye que los perfiles más repetidos trabajan en los sectores de diseño y creatividad, marketing digital, desarrollo web y datos, consultoría digital, tecnologías inmersivas, comunicación y consultoría de negocio, entre otros.

Para la directora del Work of the Future Centre de EAE Business School, Pilar Llácer, los dos grandes sectores en los que más se van a demandar profesionales que trabajen por proyectos son la transformación digital y la transición energética. “A nivel de competencias lo que hay que tener es una red de contactos buenísima y una marca personal muy potente para que siempre seas atractivo para las empresas, cosa que, a lo mejor, para una concesión de un puesto de trabajo indefinido no es tan necesario. Trabajar por proyectos es incierto, pero ahora cualquier puesto de trabajo lo es”, sostiene.

La autonomía de horarios, la gestión del tiempo y las posibilidades de mejorar la conciliación de la vida personal y profesional son las principales ventajas del trabajo por cuenta propia para la profesora titular de Dirección de Personas de Deusto Business School Mila Pérez. “También pienso que la productividad es mayor y, sobre todo, puedes elegir desde qué lugar quieres desarrollar tu trabajo y con quién quieres trabajar”, añade.

En ese sentido, el estudio de Shakers asegura que, aunque se mantiene la concentración de profesionales digitales en Madrid y Barcelona, crece la preferencia por las ciudades medianas como lugar de residencia. Según el director ejecutivo de Alares, Eduardo Martín, “vivir en la ciudad donde está localizada la empresa ha pasado a un segundo plano y, a día de hoy, el 80% de los directivos permitirían que su plantilla cambie de residencia”. Después de la pandemia, ese cambio se está dando hacia ciudades con buen clima y precio medio como Málaga, Valencia o Sevilla, que están recibiendo cada vez más nómadas digitales. Además, el informe indica que lo mismo ocurre en Canarias o Ibiza.

Por otra parte, Martín incide en que los empleados del futuro buscarán “lugares de trabajo que les ofrezcan oportunidades para seguir formándose y aprender nuevas habilidades, junto con formas de trabajo flexibles y un equilibrio entre la vida personal y profesional”.

Pero toda esa libertad también tiene desventajas. Entre los problemas más repetidos por los encuestados está la falta de estabilidad. Los proyectos freelance duran entre tres y seis meses de media y, aunque el índice de recurrencia es alto, no está asegurado. Así, la captación de nuevos clientes puede quitar tiempo ejecutor y los pagos pueden ser irregulares, cita el informe. Para Mata, en cambio, el trabajo por proyectos es una oportunidad para que este se adapte al empleado y no al revés: “Antes tu estabilidad dependía de otras personas o la compañía y ahora depende al 100% de ti. Si tu desempeño es bueno, si los clientes perciben un gran aporte de valor, no va a ser problema”.

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Sobre la firma

Ixone Arana
Es redactora de Estilo de Vida. Antes de incorporarse a EL PAÍS, donde también ha escrito para la sección de Madrid, trabajó en 'Cinco Días', principalmente en la sección de Fortuna. Graduada en Periodismo por la Universidad del País Vasco y Máster de Periodismo UAM-EL PAÍS.

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