La incertidumbre sobre ómicron devuelve la volatilidad a las Bolsas
El Ibex pierde los 8.300 puntos y cae a mínimos de febrero
Ómicron ha devuelto la volatilidad a los mercados. La aparición de la nueva variante del Covid-19 ha encendido de nuevo todas las alarmas por su posible impacto en la economía global. A falta de que se conozcan detalles concretos del efecto de las vacunas en la nueva mutación, los gestores reconocen que la pandemia volverá a ser un foco de incertidumbre en el corto plazo. Más allá, sitúan a la política monetaria y a las decisiones que adopten los bancos centrales en los próximos meses como principales focos de inestabilidad a largo plazo.
Tras la venta masiva registrada el viernes anterior por el temor al posible impacto económico de la variante ómicron, las Bolsas europeas lucharon por un tímido rebote semanal que lastró este viernes la publicación un mal dato de creación de empleo en EE UU de noviembre, el más bajo en un año: 210.000 nuevos empleos, la mitad de los previstos por el mercado, lo que desata las dudas sobre la desaceleración de la economía. Si bien, la tasa de paro descendió al 4,2%. El Euro Stoxx finalizó con una caída del 0,68% mientras que el Ibex restó un 0,71%, perdiendo de paso los 8.300 puntos y cayendo a mínimos del mes de febrero. Estas caídas acabaron marcando el signo de la semana e impidiendo el rebote en Europa. El Cac francés logra cerrar la semana con un avance del 0,38%, mientras que el Euro Stoxx 50 resta un 0,23%, y el Dax alemán, con un 0,57%.
“En este momento no tenemos evidencias que apunten que la variante ómicron pueda cambiar nuestro escenario base sobre la Bolsa europea”, consideran desde Morgan Stanley. Sin embargo, las dudas sobre la Bolsa europea, muy ligada a los sectores cíclicos, ante el impacto de ómicron, han llevado a los inversores a deshacer posiciones en las acciones europeas a favor de las estadounidenses. Según datos de Bank of America, durante la pasada semana los fondos de renta variable europeos registraron salidas de 2.800 millones de dólares, la mayor cuantía desde octubre de 2020. Por contra, los vehículos de Bolsa estadounidense lograron las mayores entradas en cuatro semanas, al alcanzar los 10.200 millones de dólares.
Dentro del selectivo las mayores caídas en la semana han sido para Grifols, que cae un 10,5%. PharmaMar se ha dejado un 9,5% y Siemens Gamesa, un 9,3%. Por contra, Repsol y Ferrovial han avanzado un 3,6% y un 2,5%, respectivamente.
Ajeno al rebote, Wall Street ha profundizado una corrección que le aleja de sus máximos históricos y que no ha logrado frenar la entrada de dinero. El Dow Jones recorta un 0,91% en el balance semanal, mientras que el Nasdaq cede un 2,62%. Unas caídas aceleradas por el presidente de la Fed. Jerome Powell ha abierto la puerta a acelerar la reducción de las compras de deuda en la reunión de mediados de diciembre.
Hasta el momento, se preveía que el tapering durara hasta mediados de 2022, a razón de 15.000 millones de dólares al mes. Reducción que podría elevarse a partir de ahora y terminarse al cierre del primer trimestre ante una inflación menos transitoria de lo que el banco central ha venido defendiendo en los últimos meses. Este movimiento de Powell ha sido interpretado como una aceleración del calendario de las subidas de tipos y ha disparado la volatilidad del mercado a máximos de enero, según el indicador del miedo, el Vix.
Chris Iggo, CIO core investments en Axa Investment Managers, explica que “una subida de los tipos de 100 puntos básicos, más o menos, no sería un cataclismo para los inversores en Bolsa, que se han visto recompensados por estar en una clase de activos impulsados por unos beneficios muy elevados. Una ligera subida de tipos y una ligera disminución del crecimiento de los beneficios en Bolsa no son motivo para un mercado bajista”.
A falta de escasas semanas para que cierre el año los gestores se afanan además por depurar sus carteras y prepararse para 2022. “Seleccionar empresas con apalancamiento operativo y poder de fijación de precios resultará clave en 2022”, apunta Thomas Bucher, head of investment strategy equity en DWS, que señala a sectores castigados como las aerolíneas.
En Inversis creen que hay que seguir sobreponderando la Bolsa en las carteras, centrando la atención en la selección de sectores y valores que probablemente se beneficiarán de una mayor reapertura de los servicios, así como en los cíclicos, value y en sectores con mayor potencial de apreciación a medida que se superen los cuellos de botella en la producción: semiconductores, logística y transporte.
El barril de Brent, a su vez, cerró la semana rozando los 70 dólares (en 69,97). La decisión de la OPEP+ de mantener vigente su incremento de producción en 400.000 millones de barriles en enero ejerció de catalizador para las subidas tras las dudas sobre el impacto en su consumo por ómicron. El mercado de deuda se mantiene sin apenas cambios a la espera de novedades de los bancos centrales. Los tramos más cortos registran más movimientos, así el bono de EE UU a dos años ha subido al 0,64% frente al 0,5% de la semana previa.
Lagarde cree que la inflación ha tocado techo y rechaza subir tipos en 2022
Máximos en noviembre. La presidenta del Banco Central Europeo, Christine Lagarde, considera que la inflación podría haber tocado techo en noviembre y que el perfil de la evolución de los precios en la eurozona es similar “a una joroba”. El BCE mantiene que la inflación se relajará a lo largo de 2022 y se moverá hacia el objetivo de estabilidad de precios del banco central, según avanzó el viernes en una entrevista a Reuters.
Distancia de EE UU. Lagarde insistió en defender que la eurozona “es definitivamente diferente de los Estados Unidos”, donde el presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, ha dejado de considerar transitoria la inflación. La presidenta del BCE aprovechó para mostrar su confianza en el efecto que en el primer trimestre reflejará el final de la comparación con la suspensión del IVA en Alemania en el final de 2020, mientras que se espera también que otros factores, como los precios de la energía, se relajen sustancialmente para finales del próximo año. “Tenemos razones para anticipar que para finales de 2022 los costes de la energía habrán bajado de manera sustancial”, apuntó Lagarde, para quien también se espera una evolución más positiva de la situación relacionada con los cuellos de botella, respecto de los que lo datos de noviembre han mostrado una leve mejoría, aunque muchas empresas señalan que no se normalizará hasta mediados o finales de 2022.