Paz Torralba: “Al spa del Ritz vienen los presidentes del Ibex”
Cambió la banca por la belleza; cuenta con dos centros, a los que sumará otro de diagnóstico de la piel, y se ocupa de los tratamientos del hotel Mandarin en Madrid
Trabajó en Bankia durante tres lustros. Sin embargo, y a pesar de su prometedora carrera, Paz Torralba (Salamanca, 1974) tenía otras inquietudes y un complejo: el de no seguir los pasos emprendedores de su familia. Procede de un núcleo en el que todos sus miembros son empresarios, y ella, por mucho cargo que tuviera en el área de banca de inversión, era una simple empleada por cuenta ajena. Y eso le pesaba, porque su entorno le preguntaba si no tenía intención de montar alguna empresa. Buscaba, pero no hallaba el hueco en el que destacar. Hasta que un día se encontró, dado que por sus obligaciones laborales tenía que visitar las oficinas del Instituto Nacional de Estadística (INE), con varios estudios que decían que el único sector que no decaía jamás en época de crisis era el sector de la belleza y el del lujo. Eso le gustó y decidió desarrollar la idea.
Así fue como nació The Beauty Concept, un negocio de estética, de bienestar y salud, que cuenta, de momento, con dos centros de belleza en la calle Ortega y Gasset de Madrid. Uno de ellos dedicado a la peluquería, aunque también pueden servir un cóctel o un ligero tentempié, además de contar con un espacio para teletrabajar o para comprar algún jarrón o pieza escogida en alguna tienda del Rastro, y con los que hasta ahora facturaba más de dos millones de euros. Gestiona, además, el spa más cotizado de España, el del hotel Ritz Mandarin Oriental de Madrid. Para dar cobertura a todo ello da empleo a 52 personas, a los que se suman tres médicos y varios colaboradores externos.
- R. ¿El de la belleza es un negocio que resiste incluso a una pandemia?
- R. En esta pandemia hemos tenido el mejor dato económico de todos. La belleza, en la franja media alta, es un sector que no decae en ninguna crisis. La gente se cuida incluso más. Durante los meses de confinamiento, me vi con los dos centros cerrados, y agudicé la creatividad en internet. Me puse a disposición de los clientes a través de nuestra página web, y hacía un diagnóstico personalizado. Me mandaban todas sus inquietudes al teléfono móvil y yo les recomendaba el tratamiento y las rutinas que les iban mejor. En ese periodo facturamos como si el centro estuviera abierto.
- R. Y esta primavera ha abierto el spa del Ritz; ¿cómo surge este proyecto?
- R. Ha sido un regalazo, la recompensa a un trabajo en el que ya llevo 15 años. Me llamó un día el director del hotel y me dijo que estaba en un proceso de selección con otros centros y que me habían enviado clientes misteriosos al centro para evaluarnos. A la conclusión que habían llegado era que éramos buenos con los resultados en una sola sesión. Nosotros tenemos una carta con mucho tratamiento facial, y eso es importante, porque buscamos que el resultado sea visible en una única sesión. A la reunión para presentar el proyecto acudí con mi marido [Álvaro Écija, socio director de Ecix Group, firma especializada en la prestación de servicios de cumplimiento y ciberseguridad], ya que comparto con él los servicios centrales, la gestión de recursos humanos o los servicios financieros.
- R. Era todo un reto, usted nunca había gestionado un spa.
- R. Precisamente, por eso lo preparé bien, porque nunca había llevado una piscina, un spa y un gimnasio. Era todo nuevo. De hecho, en el spa tenemos trabajando a 15 personas fijas. La propuesta fue estudiada en Hong Kong [allí, en Causeway Bay, está la sede central de Mandarin Oriental], a cuya final llegamos tres empresas, y pasados tres meses nos comunicaron que habíamos sido seleccionados. Hemos estado trabajando dos años en desarrollar el proyecto, ya que el nivel de excelencia siempre tiene que ser un poco más.
- R. ¿Qué valoraron de su propuesta?
- R. Creo que tres cosas: los resultados en una sola sesión, las firmas de cosmética que nos acompañan en el lineal y la imagen que ofrecemos. A nuestros centros va mucha gente conocida, que nosotros no publicitamos, porque para nosotros lo más importante es la discreción. Por el spa pasan presidentes del Ibex, futbolistas, herederos al trono de Arabia Saudí, directivos de grandes empresas, pero nosotros nunca decimos ni hacemos publicidad de todo esto. Y es algo que hemos implementado desde el principio. Otra cosa es que ellos se hagan la foto y la publiquen en las redes sociales.
- R. ¿En qué desea convertir a The Beauty Concept?
- R. No hemos puesto límite. Queremos explorar nuevos caminos, como la gestión de spas de lujo. Creemos que podemos avanzar por ahí, debido a nuestra experiencia. Para nosotros el futuro es el presente, queremos hacerlo bien y crecer. En septiembre inauguraremos, al lado de la peluquería, un centro de diagnóstico de la piel personalizado prémium, que abriremos también en domingo para ofrecer este servicio a las personas que vienen de visita a Madrid. Se trata de que puedan ir al Museo del Prado y también a analizarse la piel, algo que, bien diagnosticado y con el tratamiento adecuado, puede mejorar mucho su aspecto. La pandemia ha hecho estragos en la piel.
- R. Centros de estética hay muchos, ¿por qué los clientes la eligen a usted?
- R. Porque hacemos un diagnóstico personalizado y un seguimiento posterior Trabajamos en conjunto, con la cabina médica, estética y con el tratamiento en casa. Y nuestra aparatología, toda es comprada, tiene el certificado FDA, que ofrece garantía de éxito. Además, todo nuestro personal está en constante formación, porque el mundo de la belleza es algo global y el cliente sabe más que nosotros. La aparatología está muy bien, pero las manos son muy importantes. Elegimos a nuestros empleados por las manos. Además, todas las pruebas de selección las hago yo.