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Los inversores europeos preparan el asalto a los hoteles en Barcelona

La capital catalana es el destino urbano favorito de una encuesta a 50 directivos elaborada por Cushman & Wakefield

El mercado de la compraventa de hoteles en España está en plena ebullición. Solo en los últimos diez días, NH vendió el hotel Calderón de Barcelona por 125,5 millones, Meliá también se deshizo una cartera de hoteles por 208 millones y Pau Guardans se desprendió del Grand Hotel Central de Barcelona por 93 millones.

Conscientes de ello, los inversores europeos han puesto al mercado español en el punto de mira. Una encuesta de la consultora Cushman & Wakefield a 50 directivos europeos de family offices, fondos, socimis y otros inversores institucionales (entre todos ellos suman 26.000 millones de euros invertidos en los últimos 5 años) entre mayo y junio revela que Barcelona es el destino urbano favorito para los próximos trimestres, seguido de Londres, París, Amsterdam y Munich. Madrid, pese al fuerte crecimiento de la inversión hotelera en los últimos años (Four Seasons, Ritz, Villamagna o Marriott), se mantiene en el puesto séptimo. “Estos resultados demuestran que Barcelona y Madrid ofrecen, por diferentes razones, condiciones atractivas para el inversor.El segmento del lujo está liderando el posicionamiento inversor en la capital, mientras que en Barcelona la pandemia ha reanimado el interés por los activos mejor ubicados que antes estaban en precios muy altos, lo que dificultaba el cierre de operaciones”, recalca Albert Grau, socio y codirector de Cushman & Wakefield Hospitality en España.

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La encuesta, denominada Hotel Investors Beat, revela, no obstante, que la crisis sanitaria del coronavirus ha modificado radicalmente los intereses de los inversores, con una clara preferencia por los destinos de sol y playa (un 70% lo considera más atractivo) y los apartamentos con servicios, con un 60% de respuestas positivas. La clave está en que las previsiones empresariales apuntan a que la recuperación llegará antes a los destinos vacacionales (auguran que se recuperará el beneficio por habitación disponible prepandemia en 2023), mientras que en los destinos urbanos ese regreso se puede demorar entre 12 a 24 meses adicionales. En cualquier caso, el informe revela que en la crisis financiera de 2008, la recuperación de los niveles previos al desplome tardaron cinco años y medio en llegar, frente a los tres años de la crisis del coronavirus.

Como la recuperación será más lenta que el vacacional, los grandes perdedores serán los hoteles dedicados a eventos de negocios y cercanos a los aeropuertos, ya que el 77% y el 76% de los inversores encuestados los consideran menos atractivos. Los inversores también parecen apostar por los inmuebles económicos, ya que el 50% los valora como los activos más interesantes en el corto y medio plazo, frente al 29% de los hoteles de lujo.

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