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Portobello tantea el mercado para vender la cadena Blue Sea Hotels

Retoma la venta de la cartera, con 24 hoteles en España y uno en Marruecos. Ya hizo un intento en 2019, con una valoración cercana a los 230 millones

La recuperación del turismo ha despertado el mercado de transacciones. Los propietarios quieren hacer caja para ganar liquidez o embarcarse en nuevas operaciones y los compradores hacen cuentas con la creciente rentabilidad de los activos. Solo la pasada semana, Meliá vendió 8 hoteles a un vehículo de inversión, en el que participa junto a Bankinter por 208 millones de euros, y NH cerró la venta del hotel Calderón de Barcelona por 125,5 millones de euros.

Otra de las operaciones que podría cerrarse en las próximas semanas, según fuentes financieras consultadas por CincoDías, sería la venta de la cadena Blue Sea Hotels, propiedad del fondo de capital riesgo Portobello Capital desde 2017 y que está integrada por 25 hoteles. De ellos, 24 están en España (diez en Mallorca, cinco en Lanzarote, cinco en Tenerife, uno en Fuerteventura, Madrid, Costa del Sol y Costa Brava) y otro en Marrakech. Se trata de hoteles de tres y cuatro estrellas con una propuesta todo incluido en el segmento low cost dirigido a familias. Esas mismas fuentes recalcan que el propietario está tanteando el apetito del mercado y ya está barajando varias ofertas, que están claramente por debajo de la valoración de 2019.

La cadena ha añadido ocho activos en cuatro años

Solo dos años después de hacer su primera incursión en el sector hotelero, Portobello Capital, aprovechando los seis años seguidos de crecimiento del turismo (2014-2018), trató de deshacerse de Blue Sea Hotels en 2019. La operación, que fue asesorada por Colliers, valoró los 17 establecimientos que estaban en venta en un precio cercano a los 230 millones de euros. El objetivo era desprenderse del ladrillo y mantener la operación y la gestión del establecimiento.

Fuentes inmobiliarias consideran que la crisis del coronavirus cambiará a la baja el precio de los activos, aunque el perímetro también ha cambiado al alza. En cuatro años, Blue Sea ha añadido ocho activos a la cartera. Al frente de esas transacciones han estado Sebastián Catalá, fundador de la cadena, que ha mantenido desde que vendió la firma a Portobello un 5% del capital y la vicepresidencia ejecutiva, junto a Francisco Gimena, director general que procedía de la división de hoteles de Globalia. “Son activos interesantes y hay mucho apetito en el mercado”, recalcan fuentes inmobiliarias.

Precisamente, ese equipo directivo es uno de los puntos fuertes que decantó a Portobello Capital a hacer su primera incursión en el sector turístico. En la presentación de Blue Sea como empresa participada, el fondo de capital riesgo destaca al equipo gestor “con gran experiencia en el sector que ha construido la compañía de cero desde 2010” y el objetivo de crear la compañía líder de hoteles de 3 y 4 estrellas en España.

Al igual que el resto de las cadenas hoteleras, Blue Sea ha tirado la casa por la ventana en materia de precios para tratar de beneficiarse del repunte del turismo y recuperar gran parte de las reservas perdidas en los últimos 16 meses. La cadena ofrece descuentos del 25% para reservas en temporada alta, niños gratis y cancelación gratuita.

Inversiones de 40 millones desde 2017

La entrada de Portobello como accionista mayoritario en Blue Sea Hotels llevó aparejada una inversión de 40 millones de euros en 2017, con la que compraron seis hoteles y dos parcelas. Entre las adquisiciones destacaron dos hoteles en Mallorca (La Niña, en Cala Millor y Fiesta Beach, en Sa Coma), ambos de 3 estrellas y de 82 y 27 habitaciones, respectivamente. En Lanzarote adquirió el Teguise Garden, que ya operaba desde hacía varios años, y el Costa Bastián, un 4 estrellas que era propiedad de Playa Senator. En la Costa Brava compró los hoteles Montevista (242 habitaciones) y Hawai (180 habitaciones), ambos de tres estrellas, que empezó a comercializar de forma conjunta.

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