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Renta Fija

Un puntual repunte de la inflación no moverá a los bancos centrales

La rentabilidad del bono estadounidense a 10 años ha pasado del 0,5% en agosto a superar el 1,4% en febrero

Del mes de febrero comenzamos destacando el movimiento al alza de los tipos de interés de la deuda pública. Movimiento que se venía ya produciendo en EE. UU. desde el pasado verano, como respuesta a las previsiones de fuerte recuperación económica y a cierto temor a un repunte de la inflación por encima de lo esperado, consecuencia de los fuertes estímulos fiscales que se están implementando en el país.

Así la rentabilidad del bono estadounidense a 10 años ha pasado del 0,5% en agosto a superar el 1,4% en febrero. En este punto, destacar el nuevo paquete de estímulo fiscal de $ 1,9 billones de la Administración estadounidense, cuyo importe equivale a casi un 9% del PIB estadounidense, que se suma a los ya aprobados el pasado año, y que supondrá un importante impulso para la economía del país.

Este movimiento de la deuda americana se trasladó a los mercados europeos de deuda pública en febrero –el bono alemán a 10 años pasó del entorno del -0,50% a finales de enero a cerrar el mes en -0,26%– a pesar de que el estímulo fiscal aplicado en Europa es menor, si bien la economía europea es muy abierta y, por tanto, está muy expuesta a la evolución de la economía mundial y debería beneficiarse del crecimiento que están registrando tanto la estadounidense como la china.

La excepción en Europa fue Italia, gracias al descenso de la prima de riesgo de su deuda, una vez superada la crisis de Gobierno y a raíz el nombramiento del expresidente del Banco Central Europeo Mario Draghi como Primer Ministro del país, lo que ha servido para contener el movimiento al alza de los tipos de la deuda pública italiana. Destacar que la rentabilidad del bono italiano a 10 años se sitúa en mínimos históricos y la prima de riesgo de este frente a la deuda alemana lo hace en niveles mínimos desde la Gran Crisis Financiera.

 La excepción en Europa fue Italia, gracias al descenso de la prima de riesgo de su deuda

Por otro lado, el incremento de la rentabilidad de la deuda pública ha comenzado a pesar en los mercados de renta variable, especialmente a partir de la segunda mitad del mes, al lastrar las valoraciones de las compañías, y en contraposición a las mejores perspectivas de crecimiento económico.

Con esto, los mercados de renta variable consiguieron cerrar el mes en positivo, aunque por debajo de los máximos alcanzados a mediados de mes, máximos que en algunos de los índices eran máximos históricos, por otro lado.

En cuanto a las previsiones económicas, señalar que a pesar del recorte generalizado de las mismas para 2021, la distribución de las vacunas se está reflejando en unas expectativas de recuperación más fuertes en la segunda mitad de 2021 y en 2022.

Con todo, en Europa la Comisión Europea ha adelantado el momento en el que prevé que la economía europea recupere los niveles prepandemia a mediados de 2022, aunque esta evolución tendrá notables diferencias por países y algunos tardarán más, y se producirá mucho más tarde que en EE. UU. para el que se espera que llegue en el segundo trimestre de este mismo año.

Mientras, y a pesar de las presiones de precios en los suministros recogidas por algunos indicadores de actividad adelantados, la inflación tanto en la Eurozona como en EE. UU. sigue contenida, aunque aquí en Europa se ha registrado una aceleración importante en el último mes.

Es de esperar que por el simple efecto base de la caída de precios del pasado año en las fechas de confinamiento, la inflación durante algunos meses se eleve sustancialmente, si bien los bancos centrales siguen apuntando a que este repunte será puntual y contenido. Cabe destacar las declaraciones de los miembros del Banco Central Europeo y de la Reserva Federal estadounidense reiterando su compromiso con el mantenimiento de la actual política monetaria ultralaxa durante mucho tiempo.

En concreto, y en lo que se refiere al BCE, ante la subida de los tipos de la deuda pública en febrero, han sido varios miembros del organismo, incluida su presidenta Christine Lagarde, los que han indicado que están vigilando de cerca la evolución de los tipos y que podrían incrementar sus compras de bonos con el fin de preservas las buenas condiciones de financiación. El compromiso de los bancos centrales con el mantenimiento de unas condiciones favorables de financiación, especialmente en Europa donde la recuperación económica es más lenta, debería limitar el movimiento al alza que han registrado los tipos de la deuda pública en las últimas semanas.

En cualquier caso, las expectativas de inflación a 5 años medidas por los breakevens de inflación han aumentado significativamente, especialmente en EE. UU. y en menor medida en Alemania. Por tanto, la inflación ha sido uno de los riesgos que ha pasado al frente en las preocupaciones de los inversores y un punto a vigilar en los próximos meses.

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