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Musk puede impulsar un cambio en las normas contables para el bitcóin

Ahora, las criptodivisas nunca pueden ganar valor en los libros, solo perderlo

Tesla invierte 1.500 millones de dólares en bitcoin
EFE

Elon Musk nunca escatima en rupturismo. Tesla dijo el lunes que ha invertido 1.500 millones de dólares en bitcóins y que pronto podría aceptarla como moneda de pago. Es un guiño a la inversión virtual y al fervor antisistema de Musk, pero también un serio desafío a algo mainstream: en este caso, las normas contables.

Tesla no podrá anotar la ganancia o cualquier aumento posterior en el valor de sus tenencias de bitcóins. El valor declarado solo puede bajar. Si suena raro, lo es. Al igual que el grupo de pagos Square, por ejemplo, tiene que contabilizarlas como activos intangibles de vida indefinida, una categoría más común para las marcas y las marcas registradas. Significa que deben amortizarse en caso de deterioro, lo que incluye precios de cotización inferiores al coste. Nunca hay ganancias contables; solo se producen, si las hay, cuando se venden los activos.

El método contable actual sigue un proceso de eliminación. Las cripto no se ajustan a la definición de efectivo, que, entre otras cosas, requiere el respaldo de un Gobierno soberano. Tampoco se ajustan a la forma tradicional de un instrumento financiero. Y no son activos tangibles que puedan definirse como inventario. Pero el bitcóin es un poco como dinero virtual. También se parece a una moneda, aunque sea volátil, ilíquida y emitida por un algoritmo. Si no es ninguna de esas cosas, se parece mucho a un instrumento financiero especulativo. Para los que lo ven como una cobertura contra la inflación, es una especie de oro digital.

Si las criptoinversiones por parte de las empresas se ponen de moda, seguramente la contabilidad tenga que adaptarse. Imagínese un futuro Tesla con grandes tenencias de bitcóin que valen mucho más de lo que cuestan. La empresa informaría de un valor de activos basado, esencialmente, en el precio de negociación más bajo de la criptodivisa desde su adquisición. Eso sería engañoso y daría a los gestores un bote potencialmente enorme de ganancias ocultas con las que jugar. A Musk podría gustarle esa flexibilidad. Pero a los inversores y los responsables de las normas contables no debería.

Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías

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