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Tribuna
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

La nueva receta del BCE para un sistema bancario saludable

La autoridad monetaria ha hecho más fácil para los bancos fusionarse

CINCO DÍAS

Se suele decir que puedes oír cómo se cae un árbol, pero no podrás escuchar al bosque crecer. Sabemos que el sector bancario europeo lleva mucho tiempo atormentado por problemas, como el escaso crecimiento y tipos de interés muy bajos, que se han traducido en una pérdida de la rentabilidad; los bancos más débiles han padecido complicaciones severas. A estos desafíos se suma la emergencia de las fintech y, por si fuera poco, ahora toca digerir el impacto de la pandemia. Pero, al mismo tiempo, el sector ha evolucionado profundamente durante la última década. De una manera silenciosa, estos cambios han dado lugar a una banca con costes más bajos, un modelo de negocio más flexible y un perfil de riesgo menor en comparación con crisis previas.

De acuerdo con los cálculos del BCE, el ratio de NPL (préstamos dudosos) ha pasado de situarse en el 8% a finales de 2014 a sumergirse por debajo del 3%. Prácticamente dos tercios de NPL han sido cancelados; una proporción que es similar tanto en Portugal o Italia, como en España. Es decir, la herencia de la última gran crisis no ha sido completamente absorbida, pero la limpieza acometida ha sido contundente. Otro de los grandes cambios acometidos es la ruptura del llamado nexo banca-deuda soberana, tan negativo al comienzo de la crisis anterior. Sin embargo, hemos observado como en 2020 los bancos volvieron a embarcarse en compras de activos soberanos ayudados por las generosas subastas TLTRO del BCE; sugiriendo que el nexo banca-deuda soberana no está tan muerto como cabría suponer y podría resurgir. En todo este contexto es importante recordar un factor que con mucha frecuencia se pasa por alto: la salud del sistema financiero es fundamental para la transmisión efectiva de la política monetaria.

En este punto, el BCE ha hecho pública su guía sobre la “aproximación supervisora para la consolidación bancaria”. En pocas palabras, la autoridad monetaria ha hecho más fácil para los bancos fusionarse. Por primera vez, se confirma que el fondo de comercio negativo (badwill) puede ser utilizado durante una fusión, aunque con la condición de que sirva a una mayor solvencia y no para el reparto de dividendos. La diferencia entre el valor contable del banco y el precio pagado por el comprador podrá ser reservado como capital fresco en la nueva entidad y, por ende, beneficiar a ambas partes.

Otra gran novedad es que el requisito de capital de la entidad fusionada se derivará del nivel de las dos firmas preexistentes; no como en el pasado, cuando el BCE solía imponer un ratio de capital mayor, provocando que los bancos fueran mucho más reticentes a la hora de embarcarse en ciertas operaciones.

En suma, la regulación y otras consideraciones han hecho muy difícil que se materializasen las fusiones transfronterizas y estas serían muy bienvenidas en el entorno actual: constituirían una herramienta muy poderosa para acabar con el peligroso nexo banca-deuda soberana, contribuyendo así a la necesaria estabilidad financiera de la eurozona.

Stephan Déo es Head of Market Strategies de Ostrum AM (Natixis IM)

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