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El precio, la principal barrera de la comida sana

Casi el 80% de los consumidores achaca a su elevado coste el no consumir más productos saludables

Barreras para la comida saludable entre consumidores
Belén Trincado / Cinco Días
CINCO DÍAS

El elevado precio es el principal motivo que aducen clientes de todo el mundo para no consumir más comida sana. Al menos, así lo refleja el informe How the consumer industry can boost healthier eating, de las consultoras BCG y Nielsen. Este, entre otras muchas cosas, preguntó a más de 7.000 consumidores de distintos países qué les impedía comer más saludablemente.

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La mayoría, un 79%, contestaron que una alimentación completamente sana y equilibrada supone para ellos un gasto excesivo en la cesta de la compra. Este motivo superó, con mucho, otras razones puestas frecuentemente al tratar la cuestión, como la supuesta falta de sabor de los alimentos sanos, que solo perciben de media un 43% de los encuestados; el hecho de que no llenan tanto, que apenas llegó al 32% o el desconocimiento sobre cuáles son los productos que de verdad son los más convenientes, que alcanzó el 36%. Muy por detrás quedaron explicaciones que, a la luz de los resultados, resultan más peregrinas, como el escaso 8% que culpa a la familia de no comer mejor o el 12% que habla de que no tiene tiempo para comer bien.

Sin embargo, a pesar de la percepción de los clientes, la falta de horas dedicadas a la cocina es precisamente uno de los primeros elementos que ponen sobre la mesa los expertos al ser consultados sobre las razones que llevan a los comensales a consumir alimentos procesados y ultra procesados. “Para cocinar un arroz, por ejemplo, se necesita más de una hora, y ese es tiempo que la gente muchas veces no tiene, especialmente en los barrios de rentas media y baja”, explica Alejandro Ciriano, farmacéutico y nutricionista. Para comer saludablemente, detalla Ciriano, es necesario al menos dedicar 90 minutos al día a los fogones.

Es en este punto donde resulta fundamental hasta qué punto están concienciados con la salud los directores de las empresas alimenticias. Estos reconocen en el estudio de BCG y Nielsen que, a medida que la preocupación por comer saludablemente ha aumentado en sus consumidores, ellos han sentido la necesidad de ir con los nuevos tiempos. “Estamos buscando la manera de aliviar los problemas de las vidas de nuestros clientes, y esto incluye ayudarles con su dieta y su nutrición”, comenta al respecto Doug McMillon, consejero delegado de Walmart. En la misma línea se expresa Mark Schneider, consejero delegado de Nestlé: “Los negocios pueden ser una fuerza que cambie las cosas a mejor. Tenemos que cambiar las vidas de la gente y servir a nuestras comunidades”.

Hay maneras de alcanzar este propósito de comer mejor sin que ello suponga un gasto excesivo. Por ejemplo, recuerda Ciriano, los clientes tienden a olvidar que el sustitutivo natural de las proteínas de origen animal son las legumbres: “Si en vez de comer ternera o un salmón fresco por el que puedo llegar a pagar entre cinco y seis euros me preparo unos garbanzos, ya estoy comiendo bien y ahorrando”. Y si lo que falta es tiempo, explica, muchos restaurantes de sushi o de comida hawaiana, especialmente saludables por la atención que prestan al pescado fresco y las verduras, ofrecen ya muchas alternativas a sus comensales para poder llevarse la comida a domicilio. Todo, para evitar una obesidad que en España afecta al 25% de los adultos, un problema que les restará 2,6 años de vida en 2050, según la OCDE.

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