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Renault descarta reducir plantilla en España

La empresa recortará 14.600 empleos en tres años en todo el mundo y prevé un ahorro de 2.000 millones

El presidente del grupo Renault, Jean-Dominique Senard, y la directora general interina, Clotilde Delbos, presentan el plan a tres años de la compañía, este viernes.
El presidente del grupo Renault, Jean-Dominique Senard, y la directora general interina, Clotilde Delbos, presentan el plan a tres años de la compañía, este viernes.

España se salva del plan de reajuste de Renault. El grupo francés meterá un tijeretazo a su plantilla de 14.600 empleos en tres años que no afectará a las plantas de Valladolid (2), Palencia y Sevilla.

"No hay idea de reducir capacidad de producción en España", ha asegurado en rueda de prensa la directora general interina del grupo, Clotilde Delbos. Fuentes de la división española de la compañía aseguran que, al no verse mermada la fabricación, se mantendrá la estructura actual, lo que no implica que se pueda producir un pequeño número de salidas si algunos trabajadores deciden acogerse a las bajas voluntarias.

La compañía ha presentado este viernes su plan estratégico a tres años y prevé recortar costes en 2.000 millones de euros para volver a un crecimiento rentable y sostenible, tras entrar en pérdidas el año pasado por primera vez en una década, y hacer frente a la crisis provocada por el Covid-19.

Según ha detallado la multinacional, el recorte se producirá sin despidos, a través de jubilaciones anticipadas, voluntarias y negociadas, y habrá 4.600 puestos de trabajo afectados en Francia. En España, emplea a 11.000 personas (casi 14.000 teniendo en cuenta todas las áreas) y opera cuatro factorías: Sevilla, de cajas de velocidades; Valladolid, una de motores y otra de automóviles, donde ensambla el Captur; y Palencia, donde monta los modelos Mégane y Kadjar.

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El 16 de marzo, dos días después de decretarse en España el estado alarma, la empresa paró toda su actividad industrial en el territorio nacional y anunció la aplicación de un Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) por causa de fuerza mayor para toda su plantilla.

Por su parte, Renault estudia desmantelar tres centros en Francia (de un total de 24) y está analizando una posible racionalización de la fabricación de cajas de velocidades a nivel mundial, con lo que ello podría implicar para el centro que opera en la capital andaluza.

La multinacional gala acometerá una reducción de su capacidad productiva del 20% hasta 2024. Prevé ensamblar unos 3,3 millones de vehículos para dicho año, frente a los cuatro millones de 2019, ahorrando así unos 650 millones de euros. Además, suspende sus planes para incrementar la fabricación en Marruecos y Rumanía y analizará un posible reajuste de la producción en Rusia.

Por otro lado, Renault ha lanzado una consulta para estudiar, desde las fábricas de Douai y Maubeuge, la creación de un centro para vehículos comerciales eléctricos y ligeros en el norte de Francia.

También planea la reconversión de la planta de Dieppe, al final de la producción del Alpine A110, mientras que, en Flins, podría crear un ecosistema de economía circular, incluida la transferencia de actividades de Choisy-le-Roi. Respecto a la Fundición de Bretaña, Renault lanza una revisión estratégica. La empresa también estima ahorros de 800 millones en ingeniería y 700 millones en marketing.

Renault venderá a Dongfeng Motor la participación que mantiene en la joint venture Dongfeng Renault Automotive Company y pondrá fin a la comercialización de vehículos bajo su marca en China. El coste estimado para la implementación del plan es de alrededor de 1.200 millones de euros.

"Los cambios proyectados son fundamentales para garantizar la sostenibilidad de la empresa y su desarrollo a largo plazo. De manera colectiva y con el apoyo de nuestros socios de la Alianza, seremos capaces de conseguir nuestros objetivos y hacer que el grupo Renault sea un actor importante en la industria automovilística en los próximos años", ha señalado el presidente de la compañía, Jean-Dominique Senard.

Renault ha estado en el centro de la tormenta política en las últimas semanas por sus planes para reducir personal en Francia, mientras al mismo tiempo busca un préstamo respaldado por el Estado de 5.000 millones de euros. La empresa entró en números rojos en 2019 por primera vez desde 2009, al registrar unas pérdidas netas de 141 millones de euros, frente a los 3.302 millones de beneficio que obtuvo en 2018.

"En un contexto de incertidumbre y complejidad, este proyecto es vital para garantizar un rendimiento sólido y sostenible, con la satisfacción de nuestros clientes como prioridad", ha apuntado Delbos.

El ministro de Finanzas francés, Bruno Le Maire, ha advertido que no firmaría el cheque hasta que no hubiera examinado la estrategia "sitio por sitio, trabajo por trabajo", siendo los cierres "una última opción". También ha avisado de que si no se toman medidas, la empresa puede desaparecer.

Renault ha presentado su plan para superar la actual coyuntura un día después de que Nissan anunciara el cierre de sus plantas de Zona Franca, Montcada i Reixac y Sant Andreu de la Barca (Barcelona). El fabricante nipón comunicó este jueves al Gobierno y a los trabajadores que desmantelará en diciembre sus factorías catalanas, quedando 3.000 personas sin trabajo.

Asimismo, la alianza que mantiene con Nissan y Mitsubishi anunció el miércoles una estrategia a tres años que permitirá una reducción de las inversiones de hasta un 40% por modelo y a través de la cual el grupo francés liderará en Europa, Rusia, Sudamérica y África del Norte.

También llega en la misma semana en la que el presidente de Francia, Emmanuel Macron, ha prometido más de 8.000 millones de euros para impulsar a la industria de la automoción. El Ejecutivo galo reclama “compromisos” por parte de los fabricantes en tres direcciones: el vehículo eléctrico, el respeto de las compañías auxiliares y la localización en el país de sus actividades tecnológicas más avanzadas.

Luca de Meo

El italiano Luca de Meo, expresidente de Seat, tomará los mandos de Renault como consejero delegado a partir del 1 de julio. El directivo, de 52 años y nacido en Milán, comenzó su carrera profesional en la enseña del rombo hace 25 años y ahora vuelve para dar carpetazo al caso Carlos Ghosn y abanderar, en un futuro no muy lejano, la alianza franconipona. Tiene la misión de devolverle la confianza y mantenerla en su lucha con el grupo VW y Toyota por ser el mayor fabricante automovilístico del mundo.

De Meo, que habla cinco idiomas (Español, francés, alemán, italiano e inglés) llegó a la presidencia de Seat en noviembre de 2015 y era el máximo representante del grupo Volkswagen en España. En su nueva etapa, estará acompañado en la cúpula de Renault por el español José Vicente de los Mozos, director general adjunto y vicepresidente de Producción y Logística.

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