José Andrés: “Después de todos los desastres hay oportunidades”
La revista ‘Time’ le ha bautizado como el chef de la pandemia, que ha traído a España su ONG para dar de comer a las personas más desfavorecidas
Ha traído a España su concepto de cocina solidaria, con la que desde 2010 socorre emergencias y tragedias. A través de World Central Kitchen (WCK), José Andrés (Mieres, Asturias, 1969) utiliza el poder de los alimentos para fortalecer a las comunidades en tiempos de dificultades, y las que ha ofrecido más de 15 millones de comidas a personas afectadas por diferentes desastres naturales y otras crisis en países como Albania, Bahamas, Colombia, Guatemala, Haití, México, Mozambique, Venezuela o Estados Unidos.
Ahora WCK, ONG que se financia con fondos y donaciones privadas, está dando respuesta con un plato de comida a personas desfavorecidas por la pandemia en más de 20 ciudades de todo el mundo. En España funciona, de momento, en Madrid, Barcelona y Valencia, y cuenta con la colaboración de varios chefs, entre ellos, Álvaro Castellanos e Iván Morales, de Taberna Arzábal, el cocinero de DSTAgE, Diego Guerrero; Pepa Muñoz, de El Qüenco de Pepa; o Carles Tejedor, en Barcelona.
Detrás de todo esto, además de la consultora de comunicación Mateo & Co, de Makro y del Banco de Alimentos, está el empresario, afincado en Estados Unidos, donde da empleo a 2.000 personas en 31 negocios abiertos en diferentes países, factura alrededor de 160 millones de dólares, y ha sido reconocido como el cocinero de la pandemia por la revista Time, que le ha dedicado la portada del mes de abril y le ha reconocido como una de las personas más influyentes del mundo.
- R. Está siendo un ejemplo de cómo hay que actuar en casos de emergencia y de atender una de las primeras necesidades, como es la alimentación. ¿Cómo se pueden llevar a cabo este tipo de iniciativas?
- R. Esto es algo que nace de los chefs en los restaurantes, que es donde surge esta iniciativa. Somos un grupo que está acostumbrado a dar de comer no solo a personas en su día a día, sino a hacerlo también en una situación de estrés o de emergencia. Las cocinas son entornos muy dinámicos, y entre comillas, de caos ordenado, y esa habilidad que se aprende en estos lugares es un plus a la hora de iniciar un plan de emergencia para dar de comer a personas en una circunstancia como la que estamos viviendo.
- R. Este tipo de acciones, ¿qué suponen para usted como profesional?
- R. Esto no tiene que ver con lo profesional, esto es un compromiso como cocinero. Del mismo modo que damos de comer a las personas en situaciones ordinarias como restaurante, es ese mismo compromiso el que se tiene también cuando existe una situación de emergencia como la que estamos viviendo. El compromiso es, al final, dar de comer a la gente y es el mismo, en un caso como en otro.
- R. Desde su experiencia y para otros que desean comenzar con iniciativas solidarias de este tipo, ¿cuáles son los principales pasos a seguir?
- R. El principio es el compromiso social con la comunidad, no hace falta más. Una de las claves de lo que nosotros hacemos es trabajar con comunidades locales. Al final del día es muy importante la producción, que es algo para lo que nosotros tenemos el know how, pero tan importante como esto es saber qué familia, qué hogar o qué distrito tiene una necesidad. No hay mejor socio en todo este plan de emergencia, que estamos haciendo, que esas personas que viven en un barrio y saben que en su bloque hay tres familias que necesitan un plato de comida. No hay que pensar en una solución global, sino en cómo puedes ayudar a tus vecinos, cómo puedes ayudar a las personas que viven en tu barrio.
- R. ¿Cómo nos cambiará esta crisis como sociedad?
- R. Después de todo desastre siempre surgen oportunidades. Y en lo referente a la sociedad, lo que esperamos que salga de esto es que todos adquiramos la responsabilidad social que tenemos los unos con los otro. Será importante que de todo esto, en el nivel personal veamos que al final del día somos una sociedad, que entendiéramos que hay una interdependencia entre todos, como sociedad, en global.
- R. El sector de la restauración es uno de los más afectados, ¿Cómo cree que se recuperará?
- R. Como decía, después de todos los desastres, hay oportunidades. Recuperarse después de esto requiere reinventarse y para ello se necesita creatividad, y si algo califica en particular a España en el sector de la restauración es precisamente eso. Como país, ha sido uno de los motores creativos de la restauración en el mundo, por lo tanto, esa creatividad va a ser un elemento esencial de la recuperación y estamos seguros de que de eso a España le sobra.
- R. Muchos negocios se perderán en este tsunami, con lo que supone de pérdida del tejido empresarial, hay alguna receta para aquellos que no sepan cómo salir adelante.
- R. Es importante adaptarse a la nueva realidad y es cierto que será una realidad que traerá oportunidades y es importante saber identificarlas. La sociedad va a cambiar, van a surgir nuevos hábitos de consumo y lo importante es anticiparse e identificar esos nuevos negocios que pueden aparecer.
- R. Usted tiene inversiones en España. Recientemente, junto con a los hermanos Riberas, de Gonvarri y Gestamp, puso en marcha el proyecto Bulbiza, una iniciativa con varios locales en calle Ibiza de Madrid, ¿cómo cree que les afectará esta crisis?
- R. Nuestra única prioridad ahora mismo, como chef y como colectivo, es dar de comer a las personas que están necesitadas, y en su momento, cuando esto pase, tendremos que atender cuál será la estrategia que tendremos que seguir con la nueva situación.