La banca intenta despertar el apetito por el riesgo del cliente
Frente a la nula rentabilidad que ofrecen los depósitos, el sector se esfuerza en acercar a la clientela hacia la Bolsa a través de fondos de inversión
Los ahorradores españoles han visto cómo su dinero no les da beneficios desde hace unos años. Tras la eliminación de las remuneraciones de las cuentas de ahorro y la rentabilidad nula de los depósitos, quienes confiaron en estos últimos productos ahora se enfrentan a la posibilidad de que la banca les cobre por mantener su dinero. Esta amenaza ha hecho que muchos se planteen si deben mover sus ahorros y optar por opciones más arriesgadas, como la inversión en renta variable.
No obstante, Juan Abellán, profesor del máster en Banca y Finanzas del Instituto de Estudios Bursátiles (IEB), subraya que la situación no ha cambiado en el corto plazo. "Antes creían que ganaban algo porque les pagaban el 1%, pero en realidad, el 20% de ese beneficio se lo quedaba Hacienda y la inflación estaba por encima del 1%, por lo que perdían dinero año tras año", explica. Sin embargo, ahora ha cambiado su visión ante la posibilidad de tener que abonar algún tipo de comisión.
Las entidades están intentando no perder a estos clientes, que podrían retirar el dinero, lanzando una apuesta por la inversión en renta variable. Prueba de ello es la reciente campaña de Banco Santander entre algunos de sus clientes, a los que anima a "incorporar algo más de riesgo" a sus carteras. No obstante, Abellán subraya que esta estrategia no es nueva y los bancos llevan ya años intentando trasladar los depósitos a los fondos de inversión y parece que están lográndolo. "El patrimonio de los fondos ha mejorado mucho y se ha movido dinero a estos productos y a carteras", asegura Enrique Borrajeros, presidente del Comité de Comunicación de la Asociación Europea de Asesoría y Planificación Financiera (EFPA) en España. Es el caso de Ibercaja, que confirma que se ha producido un aumento de la inversión en renta variable a través de fondos, o CaixaBank, que en 2016 lanzó su propuesta de gestión discrecional de carteras, ofrecida a través de las Carteras Smart Money y Master. Con estos modelos de inversión gestionada por profesionales, el objetivo del sector es llegar a una situación positiva para todos: la banca gana al menos un 1% y el inversor obtiene rentabilidad de sus ahorros en el largo plazo, explica Abellán.
En cualquier caso, el cliente debe ser consciente del riesgo que implica abandonar los depósitos y la inversión en renta fija y optar por la renta variable, una información que debe ser proporcionada por las entidades, como establece la normativa Mifid 2. El cliente debe superar un test de idoneidad y uno de conveniencia, compuestos por un conjunto de preguntas que determinan los conocimientos y experiencia previos del cliente, así como sus objetivos de inversión y su situación financiera y por tanto, su nivel de riesgo, explica la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). En función de los datos resultantes, el asesor certificado por Mifid informará al cliente de cuáles son los fondos disponibles que se adecúan a su perfil. De hecho, Francisco Sanz, jefe de banca de particulares de Ibercaja, subraya que el banco no puede "permitir que el cliente invierta en algo que no es adecuado para él".
La labor formadora en el ámbito financiero de las entidades es ardua, pues se enfrentan a un cliente conservador, que prefiere que sus ahorros se mantengan y no mira al largo plazo. "Cuesta mucho enseñar a una sociedad que viene de los depósitos y de la inversión en renta fija", recalca Abellán. Además, añade que el trabajo avanzado en este sentido puede venirse abajo con repuntes de la volatilidad en la renta variable, como ocurrió a finales de 2018, que hacen que el inversor minorista huya, por ejemplo, al mercado inmobiliario o al depósito.
Modalidades de inversión
Compra de activos. La apuesta más arriesgada, afirman en Ibercaja, es invertir en uno o varios valores concretos. El cliente opta por empresas que conoce y presupone que el riesgo es cero, pero la realidad es que no está tan informado como debería, explican.
Fondos de inversión. Invertir a través de fondos de inversión de una gestora concreta permite al cliente diversificar y confiar sus ahorros a un profesional que los colocará en distintos activos y diferentes mercados. El inversor debe abonar unas tarifas, la comisión de gestión y la depositaria, que se cargan directamente al fondo y, por tanto, restan patrimonio a este.
Gestión discrecional de carteras de fondos. Este servicio "permite adaptar la estrategia de inversión a los cambios que se produzcan en el entorno, sin perder de vista el objetivo al que dan respuesta y reduciendo el riesgo asociado a decisiones de inversión emocionales", explican en CaixaBank. La gestora invertirá en sus propios fondos pero también de terceros. El cliente debe abonar una comisión explícita por esta gestión, además de las comisiones de los fondos antes mencionadas. Sin embargo, la primera tarifa hace que muchos clientes minoristas opten por invertir directamente en fondos, donde no son tan conscientes de las comisiones.
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