Los intermediarios de CFD se reinventan tras el hachazo de la UE
IG refuerza la protección a los inversores y lanza nuevos productos; Activotrade recorta gastos e iBroker estrena una plataforma en Italia
Los contratos por diferencias (CFD, en la jerga) son un producto financiero de alto riesgo que llegó a España en 2007. Sobre él ha caído la maldición de los supervisores de los mercados de la UE. Su elevado apalancamiento, de hasta 400 veces –invertir por 400.000 euros con tan solo 1.000–, con el riesgo que esto supone, hizo que el coordinador de las comisiones de valores de la UE, ESMA, cambiara las normas en el verano de 2018 al imponer fuertes limitaciones al producto, especialmente en el apalancamiento. Las firmas que lo comercializan en España se han puesto las pilas para lograr rentabilidad.
Uno los proveedores más importantes de este derivado, Activotrade, una agencia de valores española registrada en la CNMV, ha tomado medidas drásticas. Tras reconocer en sus últimas cuentas enviadas al supervisor una caída de ingresos próxima al 40%, el pasado febrero cesó el antiguo director general, Ricardo Ferreira, remodeló toda la cúpula y redujo los sueldos de algunos directivos. También recortó el número de colaboradores, en especial en los departamentos comercial y de marketing, cerró su sucursal en Lisboa y cambió la de Barcelona para pagar menos alquiler. Cuenta además con una oficina en Madrid.
En el primer semestre de este año, la agencia de valores registró un beneficio antes de impuestos de 111.000 euros, frente a las pérdidas de 103.766 euros del conjunto de 2018. En marzo del año pasado, la firma dejó negro sobre blanco que su objetivo es cerrar este año con un beneficio neto de 80.000 euros.
Otro de los grandes proveedores de CFD españoles es iBroker Global. En su último informe anual, reconoce que los volúmenes de los derivados no cotizados han disminuido considerablemente, especialmente los contratos por diferencias sobre índices y divisas. Entre la estrategia puesta en marcha este año, que pasa por lograr un mayor número de cuentas para recuperar parte del volumen perdido, es el lanzamiento de una plataforma en Italia, con el mismo modelo que en España y que se presta desde su oficina en Madrid. La firma logró un beneficio antes de impuestos de 126.000 euros entre enero y junio, frente a los 956.000 de igual periodo del año pasado.
IG, uno de los mayores proveedores globales de CFD, ha lanzado varios productos alternativos a en España, como los turbo warrants, que cotizan la 24 horas, las opciones barrera y las clásicas. Desde esta firma, de origen británico aunque opera en 16 países, aseguran que se han adaptado por completo a las nuevas exigencias y que ellos mismos examinan a sus potenciales clientes con un test específico para ser usuario.
En IG afirman que son extremadamente estrictos en la conversión de clientes minoristas a profesionales. Estos últimos no están sometidos a las restricciones de apalancamiento que la CNMV ya aplica sin límite temporal desde agosto. Antes, las restricciones tenían que renovarse por ESMA. Las cuentas del primer trimestre fiscal de IG, entre julio y agosto, revelan que su facturación fue de 129,1 millones de libras (unos 155 millones de euros), en línea con el mismo periodo de su anterior ejercicio. Los mayores límites a los CFD consisten en que su apalancamiento máximo para los pequeños inversores es de 30 veces (invertir por 300 euros con 10), y este nivel es solo para las divisas estables. Para las criptomonedas, solo se puede apostar por el doble de lo que se tiene.
Otra agencia de valores, Globalfinanzas, ha retirado los CFD para minoristas, y también lo hizo en agosto el bróker holandés DeGiro, adquirido el lunes por Flatex.
Las medidas que ya son permanentes
Apalancamiento. El mayor apalancamiento es en las divisas estables (30 veces); en el resto de las monedas, en el oro y en un puñado de índices bursátiles el umbral máximo baja a 20 veces. Es decir, apostar por 200 euros con 10. El límite de apalancamiento se queda en 10 veces en otras materias primas distintas al oro, como el petróleo, el gas, la plata, y algunos índices bursátiles. El apalancamiento de cinco veces es el estándar para los valores de Bolsa de forma individual.
Pérdidas limitadas. La máxima pérdida que el minorista puede registrar es el importe invertido. Es decir, los clientes no pueden tener saldos negativos. En teoría, esta protección es excepcional, puesto que se debe de haber puesto en marcha un sistema de garantías mínimas. Así, los intermediarios deben cerrar los CFD cuando el colchón caiga por debajo del 50% de la cuantía de la garantía inicial para los CFD abiertos. Uno de los criterios que ha motivado la restricción es que, en algunos casos, si el cliente gana, el bróker pierde. En IG explican que no es su caso.